Portada » Lenguas extranjeras » El Humor y los Sueños: Un Análisis Psicoanalítico
Sueños: expresión psíquica de pleno derecho, a primera vista incoherente, desfigurada (hay que interpretarlo) y carente de sentido que nos acontece a todas las personas. // Soñamos mientras dormimos. Soñar es la vida propia del alma. Me retiro del mundo de las percepciones y de los estímulos. Desde siempre se ha buscado interpretar a los sueños (se olvidan demasiado rápido).
Todo el material que compone el sentido del sueño procedió de algún modo de lo vivenciado y es reproducido, recordado en el sueño. // En los sueños hipermnesicos recordamos que soñamos pero no el haberlo vivenciado. // La memoria más incomprensible y extraordinaria se muestra en la selección del material reproducido donde no se le atribuye valor solo a lo más significativo (como en la vigilia) sino que también a lo más indiferente. Las impresiones de la vida cotidiana que reaparecen en nuestros sueños son las incidentales, las «olvidadas».
El ámbito del sueño aparece como el más alejado en el que habríamos de responder por nuestros pensamientos. // Las ideas inmorales también se hallan presentes en la vida despierta, pero el poder (censura) que las inhibe de pasar a los hechos, durante el dormir cesa de operar. Entonces el hombre se revela a sí mismo en toda su desnudez y miseria. // En la Santa Inquisición se investigaba la vida de quien formulaba herejías en sueños, pues mientras dormimos suele regresar lo que nos ha ocupado durante el día.
Interpretar un sueño significa indicar su sentido. Hay distintos tipos.
El texto del sueño es lo que relata el soñante y llamamos contenido manifiesto. El contenido latente es el significado que se halla mediante la interpretación. // El trabajo que transpone el sueño latente en manifiesto se llama trabajo del sueño y el que progresa en la dirección contraria es el trabajo de la interpretación. Este último pretende descifrar aquello que la desfiguración onírica cifró. // La primera operación del trabajo del sueño es la condensación. El sueño manifiesto tiene menos contenido que el latente. La condensación se produce porque hay elementos latentes que tienen un rasgo en común y se funden en una unidad en el sueño manifiesto. // La segunda operación del trabajo onírico es el desplazamiento, el traslado del acento psíquico de un elemento importante a otro insignificante, de modo que el sueño aparece centrado como algo extraño. Este es un recurso muy usado en la vigilia para alcanzar un efecto cómico. // La tercera operación del trabajo onírico (carácter general de todos los sueños) consiste en la transposición de pensamientos, ideas, en imágenes visuales. Es un mecanismo esencial y distintivo en la formación del sueño.
El chiste: aptitud para crear con sorprendente rapidez una unidad a partir de diversas representaciones que en verdad son ajenas entre sí. Debe poner de relieve algo oculto o escondido, debe sacar a la luz un rasgo característico al modo de la caricatura. // Es una expresión exigua. En la brevedad reside el alma del chiste, para lo cual el pensamiento muchas veces recurre a una condensación de palabras de las que resulta un neologismo o expresión desconcertante. // La comicidad resulta de la solución del desconcierto inicial pero la traducción en sí misma es incapaz de hacernos reír. // También se registra como trabajo del chiste el aprovechamiento del doble sentido o acepción doble. // Otra forma es la figuración indirecta, donde se recurre para la formación del chiste a una imagen familiar, visión compartida.
El chiste puede ser un fin en sí mismo y no servir a un propósito particular o ponerse al servicio de un propósito que puede ser perturbador. Si el chiste es tendencioso, corre el peligro de tropezar con personas que no quieran escucharlo.
Los caminos por los cuales produce un efecto placentero, es que una tendencia, que de otro modo sería interceptada, encuentra satisfacción. Todo ahorro psíquico (brevedad del chiste) se corresponde con una ganancia de placer. // En un grupo de chistes (los juegos de palabras) se acomoda nuestra postura psíquica al sonido y no al sentido de las palabras. Ello implica un gran alivio de trabajo psíquico. // Otra fuente de placer es el descubrimiento de algo consabido cuando en su lugar, se habría esperado algo nuevo, es placentero por un aligeramiento del gasto psíquico. La rima, aliteración, el refrán y otras formas de repetición de sonido aprovechan esta misma fuente de placer. // El afán de los hombres por ganar placer de sus procesos de pensamientos crea nuevos y nuevos chistes apuntalándose en los nuevos intereses del día. // Otro grupo de técnicas consiste en las falacias, desplazamientos, contrasentidos, figuración por lo contrario, etc. Apuntan a un cierto placer del disparate que retoma la época en que el niño aprende a manejar el léxico de su lengua madre y experimenta jugando. // El chiste apunta a recuperar estos recursos dispensadores de placer contra el veto de la crítica que los cancelaría.
No todos los humanos son capaces de igual manera de valerse del chiste para ganar placer. El trabajo del chiste no está a disposición de todos, y en poquísimas personas, de las cuales se dice, que tienen gracia o sentido del humor. // Nadie hace un chiste para sí. Hay un esfuerzo por comunicarlo que a veces es tan intenso que se abre camino superando importantes reparos. // Hay una complicidad que hace reír a determinadas personas de los mismos chistes, creando una concordancia psíquica. // La risa es un fenómeno de descarga que lleva la marca de que los contenidos del chiste han atravesado un obstáculo. Se cuenta entre las exteriorizaciones más contagiosas de los estados psíquicos. // La técnica del chiste está comandada por dos clases de tendencias: las que posibilitan la formación del chiste en primera persona y las que están destinadas a descargar mediante la risa en una tercera persona.
una tercera persona.