Portada » Ciencias sociales » Antropología y evolución humana
Los seres humanos somos seres vivos y compartimos muchas características con los demás animales. Pero si queremos entender lo que nos caracteriza como humanos, debemos tener en cuenta otras facetas de nuestra realidad. Existe en nosotros una dimensión psicológica, porque somos capaces de sentir, pensar, recordar y emocionarnos. También somos seres sociales, porque para poder sobrevivir necesitamos relacionarnos y convivir con los demás. Pero, además, hay en nosotros una dimensión personal que nos convierte en seres especiales.
Los seres humanos somos personas porque, además de pensar, sentir y decidir, también somos conscientes de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras decisiones. Esta capacidad de conciencia reflexiva nos permite apreciar el valor único e irrepetible que posee cada existencia humana. Los seres humanos tenemos una dimensión biológica, psicológica, social y personal.
El hombre es capaz de lo mejor y de lo peor, porque el hombre es libre. Pero ese es otro tema que iremos analizando en su momento. En este apartado nos centramos a la condición natural del ser humano que comparte con el resto de seres vivos. Ya de partida conviene que manejemos con claridad dos palabras: materialismo y espiritualismo.
Denominaremos materialismo a aquella posición que señala que el hombre no es más que materia orgánica y no hay nada específico del ser humano que vaya más allá de la materia. Llamaremos espiritualismo a aquella posición que defenderá que no basta la materia para explicar la dignidad del ser humano y por ello defenderá la existencia de entidades no materiales para explicar al hombre, llámese alma, llámese mente.
Ahora bien, conviene que desde el principio tengamos claro que en las visiones antropológicas actuales hay un acuerdo fundamental en que el hombre es naturaleza y es cultura.
La antropología se ocupa de contestar a las preguntas formuladas más arriba y se dedica al estudio del ser humano en todas sus facetas. Antropología es un término que procede del griego, de anthropos, ser humano, y logos, estudio o conocimiento.
Los más antiguos precedentes de la antropología se remontan a la Grecia antigua. Como tales han sido considerados los estudios médico-anatómicos de los médicos helenos Hipócrates y Galeno. En el aspecto cultural, Herodoto de Halicarnaso describió la organización y costumbres de los diferentes pueblos de su tiempo.
El ser humano quedó incluido como objeto de estudio de la ciencia natural en el siglo XVIII gracias a la clasificación de las especies de Linneo. Adquirió entonces su denominación taxonómica:
En el siglo XIX, las teorías de Darwin y los viajes a países exóticos propiciaron la sistematización de la antropología como disciplina científica.
Dependiendo de cuáles sean su objeto y método de estudio, se distingue entre la antropología filosófica y la antropología científica.
La antropología filosófica aspira a una explicación global de nuestra identidad frente a los demás seres, para lo cual pretende definir los rasgos esenciales del ser humano.
La antropología científica es una disciplina de origen mucho más reciente. Surgió en la segunda mitad del siglo XIX, alentada por el desarrollo de la teoría de la evolución. Se ocupa de la dimensión biológica y la cultural de la especie humana.
La antropología física estudia los aspectos biológicos propios del ser humano, mientras que la antropología cultural estudia el origen, desarrollo, estructura y características de la cultura humana.
La antropología física estudia el proceso de hominización para obtener conclusiones acerca de en qué consiste la naturaleza humana desde el punto de vista biológico, mientras que la antropología cultural atiende al proceso de humanización.
Durante mucho tiempo predominó la creencia de que las características de los seres vivos eran algo permanente y fijo en el tiempo. Esta teoría, denominada fijismo, afirma que los seres vivos siempre se han mantenido iguales, transmitiendo fielmente sus características de generación en generación.
El primer científico que propuso una teoría de la evolución fue Jean-Baptiste Lamarck (1744–1829). De acuerdo con su interpretación, denominada lamarkismo, las transformaciones que experimentan las especies vivas pueden entenderse mediante dos leyes básicas.
La publicación en 1859 de la obra de Charles Darwin, biólogo británico, El origen de las especies, supuso la quiebra de las doctrinas fijistas imperantes hasta ese momento.
Llamamos antropogénesis al proceso de nacimiento de la especie humana. En este proceso de antropogénesis distinguir proceso de hominización y proceso de humanización.
La hominización es el proceso que permitió que la especie humana evolucionase desde sus primeros ancestros hasta el Homo sapiens sapiens. Son los cambios biológicos evolutivos que han caracterizado a la evolución de los homínidos.