Portada » Biología » Leyes de Mendel y la Herencia Genética
Gregor Mendel, considerado el padre de la genética, realizó experimentos con plantas de guisantes para comprender cómo se transmiten los rasgos de una generación a otra. Su meticuloso trabajo sentó las bases de la genética moderna.
Mendel eligió plantas de guisantes por su facilidad de cultivo, ciclo de vida corto y la posibilidad de controlar su polinización. Estudió características individuales, como el color de la flor o la forma de la semilla, a lo largo de varias generaciones. Su enfoque metódico y el uso de análisis matemáticos fueron innovadores para la época.
A partir de sus observaciones, Mendel formuló tres leyes fundamentales de la herencia:
Al cruzar dos individuos homocigotos (razas puras) que difieren en un carácter, todos los descendientes de la primera generación (F1) son idénticos entre sí, tanto en su genotipo (composición genética) como en su fenotipo (apariencia externa). Esto se debe a que cada progenitor aporta un alelo (versión de un gen) para ese carácter, y el alelo dominante se expresa en la F1.
Cuando se cruzan entre sí los individuos de la F1, se obtiene una descendencia (F2) no uniforme, donde reaparecen los caracteres de la generación parental (P) en una proporción específica (3:1 para caracteres con dominancia completa). Esto demuestra que los alelos se separan (segregan) durante la formación de gametos (células sexuales), y cada gameto lleva solo un alelo para cada carácter.
Al estudiar la herencia de dos caracteres simultáneamente, Mendel observó que la transmisión de un carácter no afecta la transmisión del otro. Cada par de alelos se segrega de forma independiente durante la formación de gametos. Esta ley se cumple para genes ubicados en diferentes cromosomas.
Si bien las leyes de Mendel son fundamentales, existen excepciones y variaciones que enriquecen la comprensión de la herencia:
En estos casos, ambos alelos se expresan en el heterocigoto, resultando en un fenotipo intermedio o en la expresión de ambos alelos por igual.
Un gen puede influir en la expresión de otro gen. En la epistasia, un gen enmascara o modifica el efecto de otro gen.
Algunos genes, en su forma homocigota, pueden ser letales, impidiendo la supervivencia del individuo.
Un gen puede tener más de dos alelos posibles en una población, aunque cada individuo solo porta dos alelos.
Algunos caracteres, como la altura o el color de la piel, están determinados por la acción conjunta de múltiples genes, lo que resulta en una variación continua del fenotipo.
Thomas Hunt Morgan, utilizando la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) como organismo modelo, aportó pruebas experimentales que respaldaron y extendieron las leyes de Mendel. Su trabajo llevó a la formulación de la teoría cromosómica de la herencia, que establece:
Morgan observó que algunos genes tendían a heredarse juntos con mayor frecuencia de lo esperado por la ley de la segregación independiente de Mendel. Esto se debe a que estos genes se encuentran en el mismo cromosoma y se transmiten como una unidad, fenómeno conocido como ligamiento. Sin embargo, durante la meiosis (división celular que produce gametos), puede ocurrir un intercambio de fragmentos entre cromosomas homólogos, llamado recombinación. La frecuencia de recombinación entre dos genes es proporcional a la distancia que los separa en el cromosoma.
Algunos caracteres están determinados por genes ubicados en los cromosomas sexuales (X o Y). En especies con sistema de determinación sexual XX/XY, las hembras tienen dos cromosomas X (XX) y los machos un cromosoma X y un cromosoma Y (XY).
Los genes ubicados en el cromosoma X presentan patrones de herencia particulares. Las hembras pueden ser homocigotas o heterocigotas para estos genes, mientras que los machos, al tener un solo cromosoma X, son hemicigotos. Ejemplos de enfermedades ligadas al cromosoma X son el daltonismo y la hemofilia.
: Los genes situados en el cromosoma Y solo los poseera el macho. Asi el carácter determinado por estos genes únicamente se manifestara en los machos.