Portada » Lengua y literatura » La Casa de los Espíritus: Realismo Mágico y Posboom
El realismo mágico es una corriente novelística del siglo XX que se caracteriza por la unión de la realidad con elementos fantásticos, mágicos y fabulosos. Los personajes, en su mayoría simples y prosaicos, asumen estos elementos como parte de su vida cotidiana.
El realismo mágico nace a principios del siglo XX, pero no será hasta los años 60 y 70 que varios escritores del boom latinoamericano lo utilicen como novela distintiva. Gabriel García Márquez con “Cien años de soledad”, y Alejo Carpentier con “Los pasos perdidos” son los mayores exponentes. Alejo y Miguel Ángel Asturias sentaron las bases y características del nuevo estilo durante los años 40 y 50. Y ya en los 80, cabe destacar a Isabel Allende.
Isabel Allende forma parte del fenómeno artístico que siguió al boom del realismo mágico, denominado posboom. A la hora de valorar La casa de los espíritus como representante del realismo mágico, no se han puesto de acuerdo ya que Isabel Allende responde en su novela a las expectativas de los lectores europeos, deslumbrados por el boom hispanoamericano. Pese a lo real que se presenta La casa de los espíritus, presenta elementos mágicos: la magia de los ambientes, extravagancia de los personajes, la imaginación del lado oculto de la vida cotidiana y la confusión entre el lado real y fantástico del estilo de autores latinoamericanos.
El realismo mágico invita al lector a menospreciar lo real, a apreciar lo milagroso y a despreciar lo histórico. En La casa de los espíritus lo mágico parece ser cosa genética en la familia, aunque sólo en la rama femenina. Tenemos personajes que vienen marcados por características insólitas y sus parientes viven esto como algo natural. Durante la primera parte de la obra, lo sobrenatural invade la vida de los personajes, la novela pasa entonces a convertirse casi en novela histórica realista. Se presenta lo extraordinario como una hipérbole de la realidad cotidiana, y cualquier tipo de superstición deja de serlo.
Los personajes de La casa de los espíritus cumplen la función de dar coherencia a la historia y relacionan los distintos acontecimientos de la trama. Su retrato nos permite contemplar la evolución social y política de Chile durante todo el siglo XX.
Los personajes representan las características propias de una sociedad patriarcal, donde el varón mantiene un sistema autoritario, pero el eje de la vida está marcado por mujeres de distintas generaciones, cuyos nombres aluden a la blancura, símbolo de la pureza y de la luminosidad.
Nívea, es la matriarca. Asume por una parte, el papel tradicional de madre protectora. Pero por otra, además de realizar labores sociales, reivindica el voto para las féminas. De hecho, su muerte era considerada la primera feminista del país.
No obstante, el personaje femenino principal es Clara, cuyo nombre nos remite a la clarividencia. La hija menor, dotada de extraños poderes mentales que le permiten mover objetos, no solo se comunica con los espíritus, sino que también interpreta los sueños y predice el futuro. De niña comienza a escribir lo que acontece en unos cuadernos. Etérea, representa un mundo dominado por la espiritualidad, la creatividad y el instinto femenino. De ahí su desapego hacia lo material, ejemplifica el papel tradicional de la mujer, ayuda a los más necesitados e intenta concienciar a campesinas sobre sus derechos, siguiendo la linea feminista iniciada por su madre.
Blanca, es la primera hija de Clara y Esteban. Su infancia transcurre entre la casa de la esquina donde conoce al gran amor de su vida. Esta pasión amorosa constituye una transgresión de las normas de la aristocracia terrateniente. Además educa a su hija siguiendo los mismos procedimientos que Clara había empleado con ella.
Alba, hija de Blanca y Pedro, reconstruye la historia familiar y podría estar basado en la propia Isabel Allende. Cuando conoce a Miguel, del que se enamora, esta pasión se convierte en una mujer comprometida. Es detenida, torturada y violada y pasa a ser la heroína por su actitud que simboliza la esperanza para el país.
Férula, hermana de Esteban Trueba, acepta el papel de mujer abnegada. Es el prototipo tradicional de solterona a la que le hubiera gustado hacer nombre.
Amanda, encarna el espíritu libre, su final es trágico porque a diferencia de Alba, muere tras ser torturada sin delatar a su hermano Miguel.
Tránsito Soto responde al estereotipo de la prostituta emprendedora y comprensiva, su papel es decisivo para la resolución de la trama, por su ambición y su visión de futuro, le permite ascender económicamente y evitar el destino.
En conclusión La casa de los espíritus, es un relato político-social con destacada presencia de lo femenino, en el que la trama, narrada con sencillez, ocupa un papel cardinal.
En los años 60 del siglo XX se produjo, gracias a la labor de algunos intelectuales españoles, el llamado boom de la novela hispanoamericana, un fenómeno editorial cuyo deber era revolucionar la literatura a fin de modificar la sociedad. Pero a mediados de los 70 surgen en esta narrativa cambios formales, temáticos y discursivos tan significantes que se puede afirmar que el canon literario instituido por la prestigiosa novelística del boom comienza a ser reemplazado por los críticos narrativa del posboom, en la que hallamos una notable presencia de mujeres.
Isabel Allende, podría marcar el punto de partida del posboom, que alcanzó su cúspide con La casa de los espíritus (1982), opera prima de la chilena que nos presenta los avatares vitales de las pintorescas familias del Valle y Trueba y que refleja a la perfección las luchas sociales del Chile del momento.
Considerada por la crítica como la novela más famosa y popular del posboom, en ella se pueden apreciar una serie de características que la han convertido en un ejemplo de esta narrativa hispanoamericana; busca su inspiración en lo cotidiano de la realidad latinoamericana y emplea esquemas textuales mucho más sencillos y próximos al relato realista tradicional, posee una estructura circular y recupera el esquema lineal.
Como casi toda la narrativa de la chilena, La casa de los espíritus se distancia de la alta literatura innovadora e incorpora recursos del relato folletinesco y melodramático.
La nueva narrativa hispanoamericana rescata la corriente de novela social. Este compromiso político característico del posboom se refleja en una narración que transcurre paralela a la crónica familiar. Los personajes, por su parte, carecen de complejidad psicológica, debido a que están caracterizados desde una perspectiva moral maniquea.
La literatura del posboom, predominantemente urbana, añade elementos de la cultura juvenil (drogas, sexo, marginalidad…) y popular (bolero, rock, televisión, moda…). Mientras que los escritores del boom manifiestan su incredulidad ante el hecho de que el amor puede ser la base en la que asentar la existencia del ser humano, de tal forma que se presenta como una fuerza capaz de cambiar las estructuras políticas y sociales.
En la nueva narrativa hispanoamericana también se incorpora el humor con el fin de parodiar géneros literarios o aspectos de la sociedad americana y occidental. De todos modos, este tema, que aparece en muchas de las novelas posboom, no se revela en La casa de los espíritus.
Finalmente, los escritores posboom perciben el cosmos más ordenado y muestran una imagen más tranquilizadora de la realidad. Es decir, expresan su optimismo ante un futuro esperanzador a través de la lucha feminista, política y social.
Coherencia:propiedad por la cual el texto se nos muestra como una unidad semántica con un significado global, los factores que dotan al texto de coherencia son: Tema, Resumen, Partes Básicas(párrafos y ideas p y s + tesis)
Cohesión: cualidad del texto que consiste en garantizar la unión entre sus diferentes partes y enunciados. Para relacionar entre sí las distintas partes del texto se utilizan diversos mecanismos léxico-semánticos y gramaticales. Los mecanismos de cohesión se dividen en cohesión léxica (Repetición de palabras, familias léxicas, relaciones semánticas) y cohesión gramatical (Figuras literarias, elementos de sustitución, relaciones del eje temporal del texto y marcadores)