Portada » Filosofía » Paradigmas de la Filosofía de la Naturaleza
Existe una sola realidad, la materia, pero presenta diferentes propiedades en función de su grado de evolución. Existen tres niveles de materia: el fisico-químico, el biológico y el psíquico.
Los expertos definen la realidad virtual como la simulación informática del espacio tridimensional, la cual integra –a la vez- el mundo de la imaginación con el real, eliminando las distancias físicas y temporales que existen entre ambos.
La naturaleza ha sido objeto de estudio para la Filosofía desde sus inicios. Los primeros filósofos (presocráticos) tenían como principal objetivo la explicación de los primeros principios (Arché) de las cosas (de la Physis).
La Filosofía de la naturaleza o cosmología no es equiparable a la física tal o como la conocemos hoy. Esta última está sometida al rigor de las matemáticas, mientras que la filosofía de la naturaleza es mera reflexión (discurso racional), no pretende demostrar nada.
La filosofía de la naturaleza ha intentado ofrecer una explicación, a lo largo de la historia, de aspectos como son el movimiento, el espacio, el tiempo, la composición de la materia… etc. Y las respuestas dadas a estas cuestiones también han guardado relación con el contexto histórico en el que se han dado, por lo que han ido dando lugar a paradigmas o conjuntos de teorías que, en una época determinada, han dado respuestas similares a los mismos problemas.
Es una serie de normas y procedimientos que ayudan a ver y hacer.
Aristóteles fue quien, con sus teorías metafísicas, marcó las líneas de este modelo explicativo. Durante la antigüedad, los pensadores mantuvieron la línea exacta de su pensamiento.
Durante la Edad Media, las explicaciones aristotélicas fueron adaptadas al pensamiento cristiano por Tomás de Aquino.
El rasgo principal de este paradigma es la Teleología o finalidad intrínseca de la naturaleza. Según este concepto, la naturaleza (en su conjunto) y cada ser en particular tienen una finalidad que les es propia (aparecen con ella y son inseparables).
Este paradigma se centra más en elucubraciones teóricas que en experimentaciones. Por ello, la filosofía de la naturaleza queda recluida en el mundo universitario. Fuera de él, artesanos e ingenieros fueron realizando sus actividades de investigación y experimentación, que sentarían las bases para un cambio de paradigma en los inicios de la Edad Moderna.
La corriente empirista tuvo una gran influencia en el origen de este modelo: la experiencia adquiere un carácter necesario en el conocimiento. Solo con ella podemos acceder al universo y conocerlo.
Realiza una dura crítica al método aristotélico-escolástico (deductivo) y se sustituye por uno nuevo, inductivo. (Francis Bacon).
Se conserva la visión organicista del universo, aunque explicada de manera completamente distinta.
Caracterizado por una gran ingenuidad: acepta como auténticas las descripciones narrativas y/o fantásticas de fenómenos extraños, que se atribuyen a fuerzas ocultas y misteriosas (mágicas) de la naturaleza.
Se practica la alquimia, con el objetivo de descubrir los secretos del mundo, para acelerar sus procesos y dominarlo.
Origen: construcción de relojes y máquinas y la aplicación de la matemática al estudio de estos artefactos.
Objetivo principal: explicar la naturaleza exclusivamente en términos de materia y movimiento.
Autores destacados: Leonardo da Vinci, Copérnico, Kepler, Galileo Galilei y Newton.