Portada » Filosofía » Aristóteles: Metafísica, Ética y Teoría del Conocimiento
Aristóteles, el renombrado filósofo griego, definió la sustancia como la esencia intrínseca de un ser, aquello que lo distingue y le otorga identidad. En contraste, los accidentes son características que pueden cambiar sin alterar la esencia fundamental de la sustancia.
Aristóteles clasificó la sustancia en dos tipos: sustancia primera, que se refiere a entidades individuales como Sócrates o un árbol específico, y sustancia segunda, que denota la especie o el género al que pertenece la sustancia primera, como «hombre» o «árbol».
Para explicar el cambio y el desarrollo de la sustancia, Aristóteles introdujo los conceptos de materia y forma. La materia representa el potencial de la sustancia, mientras que la forma es su esencia actual, la que le da su identidad específica.
La teoría de la potencia y el acto de Aristóteles proporciona una explicación del cambio y el movimiento en el mundo natural. La potencia se refiere a la capacidad de algo para convertirse en algo más, mientras que el acto representa su estado actual de ser.
Por ejemplo, una semilla tiene la potencia de convertirse en un árbol, y cuando esa potencia se realiza, se convierte en un árbol en acto. Esta teoría contrasta con la visión estática de la naturaleza de Parménides, quien sostenía que el cambio era una ilusión.
Aristóteles identificó cuatro causas que explican la existencia y el comportamiento de las cosas:
Por ejemplo, en el caso de una estatua, la causa material sería el mármol, la causa formal sería la forma de la estatua, la causa eficiente sería el escultor y la causa final sería la belleza o la conmemoración.
Aristóteles consideraba la felicidad como el objetivo final de la vida humana. Para él, la felicidad no era simplemente un sentimiento de placer, sino una actividad del alma de acuerdo con la virtud.
Aristóteles identificó dos tipos principales de virtudes: virtudes éticas, como la valentía y la justicia, que se adquieren a través de la práctica y el hábito, y virtudes dianoéticas, como la sabiduría y la prudencia, que se desarrollan a través del aprendizaje y la reflexión.
Aunque Aristóteles fue discípulo de Platón, sus filosofías divergieron en varios aspectos clave. Una de las principales diferencias fue su concepción de las Ideas. Platón creía que las Ideas eran formas perfectas e inmutables que existían en un mundo separado del nuestro. Aristóteles, por otro lado, sostenía que las formas eran inherentes a las cosas mismas.
Otra diferencia importante fue su enfoque del conocimiento. Platón creía que el conocimiento verdadero solo podía obtenerse a través de la razón, mientras que Aristóteles enfatizaba la importancia de la experiencia sensorial.
En cuanto al alma, Platón creía que era inmortal y que existía antes y después del cuerpo. Aristóteles, por el contrario, veía el alma como la forma del cuerpo y sostenía que no podía existir separada de él.
A pesar de sus diferencias, tanto Platón como Aristóteles hicieron contribuciones significativas a la filosofía occidental y sus ideas siguen siendo estudiadas y debatidas en la actualidad.