Portada » Latín » Literatura Romana: De la Filosofía al Epigrama
En Roma no se encuentran grandes filósofos como en Atenas. Lo que hay son grandes divulgadores como Cicerón, que cuando se retiró de la política escribió obras de filosofía: De Republica, De Senectute, De Amicitia. El filósofo romano por excelencia es Séneca, autor de Diálogos y Cartas a Lucilio. Fue uno de los personajes más importantes de su época. También participó en la conjura contra Nerón.
Se suele considerar a Séneca como filósofo estoico, sin embargo, su ideología está bastante distanciada del estoicismo. El estoicismo habla de la armonía con la naturaleza, aceptar las leyes y someterse al orden universal. Séneca considera que el hombre debe de ser un «vir fortis» y luchar contra las adversidades, intentando dominar la naturaleza. Séneca creía en la acción individual y participó activamente en todas las contiendas políticas de su época.
Los antiguos valoraban al hombre en cuanto que ciudadano era. Con Séneca encontramos la valoración del individuo sea cual sea su condición social. Su vida no estuvo en concordancia con sus teorías. Tuvo una inmensa fortuna y fue preceptor de Nerón, que asesinó a su madre y obligó a Séneca a suicidarse. Séneca se suicidó, y lo hizo reuniendo a sus amigos en un banquete y después abriéndose las venas.
Es un subgénero dentro de la lírica, en el que se expresaban lamentos fúnebres, elogios, pero en el siglo I a.C. ya se escribían poemas amorosos y personales en la elegía.
Escribió 4 libros de elegías en las que evoca el amor y la naturaleza con un único deseo, el de vivir solo en el campo con la persona amada, lejos de la guerra.
Escribe 4 libros de elegías de temas diversos: sentimientos amorosos, lamentos fúnebres, elogios y leyendas itálicas.
Fue un joven de alta sociedad que completó sus estudios en Grecia. De vuelta a Italia se dedicó a la carrera judicial, pero acabó entregándose a la literatura. Su obra es conocida, sobre todo por sus poemas eróticos y de tono mitológico (El Arte de Amar y Metamorfosis). Murió en Tomis, en Rumanía, desterrado por el emperador Augusto, posiblemente por problemas políticos. En el destierro escribió elegías lamentando su desesperada situación y solicitando sin cesar el perdón del emperador, cosa que no consiguió.
En un principio fue importado de Grecia y era de tono fúnebre, pero fue cambiando hasta adoptar un carácter frívolo, desenfadado y mordaz. El maestro es Marcial.
Nació en Bílbilis, en la Tarraconensis, pero acabó sus estudios en Roma, donde vivió 30 años, pero después regresó a su ciudad natal para vivir en una finca, aunque siempre añoró Roma. Se le atribuyen unos 1500 epigramas. Desprecia la temática mitológica y siente especial inclinación en describir al hombre y la mujer romana con sus virtudes y defectos. Por ese motivo su obra es un retrato de las clases sociales, las pasiones del pueblo, los vicios y costumbres.
Escribió Bucólicas y églogas. En las Bucólicas se utiliza el hexámetro. La mayor parte de ellas pertenecen a la poesía pastoril, en forma de diálogo entre dos o más pastores, alternando a veces con monólogos. Sus pastores no son grotescos, sino refinados. Virgilio es el verdadero introductor del género pastoril en las literaturas europeas.
Narración breve, de carácter alegórico y con una clara intención moral, en la que los protagonistas, generalmente, son animales que se comportan como seres humanos, los cuales se ven reflejados y censurados en sus vicios y defectos. La fábula está acompañada de la moraleja. Su origen es probablemente oriental y después pasó a Grecia.
Las narraciones de la fábula, fueron agrupándose y acabaron por ser atribuidas a un autor en concreto: Esopo, siglo VI a.C., esclavo. Se dice de él que era un ser deforme y grotesco, pero dotado de una gran inteligencia, capacidad de observación y habilidad narrativa. Esopo recogió una serie de narraciones, transmitidas oralmente, que acabaron siendo atribuidas a él. Así que se convirtió en el «inventor» del género, cualquier fábula griega en la que intervengan animales, recibe el nombre de esópica.
En la literatura latina el introductor es Fedro. A partir del siglo XVII, en que se halló su obra, se convirtió en un clásico y alcanzó la fama. Vivió en el siglo I d.C., nació en Grecia y llegó a Roma como esclavo, pero fue manumitido por Augusto, según pone en el título de una de sus obras: 5 libros de fábulas esópicas de Fedro, liberto de Augusto. Cuando salieron a la luz los dos primeros libros, Sejano, ministro de Tiberio, se sintió aludido, así que Fedro fue desterrado y se le prohibió publicar la obra. Al morir Sejano, regresó a Roma y reemprendió su actividad literaria. Fedro tiene 145 fábulas esópicas, y no todas tienen animales, hay anécdotas, chascarrillos, todos con moraleja. En el prólogo queda reflejado su fuente, Esopo, y su propósito, deleitar y enseñar.