Portada » Español » Vanguardias artísticas y literarias: Futurismo, Dadá, Surrealismo, Expresionismo
Las vanguardias artísticas y literarias surgieron como respuesta a una crisis espiritual, marcada por el descontento radical hacia el presente en sus diversos aspectos sociales, ideológicos y culturales. La Primera Guerra Mundial inicialmente fue recibida con entusiasmo como una forma de purificación, pero al finalizar intensificó el rechazo hacia la civilización europea. Además, hubo un cuestionamiento profundo de los valores occidentales, evidenciado en manifestaciones como el Manifiesto futurista de Marinetti y teorías como la decadencia de Occidente de Oswald Spengler.
Liderado por el escritor italiano Filippo Tommaso Marinetti, el futurismo se caracteriza por la exaltación de la velocidad, la técnica, el deporte o la fuerza. Algunas frases del Manifiesto futurista de 1909 («Queremos glorificar la guerra, única higiene del mundo») anuncian la deriva política de Marinetti, que simpatizó con el fascismo de Mussolini. Los textos futuristas presentan un carácter dinámico y agresivo, que se logra mediante el uso de onomatopeyas y signos no verbales (musicales, matemáticos…), así como por diversas innovaciones tipográficas (letras de distintos tipos y tamaños o cambios en la dirección de los renglones).
El nombre del movimiento (dadá) parece imitar el balbuceo de un bebé, y sugiere el regreso a un estado de inocencia originaria, ajeno a la lógica, que puede relacionarse con el primitivismo propio de las vanguardias. Los autores dadaístas cultivaron la poesía fonética, el collage o el ready-made, en una tentativa de demolición de la cultura burguesa por medio de la burla, la provocación o el absurdo. El dadaísmo surge en 1916 en Zürich, donde se reúnen, huyendo de la guerra, un grupo de escritores de nacionalidades diversas: el alemán Hugo Ball, el rumano Tristan Tzara o el francés Jean Arp.
El origen del surrealismo se sitúa en 1924, fecha en la que el escritor francés André Breton (quien había cultivado el dadaísmo) publica el Primer manifiesto del movimiento. En él propone una liberación integral del espíritu, que pretende romper con las ataduras de la moral y de la razón. Frente al conservadurismo moral, el surrealismo defiende el amour fou (amor loco), que desafía las convenciones morales y, en particular, la represión sexual propia de la sociedad burguesa. Desafía la razón al destacar la intuición, la imaginación y los sueños como medios de conocimiento. Influenciado por el psicoanálisis de Freud, explora el inconsciente a través de nuevas estrategias literarias, como la escritura automática. Breton contó con la colaboración inicial de Louis Aragon y Paul Éluard, y atrajo a artistas como Salvador Dalí, Joan Miró y René Magritte. El movimiento dejó una profunda huella en obras clave de la poesía en castellano de los años treinta, como «Poeta en Nueva York» de Federico García Lorca y «Residencia en la tierra» de Pablo Neruda.
El expresionismo es un movimiento heterogéneo que se desarrolla en Europa central durante el primer cuarto del siglo xx. Se caracteriza por el rechazo de la guerra y de la tiranía; la tendencia a la deformación grotesca, a menudo como cauce de la crítica social; la expresión del horror ante la barbarie y la crueldad humanas, así como de la angustia, la soledad o la alienación del yo en la sociedad contemporánea. Con el expresionismo pueden relacionarse pintores como Edvard Munch, Oskar Kokoschka,; músicos como Arnold Schönberg; cineastas como Robert Wiene; escritores como Bertolt Brecht, George Trakl,, o en España, el Valle-Inclán del esperpento.
En España, las vanguardias, contemporáneas a la generación del 14, contrastan al adoptar un enfoque irracionalista y antiburgués, con destacadas figuras como Picasso y Dalí, mientras se explorará la influencia surrealista en la generación del 27.
Ramón Gómez de la Serna, introductor de vanguardias en España, lideró la revista Prometeo (1908-1912), difundiendo los manifiestos futuristas italianos y destacando los primeros textos vanguardistas españoles. Es el creador de las greguerías, enunciados breves e ingeniosos que ofrecen perspectivas inusuales sobre la realidad. Las greguerías buscan sorprender al relacionar ideas no convencionales, empleando recursos como metáforas audaces y humor característico de las vanguardias. Gómez de la Serna veía en el humor una herramienta para enfrentar el miedo y las desgracias, atribuyéndole una raíz grave o pesimista. Su legado destaca en la innovación literaria y el juego creativo.
El ultraísmo, movimiento vanguardista en la poesía en español, surge en 1918 con un manifiesto que propone una poesía alejada de la expresión directa de sentimientos, enfocándose en captar sensaciones. Publicado en revistas como Grecia o Ultra, sus poemas tienen un tono jovial, similar a las greguerías, destacando por influencias futuristas, uso visual de palabras, metáforas originales y supresión de signos de puntuación. La disposición visual y la asociación insólita de imágenes son centrales en estos poemas, rompiendo con la lógica sintáctica convencional. Destacados poetas ultraístas incluyen a Guillermo de Torre, Rafael Cansinos Assens y Gerardo Diego.
Vicente Huidobro (1893-1948), poeta chileno y creador del creacionismo, abogó por utilizar el lenguaje para dar vida a una realidad única, distinta del mundo exterior. En sus manifiestos, como cuando escribe: «El pájaro anida en el arco iris», introduce hechos novedosos, inéditos, que despiertan el deseo de contemplar lo nunca visto. Su obra clave, El espejo de agua (1916), marca el inicio de esta nueva estética.
César Vallejo, destacado poeta peruano (1892-1938), es reconocido por obras como «Los heraldos negros,» «Trilce,» «Poemas humanos,» y «España, aparta de mí este cáliz.» Su obra más radical, «Trilce» (1922), refleja un mundo interior tormentoso a través de una violenta distorsión del lenguaje, con rupturas ortográficas, onomatopeyas y neologismos. Estos poemas herméticos revelan elementos autobiográficos universales como la pérdida, la orfandad y la incomunicación. «Poemas humanos» (1939), publicado póstumamente, muestra un giro hacia la solidaridad con los desfavorecidos, mientras que «España, aparta de mí este cáliz,» también póstumo, refleja su compromiso político, influenciado por la Guerra Civil española.
Pablo Neruda, destacado poeta chileno, sobresale por tres obras fundamentales: «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» (1924), «Residencia en la tierra» (1935) y «Canto general» (1950). «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» explora la angustia existencial y el sentido de la vida a través del amor. La plenitud amorosa se entrelaza con la naturaleza, pero la presencia silenciosa de la amada a menudo lleva al fracaso del amor, sumiendo al yo poético en la melancolía y soledad. «Residencia en la tierra», dividido en dos partes, profundiza en la angustia a través de imágenes irracionales y caóticas, influidas por el surrealismo. La «Tercera residencia» aborda la Guerra Civil española, incorporando inquietudes políticas y sociales en la poética de Neruda. «Canto general», la obra más extensa y ambiciosa del poeta, condensa la historia de América a través de más de quince mil versos. Se critica la Conquista española, equiparada al imperialismo norteamericano, y se idealizan las sociedades precolombinas. En un tono profético, el emisor poético se convierte en portavoz del pueblo, protagonista de la obra.