Portada » Historia » La Guerra Civil Española: Sublevación Militar y Estallido del Conflicto
La sublevación militar del 18 de julio de 1936 fue precedida por meses de violencia y conspiraciones tras la victoria del Frente Popular en febrero de ese mismo año. Los anarquistas ocupaban tierras y amenazaban con la revolución social, mientras que un sector del ejército preparaba una sublevación contra la República. Los asesinatos políticos se sucedían a diario.
En marzo de 1936, tras la victoria de la izquierda en las elecciones de febrero, los generales Mola, Franco y Goded se reunieron para organizar el futuro golpe de Estado. El presidente Azaña, consciente del peligro que representaban estos generales, los apartó de sus cargos, enviando a Franco a Canarias, a Goded a Baleares y a Mola a Pamplona. Mola se convirtió en el auténtico organizador del golpe.
Los sublevados contaban con el apoyo de partidos monárquicos (Bloque Nacional de Calvo Sotelo), carlistas, falangistas y el apoyo financiero de Juan March.
La sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio y al día siguiente en la Península. Los sublevados triunfaron en Marruecos Español, Canarias, parte de Andalucía Occidental, Cáceres, Galicia, Castilla y León, Álava, Navarra, La Rioja, Aragón Occidental y Mallorca. Sin embargo, fracasó en los principales centros industriales (Madrid, Barcelona, Bilbao, Asturias).
El golpe de Estado fracasó, pero la República fue incapaz de dominar rápidamente la sublevación. El ejército y la policía se repartieron más o menos al 50% entre ambos bandos.
La actitud de las potencias hacia la Guerra Civil Española contribuyó a recrudecerla y alargarla. Las democracias europeas (Francia y Gran Bretaña) adoptaron una política de apaciguamiento hacia la Alemania nazi, evitando cualquier responsabilidad que pudiera implicar un conflicto con Hitler.
A finales de julio de 1936 se creó un»Comité de No Intervenció» que agrupaba a las principales potencias excepto Estados Unidos. Este Comité perjudicó a la República y favoreció al bando sublevado al cerrar los ojos ante la intervención de las potencias fascistas.