Portada » Español » Variedades lingüísticas del español: diastráticas, diafásicas, jergas y argot
La lengua tiene unidad porque los hablantes se entienden al usarla, aunque existen diferencias. Se denomina variedad lingüística al conjunto de rasgos del uso de una lengua propios de un grupo de hablantes dependiendo de factores históricos, geográficos, sociales o funcionales.
Por otra parte, la lengua escrita y la unidad del castellano se mantienen homogéneas gracias a diversas Academias y la enseñanza. La norma es un sistema formal de reglas que definen el uso correcto del idioma mediante diccionarios, gramáticas y compendios ortográficos.
Los factores de diversificación son los condicionamientos socioculturales y la situación comunicativa que ocasionan las variedades sociales o diastráticas y las variedades funcionales o diafásicas.
Es el de quienes utilizan la lengua con todas sus posibilidades, cuidando todos sus planos. Sus rasgos son:
Este nivel es el modelo de corrección para el resto, el más estable y uniforme en el uso lingüístico y el mejor dotado para expresar matices.
Lo dan a conocer en la escuela y medios de comunicación, cuyo mensaje va dirigido a grandes masas de población. Adopta las normas del idioma, pero es menos riguroso que el culto. Encontramos en él rasgos cultos, coloquiales y algunos errores lingüísticos como el uso incorrecto de preposiciones, discordancias, empleo incorrecto del relativo o infinitivo.
Es el uso menos cuidado de la lengua, propio de hablantes con conocimientos elementales, lo que no les permite usar el idioma con propiedad. Los vulgarismos (incorrecciones) son más evidentes en este nivel. Los rasgos son:
Se trata de hablas profesionales que se utilizan solo entre miembros del mismo grupo social. Las jergas incluyen formas profesionales de la lengua con tecnicismos propios de un trabajo (fontanería, medicina). El argot es más propio de grupos marginales (drogadictos, tribus urbanas).
Están condicionadas por el propósito de la comunicación. Se denomina registro a las características lingüísticas propias de la adaptación del uso de la lengua a una situación comunicativa.
Es más relajado y presenta incorrecciones, pero no tanto como el vulgar. Los rasgos:
Se emplea en situaciones comunicativas en las que prima la eficacia sobre la emotividad y la distancia entre los interlocutores sobre la espontaneidad. Los principales rasgos son el léxico preciso, las fórmulas de cortesía y el dominio de la entonación enunciativa.
Como conclusión, la uniformidad de la lengua no es posible y lo más importante es saber adaptarse a la situación comunicativa y poder cambiar de registro y nivel.