Teatro Español desde 1940: Del Exilio a la Renovación

Teatro en el Exilio

Tras la Guerra Civil, varios autores continuaron su obra desde el exilio. Entre los más destacados se encuentran:

• Rafael Alberti: El adefesio y Noche de guerra en el Museo del Prado.
• Max Aub: Deseada y San Juan.
• Alejandro Casona: La dama del alba, La barca sin pescador y Los árboles mueren de pie.
• Pedro Salinas: Cultivó un teatro breve en tono de farsa y sainete.

Teatro Burgués

Jacinto Benavente se convirtió en el referente de una comedia burguesa de evasión. Estas obras buscaban la sonrisa del público, no la carcajada, y pretendían generar una cierta inquietud sin salirse de los parámetros aceptados. Otros autores de esta tendencia fueron José María Pemán y Juan Ignacio Luca de Tena. En la década de 1950, autores más jóvenes como Jaime de Armiñán, ganador del Premio Calderón de la Barca, continuaron con esta línea.

Años 40: Evasión y Humor

El teatro de humor se caracterizó por su carácter innovador, basado en lo inverosímil y lo absurdo, alejándose de los estereotipos casticistas. Sus máximos representantes fueron Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura, cuya obra más representativa es Tres sombreros de copa.

Años 50: Teatro Existencialista y Social

En la década de 1950 surge, al igual que en la poesía y la novela, una corriente realista y social. Este teatro comprometido con los problemas del ser humano se inicia con el estreno de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo. El teatro realista buscaba renovar la escena española y manifestar su oposición a la dictadura. Las obras planteaban temas como la injusticia social, la explotación, la vida de las clases media y baja, y la condición humana de los marginados. Destacan dramaturgos como:

• Alfonso Sastre: Escuadra hacia la muerte, La mordaza.
• Laura Olmo: La camisa (drama sobre la emigración).
• Antonio Buero Vallejo: En su obra se pueden distinguir tres etapas:
  • Etapa existencial: Reflexión sobre la condición humana y crítica a la sociedad española del momento. Ejemplo: Historia de una escalera (1949).
  • Teatro social: Denuncia de injusticias sociales, con algunas acciones situadas en los siglos XVII y XVIII. Ejemplos: Un soñador para un pueblo, El concierto de San Ovidio.
  • Etapa de innovaciones: Teatro experimental y de mayor complejidad técnica, con la utilización de “efectos de inmersión”. Ejemplos: Jueces en la noche (1979), Lázaro en el laberinto (1986), Música cercana (1989) y Las trampas del azar (1994).

Años 60 y 70: Renovación Formal

• Teatro comercial: Siguen triunfando las comedias de Mihura, Jaime Salom, Jaime de Armiñán y Ana Diosdado. Entre los nuevos autores destaca Antonio Gala con Los verdes campos del Edén (1963).
• Experimentación: Los nuevos autores consideran acabado el realismo social y buscan nuevas propuestas. Se habla de “teatro soterrado”, “teatro del silencio”, “teatro ‘underground’” y “teatro vanguardista”. Destaca Fernando Arrabal, con obras como El triciclo, caracterizadas por su imaginación, elementos surrealistas, lenguaje infantil y ruptura con la lógica.
• Teatro independiente: Surge como un fenómeno relevante en los últimos años del franquismo.
• Instituciones teatrales: Se crean instituciones teatrales dependientes de instancias oficiales.
• Francisco Nieva: Dramaturgo experimental ligado al grupo literario de los ‘postistas’. Su teatro se caracteriza por lo surrealista, lo fantástico y lo imaginativo.
• Otros autores destacados: Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!), José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro, 1985) y Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano).

En definitiva, el teatro español de la segunda mitad del siglo XX se caracteriza por una gran riqueza y variedad, con la presencia de diferentes tendencias y autores que reflejan la evolución social, política y cultural del país.