Portada » Magisterio » Desarrollo de la actividad sensorio-motriz en la infancia
La actividad sensorio – motriz es la actividad dirigida al mundo exterior a través de la sensibilidad y del movimiento propio. Se desarrolla a través del automatismo y de la invención de conductas adecuadas ante nuevas situaciones.
Un automatismo es un sistema de movimientos dúctiles y adaptables a las circunstancias permanentemente cambiantes de lo real. Sucesión de gestos adaptados a la situación. Anulación de bloques preexistentes de movimientos con objeto de hacer uso exclusivamente de las combinaciones requeridas por la acción en curso. Hay 2 tipos de automatismos: los naturales y los artificiales.
El último fin del automatismo es la fusión con el instrumento: Se eliminan los límites que contraponen el mundo exterior al individuo. El automatismo se asimila a los instrumentos de los que hace uso. El acróbata, por ejemplo, se hace uno con la barra.
Fases de la construcción del mundo exterior: 1. Participación en el objeto. 2. Transferencia al objeto de la actividad del sujeto. 3. La acción se integra en el espacio. 4. Dimensiones y orientaciones en el espacio.
Al final, por mucho ejercicio y muchas repeticiones de movimientos que hagan los niños no es suficiente, hace falta madurez. Por eso hay niños que por mucho que repitan los movimientos, no evolucionan en la consecución de los movimientos y no avanzan, dado que hay una falta de madurez a la que todavía no han llegado. Esto nos puede ayudar a determinar ciertos trastornos (se puede apreciar también en el lenguaje).
Wallon define un estadio como un conjunto de características específicas que se establecen a partir de las relaciones que el sujeto mantiene con el medio, en un momento dado del desarrollo.
La fase proyectiva del estadio sensoriomotriz es la última fase, pasan del estadio sensoriomotor al de la personalidad. Ya tienen una idea mental clara de las cosas, en la fase anterior las están descubriendo. En esta fase ya han empezado a desarrollar el lenguaje, lo que imaginan también lo hablan. Nosotros controlamos el espacio abstracto porque, por ejemplo, al mirar la puerta sabemos si pasamos o no por ella. Un ejemplo en el que se ve claramente si tenemos o no control del espacio y el tiempo es cuando nos ponen una canción y controlamos el ritmo de ésta. Hay que tener en cuenta que cada niño tiene sus tiempos y dependiendo del entorno y demás factores cada uno toma su tiempo para pasar de una fase a otra.
El aspecto audio-kinestésico se refiere a una actividad circular pero con sonidos (los balbuceos que hacen antes de hablar). El ejemplo de una niña que tararea la canción de cumpleaños feliz pero no habla es una muestra clara de que se encuentra a punto de pasar al aspecto lingüístico, es decir, está en el final del audio – kinestésico. Mediante los gestos de la boca los niños que se encuentran en esta fase saben deducir si la persona de enfrente habla el mismo idioma que ellos o no. El cerebro a los 2-3 años está creado a un 80%, antes de ese momento hay cosas que les pedimos que hagan pero todavía no están preparados.
Investiga, observa y analiza la orientación y los reflejos. Por ejemplo, porque al escuchar el sonido giran la cabeza y cosas así. Son movimiento, cervicales y laberínticos. Aparecen antes del nacimiento.
– La cohesión de reacciones, actitudes y sentimientos, por participación mutua de las emociones; primera forma de intercambio psíquico (la primera forma de intercambio psíquico es lo del petardo y el atentado). – La asistencia al bebé humano indefenso (a nosotros nos sale de manera innata ayudar a ese bebé que vemos indefenso).
La emoción es configuración plástica del aparato psicomotor o punto de arranque de la actividad representativa, es decir, el primer terreno de las relaciones interindividuales de conciencia, por lo que es primera condición de la vida social y ésta a su vez, de la vida intelectual. Lo primero que va con la emoción es el cuerpo, después de que venga la reacción que esto tiene en nuestro organismo, vendría la conciencia y luego el sentimiento. Ciertas actitudes corporales contribuyen a tener un cierto estado emocional.