Portada » Lenguas extranjeras » La Psicología en Argentina: Disputas, Prácticas y Profesionalización
Quizás a diferencia de otras profesiones, la formación en psicología involucra procesos internos de cambio y de autoaprendizaje sobre la propia dinámica de los conflictos intersubjetivos y de allí que, los problemas ligados a la inserción profesional pasaron necesariamente a un segundo plano. De este modo se priorizan las cuestiones ligadas más a la identidad personal que aquellas relacionadas con la incorporación al mundo del trabajo.
En esta misma dirección, observamos como en nuestro país, si bien todavía no estaba claramente definido el perfil clínico de la profesión el tema del psicoanálisis personal de los estudiantes de la carrera se convirtió rápidamente en un “deber ser” que no era cuestionado por sus protagonistas. La mayoría de los estudiantes de psicología – tema aún vigente – comenzaron a analizarse al poco tiempo de comenzar sus estudios y este imperativo no dejaba de cumplirse más allá de las dificultades económicas que podría ocasionar el costo de los tratamientos.
La constitución de la psicología como un campo profesional en nuestro país se da conjuntamente con la renovación del campo medico psiquiátrico y la expansión del psicoanálisis en la cultura y sociedad. En el periodo se producirá acontecimientos de envergadura en este campo, fundamentalmente por la necesidad de sacar a la psiquiatría del hospicio y reingresarla al seno de la medicina. Este proceso va de la mano d la introducción de los psicofármacos y de la defensa de la salud mental a través de la prevención y la reevaluación de las diversas técnicas psicoterapéuticas.
Las entrevistas a los primeros graduados de la carrera de psicología de la UBA da cuenta de la inserción temprana de los primeros graduados en tareas clínicas en ámbitos públicos y en ámbitos privados a partir de la derivación de pacientes por los mismos psicoanalistas de esta convivencia inicial, se fue construyendo un proyecto profesional para los psicólogos que combinada un ideal psicoterapéutico de raíz psicoanalítica con un interés político de reforma social. La psicología era una carrera humanística y social que a diferencia de otras carreras de estas características proponía una aplicación práctica bajo el modelo de psicoterapia.
La mayoría de los psicólogos se desempeñaban en el área clínica. Gran parte de los psicólogos en otras actividades psicológicas de jornadas de trabajo del psicólogo breves. Por esto si bien la orientación predominante del perfil profesional era la clínica, esta no se correspondía estrechamente con una real inserción profesional en términos de ingresos económicos y de ocupación plena.
Esta “subocupación” de los psicólogos puede ser pensada en dos direcciones: por un lado, en términos de condiciones objetivas, los psicólogos como grupo eran nuevos en el mercado de trabajo y debían competir con profesiones ya consolidadas como los psicoanalistas médicos y los psiquiatras que contaban con mayor legitimidad y habilitación legal para ejercer sus prácticas. Pero también resulta importante considerar los problemas ligados a la relación subjetiva que establecían los psicólogos con sus propias prácticas y las dificultades que encontraban como grupo para asumir una profesión en la cual las gratificaciones personales que la misma les proveía podían ser más importantes que las gratificaciones económicas. En efecto, la mayoría se encontraba más satisfecho por la tarea realizada que con respecto a los ingresos percibidos.
Los psicólogos integraron progresivamente en los Servicios de Psicopatología y Salud Mental en calidad de “aprendices” y de investigadores por un lado y por el otro, ofreciendo una serie de competencias ligadas a la evaluación y al diagnóstico de la personalidad que les permitieron incorporarse al terreno de las psicoterapias de manera gradual y más o menos controvertida según los ámbitos de inserción.
Se apropiaron de determinadas problemáticas psicopatológicas e iniciaron tareas de investigación empírico – clínicas en las que en general incluían técnicas proyectivas de diagnóstico y a modo de prueba, tratamientos psicoterapéuticos de orientación psicoanalítica. De este modo buscaban demostrar la efectividad de las mismas en trastornos de acceso difícil para los médicos al mismo tiempo que insistir sobre el valor diferencial de una intervención estrictamente psicológica.
A estos tipos de trastornos podemos clasificarlos en dos clases:
Patologías psicosomáticas que ya pertenecían al dominio del psicoanálisis y donde los psicólogos encontraban una tradición teórica y clínica para sostener sus investigaciones.
Patologías ligadas más directamente a problemas vinculares o sociales. Por ejemplo: el vinculo madre e hijo, las relaciones familiares, le intercambios grupal, una mirada sobre la infancia que destacara los aspectos psicológicos presente en toda intervención médica en los niños.
Se creó en noviembre de 1962. Conto
con 32 participantes de los cuales ocho eran todavía alumnos de la carrera. Su
primer presidente fue Isabel Calvo, le siguieron María Rosa Glasserman, María
Luisa Siguier de Ocampo, Osvaldo Devries y Roberto Harari.
Tal como relata Calvo, fue fundada
como una manera de defender los derechos como profesionales y empezar a luchar
en contra las prohibiciones de ejercer. Así, la APBA, fue en su primera década
de existencia un espacio altamente representativo de los intereses de los
psicólogos porteños. También pareciera que la misma ocupo un lugar como espacio
social de intercambio y de consolidación grupal y al mismo tiempo como una
entidad que iba buscando los modos de intervenir en los ámbitos donde se
discutían las problemáticas relativas a la salud mental: Congresos, jornadas,
revistas por un lado y en la universidad por otro.
Asimismo se observa como la APBA
adquiere la difícil responsabilidad de ser juez y parte en el terrero de las
acreditaciones profesionales para formar nuevos profesionales.
Las condiciones particulares del
proceso político argentino determinaron un antes y un después en la
historia de la historia argentina. En el caso específico de la carrera de
psicología, la intervención en la universidad promovió el rápido crecimiento de
profesionales en la asunción de responsabilidades docentes, otorgándoles un
reconocimiento que le hubiese sido más complejo de obtener en condiciones de
normalidad institucional.
Asimismo, revelo la vacancia de
referentes claros de saber en lo tocante a la habilitación y formación de estos
nuevos profesionales. En efecto, ¿Qué instituciones o? Fueron los mismos
psicólogos a través de la asociación gremial que los nucleaba, quienes
cumplieron un rol como figuras representativas estaban en condiciones de
evaluar objetivamente el “saber” de los psicólogos para enseñar, clausurando de
esta manera la apertura interdisciplinaria que caracterizo el periodo
precedente y estableciendo las bases para un modelo endogámico de formación que
llevo a ocultar quizás antes de tiempo la incertidumbres y vacilaciones en la
definición del rol.
Dafgal, Alejandro
Disputas en torno al ejercicio legal del
psicólogo y la definición de su rol a principios de los años 60. Disputas de
los psiquiatras con sus colegas, psicoanalistas y psicólogos.
Los médicos
psiquiatras veían a la aparición de la nueva figura del psicólogo como un
riesgo inminente dentro de los límites legales, ya que buscaban asentarse en su
lugar, invadiendo de alguna forma su monopolio medico en el dominio de las
psicoterapias.
Lo cierto
es que a pesar de contar con un mayor reconocimiento que la psicología, la
psiquiatría había entrado en crisis. La psiquiatría tradicional, ante la
creación del Instituto Nacional de Salud Mental en 1957 y por una pérdida del
valor en cuanto a su accionar había comenzado un declive importante en esa
época. Cabe recordar que en el pasado, para bien o para mal, psiquiatras habías
oficiado de sacerdotes o de brujos, que curaban por medios misteriosos. La
psiquiatría se sentía amenazada por la psicología ya que esta buscaba
insertarse en su terreno legal del tratamiento de enfermedades del “espíritu”.
Luego,
otras disputas comenzaron a tensionar aún más la cuestión y a confundir aún más
la definición del rol del psiquiatra.
Los
psiquiatras habían encontrado en los medicamentos un arma mediante el
desarrollo de la psicofarmacología pretendían conservar su prestigioso lugar
pero esto cambió cuando otros médicos comenzaron a contar con la misma
formación y alcance a esos medicamentos por igual. Comenzaron una disputa con
sus propios colegas.
A su vez,
tenían o veían a los psicoanalistas, como “enemigos íntimos” ya que contaban en
su mayoría con título de médicos pero a la vez, se basaban en un terreno
críptico que no era fácil de combinar con sus inicios o su formación
psiquiátrica. Sin embargo, algunos psiquiatras más progresistas pudieron
disolver ese obstáculo y ver al Psicoanálisis como una herramienta útil y
combinable en su medio. Este fue el caso de José Bleger, entre otros.
Y por
último, cabe mencionar la disputa ya antes desarrollada. La de los psiquiatras
con los psicólogos. El hecho de que sus planes de estudios incluyeran una “rama
clínica” con alusión al “diagnóstico” y a una “psicoterapia” les resultaba muy
inquietante y una amenaza.
El marco legal para el ejercicio de la
psicoterapia
Respecto a
las psicoterapias el marco legal sostenía que se debían ejercer bajo un titulo
médico. Por lo tanto, se negaba toda equivalencia entre el titulo médico y el
de los títulos de “carreras menores. Ateniéndose entonces ante esas
disposiciones en el ámbito de la psicoterapia, los psiquiatras debían aceptar
la competencia de sus colegas provenientes de otras especialidades médicas. Sin
embargo, no tenían por qué aceptar la competencia de los psicólogos, ya que
carecían de un titulo medico pero que, a pesar de todo, tenían un diploma de
carrera mayor lo que haría necesario librar una suerte de “guerra preventiva”
que atacara la formación clínica de los mismos. Respecto, en cambio, a los
psicoanalistas la solución no era tan sencilla. Ellos tenían titulo médico y
por lo tanto, dentro del marco legal, poseían todo el derecho de ejercer las
psicoterapias.
Características de las primeras prácticas
de los psicólogos
Lo que se
disputaba era la autonomía del psicólogo en el medio de las psicoterapias. Los
psiquiatras sostenían que su figura – la del psicólogo- debía solamente
colaborar en el ámbito del estudio y la investigación de la personalidad y que
el ámbito de la psicoterapia era únicamente medico pero el psicólogo podía
actuar como un auxiliar siempre y cuando esté bajo la dirección responsable de
un médico.
Para los
fundadores de las carreras de Psicología el ejercicio de la misma iba a ser un
problema en algunos dominios. Sin embargo, salvo en los caso de Bernstein y de
Telma Reca.
Es evidente
que estos profesores sostenían que el psiquiatra debía tener el control de la
situación. En este dominio, el rol del psicólogo aparecía por completo
subordinado. Así el conflicto no se planteó x un lado, por médicos cuya
pertenencia corporativa era muy sólida y por el otro, por personajes
particulares como Jamie Bernstein, que se aliaban a médicos cuya identidad
profesional era menos excluyente como José Bleger y Raúl Usandivaras. Estos
últimos vehiculizaban las demandas de los estudiantes en lo tocante a un rol
autónomo y jerarquizado, contribuyendo además al desarrollo de una identidad
profesional
Pero luego
de que el proyecto científico de los fundadores fuera abandonado, cuando los
primeros psicólogos comenzaban a egresar en Rosario se hacía evidente la
inclinación cada vez más clínica y psicoanalítica de los psicólogos.
En la
plata, era diferente. El representante del claustro de estudiantes de la
facultad de humanidades estaba en condiciones de calmar las ansiedades de los
médicos diciendo que ellos hasta estaban en contra de los supuestos universales
de la Teoría de Freud, alegando que no tenía nada que ver con el PSA. logrando
su objetivo y los médicos solo criticaron muy poco la formación impartida por
la carrera de psicología. En consecuencia, la rama clínica no fue suprimida y
el plan de estudios fue aprobado.
Este logro
implico En primer lugar, el psicólogo solo debía ocuparse “de la normalidad”,
ya que el dominio de la psicopatología seguía siendo patrimonio exclusivo de
los médicos. De este modo, psicoterapias y psicoanálisis debían ser excluidas
de las actividades profesionales del psicólogo. En cuanto al psicólogo clínico
su función era definida siguiendo los estatutos de la American Psychological Association. Debía “realizar el examen psicológico con técnicas científicas, interpretar
los datos que proporcionan dichos instrumentos, establecer el dictamen
psicológico que surge de los mismos y entregárselos al médico para que éste
formule el diagnóstico e indique las medidas terapéuticas correspondientes”.
Una vez
más, no resultaba tan claro que la propuesta de este rol subordinado hubiera
sido vivida como una concesión, porque estos médicos profesores de psicología,
a diferencia de Bleger o Bernstein, no parecían tener otras ambiciones para el
psicólogo clínico, que la de ser un colaborador del psiquiatra. En segundo
lugar, porque toda esta discusión no tendría ningún efecto directo sobre las
prácticas de los psicólogos, ya que las resoluciones de la universidad solo se
referían a la formación de los futuros profesionales, pero no tenían alcance
alguno sobre el ejercicio profesional.
⮚Organización profesional de
los psicólogos y primeros ámbitos de prácticas:
●En
los años 60, luego de la titulación de los primeros psicólogos nacieron también
las primeras asociaciones profesionales. La más importante de ellas fue la
Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA) creada en 1962.
●En
esos años se hacían evidente, la necesidad de los psicólogos de organizarse.
Esto era por las luchas psiquiátricas en torno al ejercicio profesional.
●La
psicoterapia y el psicoanálisis estaban en el centro de las discusiones que
apuntaban a la renovación de las disciplinas psicológicas. Pero ahora esas
discusiones se vinculaban a la emergencia de un nuevo profesional y a la
constitución del campo de las ciencias humanas.
●Los
psicólogos comenzaron por insertarse en equipos terapéuticos de diversas
instituciones. Pero, lo correcto sería corregir y nombrar a psicólogas, debido
a que ellas con el profesor José Bleger veían la clínica como un ámbito
efectivo para la primera inserción.
●Todo
indica que la integración de los psicólogos al campo profesional fue un proceso
gradual, de conquistas progresivas. Su inserción en múltiples instituciones no
parecía estar guiada por la búsqueda de un beneficio económico sino más bien
por la necesidad de una formación profesional específica, a mediano plazo.
●Eran
los comienzos de una tradición según las cual los psicólogos iban a repartir su
tiempo entre actividades institucionales más o menos mal renumeradas, y una
práctica privada cada vez más reconocida que eran reguladas estatal// y de los
vaivenes de la vida política del país.
●Gradualmente,
la clínica adquiriría el estatuto de símbolo en la actividad del psicólogo,
símbolo que a diferencia del consultorio de los médicos, no incluía una camilla
sino un diván.
Carpintero E. y Vainer
Transformaciones
Salud Mental. Importancia del Instituto Nacional de Salud Mental.
✔La
Argentina tenía consolidado un defectuoso
sistema manicomial. Entre 1880 y 1990 se había afirmado un dispositivo
psiquiátrico siguiendo el positivismo y
a la psiquiatría francesa, el denominado
“alienismo”. En este modelo se proponía la curación de la enfermedad mental
mediante el encierro de los
pacientes.
Pero, en poco tiempo, estos
manicomios reflejaron la imagen de un gran
encarcelamiento, desatendido en condiciones especiales con las cuales el
alienista debía contar para el tratamiento.
El alienista Domingo Cabred alivio parcialmente esta
cuestión mediante sus propuestas (construcción de numerosas colonias y asilos,
la neurología y la criminología, etc.)
✔Sin
embargo, El modelo agroexportador y el aumento de las inmigraciones implicaron
el crecimiento de las ciudades y se produjeron nuevos problemas sociales y
sanitarios. De ese modo se incorporaron ideas
de higienismo, cuyo objetivo era
prevenir diversos problemas sanitarios en el conjunto social desde
epidemias hasta delitos, enfatizando la necesidad de la prevención. Una de las principales figuras fue Adolf Meyer.
Los Higienistas en Argentina
planteaban reformas sociales preventivas, mediante la intervención del Estado,
para la solución de problemas sociales, ampliando el concepto de Salud Pública.
Por otro lado, la Higiene Mental validaría
la psicoterapia como tratamiento efectivo para las enfermedades mentales.
✔En
los años del gobierno de Perón la
situación del deterioro de los manicomios se mantuvo. Camas insuficientes,
estado deplorable, mala atención, presupuesto escaso.
✔A
nivel mundial la situación había cambiado luego de la Segunda Guerra Mundial; se había afirmado el movimiento de Salud Mental en los países capitalistas centrales y
habían surgido organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos sostenían la
necesidad del pasaje de la Psiquiatría a
la Salud Mental, según el Estado de Bienestar impuesto en cada país.
✔En
la Argentina, estos cambios fueron promovidos en los años 50 por un grupo de psiquiatras “reformistas” su visión de la psiquiatría era más amplia
y abarcaba distintas disciplinas que
iban desde el psicoanálisis hasta la reflexología.
En 1957 se creó Instituto Nacional de Salud Mental (INSM)
→La importancia de la creación
es en el pasaje de la Psiquiatría hacia la
Salud Mental. Rompió así el paradigma psiquiátrico reinante hasta entonces en
el país. Daba lugar así a la comprensión del daño psíquico, en relación con las
fragilidades subjetivas y con los factores de riesgo; la reformulación de
teorías con aperturas a conceptualizaciones sociológicas, antropológicas,
políticas, etc.; nuevas prácticas con preponderancia de técnicas
psicosociológicas, en función preventiva; la abolición progresiva de la
institucionalización psiquiátrica y sus establecimientos manicomiales para ser
reemplazados por Centros Periféricos y equipos comunitarios, entre otras cosas.
Así el eje de la asistencia
se había desplazado del asilo al hospital público, del tratamiento de los
enfermos mentales a la prevención.
Vallejo, Pablo
La autorización del psicólogo para la práctica del Psicoanálisis en las
primeras asignaturas de Psicoanálisis de las carreras de Psicología (si)
Fuentes
utilizadas:
●La
clase inaugural de la materia Psicoanálisis dictada en 1959 por José Bleger en
Rosario
●La
primera clase dictada por Andrés Nader
en Tucumán en 1965
José Bleger:
⎯Expuso
las posibilidades del Psicólogo como practicante del psicoanálisis.
⎯Planteó
un límite para el psicólogo ante el psicoanálisis clínico, propio de analistas
formados en la APA.
⎯Recordó
la distinción freudiana de psicoanálisis profano,
practicado por no médicos y de psicoanálisis silvestre, el ejercido por terapeutas que no contaban con formación
psicoanalítica.
⎯Bleger
deja establecido a sus estudiantes que lo escuchan que no se formaran allí en
la Universidad como analistas ya que no es una institución que pueda impartir
dicha formación. Se tratará de incorporarlo como un pensar dinámico o
psicoanalítico.
⎯El
psicoanálisis aplicado es el admitido para el psicólogo y de muy amplias
posibilidades en tanto todo lo referido al hombre puede ser estudiado. Bleger
lo propone para los especialistas de otras ramas científicas, en este caso la
Psicología.
Este viene de la mano de la
propuesta de Freud en “El interés por el psicoanálisis” en donde lo propone al
PSA para distintas disciplinas en el tiempo de expansión del psicoanálisis.
⎯Bleger
concibe al PSA como un saber que puede echar luz en Psicología.
Andrés Nader:
El primer
plan de estudio de la carrera de Psicología en la UNT en relación a la
asignatura Psicología Profunda, estuvo vacante durante algunos años. ¿Por qué?
Porque en esos años aún no se contaba en Tucumán con alguien con una formación
de analista que pudiera enseñar PSA.
El cargo
fue otorgado en 1963 a Nader, medico tucumano que había hecho su práctica y
propio análisis en Alemania.
Que Nader
fuera contratado por la UNT implicaba un reconocimiento como psicoanalista,
Se vio
obligado a renunciar en 1973.
Nader
durante su transcurso en la UNT deja entrever en su programa un enfoque de
psicopatología más de su práctica que de su cura.
Todavía se
piensa en los aportes que realizó Nader pero lo que es indudable es que su
inserción favoreció el acceso de los psicólogos a la idea de una práctica de
psicoanálisis e instalo en Tucumán “la consulta al psicólogo” como hecho
creciente.
El estudiante
podía encontrar en Psicología Profunda la autorización como practicante clínico
y como psicoterapeuta. Nader establece que el psicoanalista podría ser un
médico o un psicólogo. Así equipara ambos títulos y reemplaza:
●Psicoanálisis
como Psicoterapia
●Psicoanalista
como Psicoterapeuta
●Psicoanálisis
como Psicología Profunda
Vallejo, Pablo
El psicoanálisis profano en la
profesionalización de la Psicología en Argentina
En el
proceso de profesionalización de la Psicología en la Argentina tuvo un
importante lugar la relación que los psicólogos fueron estableciendo con el
psicoanálisis. Éste fue invocado en los fundamentos para la legalización de la incumbencia
del psicólogo en la práctica de la psicoterapia.
Los
distintos problemas por los que esa relación habrá de transitar se los menciona
en la primer clase inaugural de José Bleger en 1959. Estos tendrán su impacto
en la profesionalización de la Psicología y en el campo del psicoanálisis. Se
pueden destacar 2 problemas:
La
expansión del Psicoanálisis. La propuesta de Bleger forma parte del
ofrecimiento de conocimientos del psicoanálisis para profesiones de otras ramas
o disciplinas, en este caso Psicología.Pero se advierte que el psicoanálisis aplicado no tendrá la misma
localización disciplinar que la realizada por los analistas. El problema
residirá en los alcances y características de ese psicoanálisis aplicado.
El análisis
profano o lego. Bleger advertía a sus estudiantes que su enseñanza no formaría
analistas ni profanos o legos (no médicos) ni silvestres (los que no cuentan
con una capacitación para la práctica de la cura). La formación de analistas
estaba reservada para la APA.
●Si
el PSA es algo que importa no solo a psicoanalistas se corre el riesgo de que
las nociones freudianas quedaras apresadas por la lógica y los métodos de otro
discurso y así perder lo que les era propio.
●¿La
información operante de Bleger
reemplaza la formación del analista?
●Había
un movimiento internacional psicoanalítico en torno al psicoanálisis lego.
¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis?
Establecer que el PSA no es
una práctica médica que, como dice Freud, los enfermos de los que el PSA se
ocupa no son como los demás, ni tampoco su terapéutica, lleva a concluir que
los no médicos pueden practicarlo. Pero ese pueden requiere ser situado. Se
tratará de un analista lego en medicina NO un analista lego en psicoanálisis.
Lego en psicoanálisis es el analista silvestre. Así, tanto la denominación de
lego y de silvestre es contradictoria con la idea de analista.
●La
psicologización del PSA en Argentina contribuyó notablemente a la expansión del
mismo, tomando un lugar de autoridad en los intentos de dar cuenta de una
multiplicidad de problemas sociales para los cuales los psicólogos eran
convocados.
●Se
legalizó la psicoterapia para el psicólogo pero no así el psicoanálisis, la
carrera de Psicología no bastaba para ello a menos que se entienda que si lo
hacía.