Portada » Español » La novela española de posguerra: 1940-1970
La novela de los 40.
En la década de 1940, se impone una orientación realista en la novela y, en esencial, una visión pesimista que ofrece la cara más sórdida de la realidad, poblada por personajes inadaptados, solitarios y frustrados que buscar una salida a su vacío existencial. Las novelas más destacadas de estos años son La familia de Pascual Duarte y Nada.
Esta novela escrita en 1942 por Camilo José Cela 1916-2002, quien obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1989, inaugura una corriente narrativa llamada tremendismo, una reflexión profunda sobre la condición humana en la que se insiste en los aspectos más brutales de la realidad. Así, en la familia de Pascual Duarte, un asesino confiesa sus crímenes antes de ser ejecutado, mostrando los detalles más sórdidos de sus acciones, que son relatadas por el peta unas teléfono objetiva y neutral, sin extraer de ellas ninguna conclusión moral. La novela, No obstant, Deja entrever las causas psicológicas de la conducta de continuar te bajo la narración de los crímenes servicio nombra la remota humanidad del personaje, su radical desvalimiento.
La primera obra de Carmen Laforet 1921-2004, publicada en 1945 con la que ganó el premio Nadal, galardón de extraordinaria importancia en la narrativa de la posguerra. La novela refleja el pesimismo sí que está el dial de esta década. La protagonista es Andrea, una joven universitaria que llega a Barcelona para estudiar letras. La trama recoge hechos cotidianos de la vida de Andrea, inmersa en la incomunicación y el desencanto.
La narrativa de la década de 1950 se centra en los conflictos sociales y en la denuncia de la injusticia. Esta corriente presenta los siguientes rasgos característicos: el empleo de técnicas realistas y el enfoque objetivo de los hechos; el desinterés por el análisis psicológico de los personajes; la sustitución del protagonista por un personaje colectivo; la concentración temporal y espacial de los hechos; y la sencillez y claridad de lenguaje, reflejo del interés por reproducir fielmente el habla coloquial. Novelas destacadas de esta corriente son Las ratas, de Miguel del Vives; El fulgor y la sangre, de Ignacio Aldecoa; y Entre visillos, de Carmen Martín Maite. Aunque las más representativas son La colmena, de Camilo José Cela, y El Jarama, de Rafael Sánchez FerLosio.
Esta obra fue publicada en 1951 Y luego origen a la novela social. La obra posee una estructura original basada en el cruce de las historias que se tejen entorno a los distintos personajes que frecuentan un café madrileño. No hay en ella ningún personaje individual porque el autor quiere presentar de forma fragmentaria y discontinua a las vidas de los personajes, para mostrar así un mosaico de la realidad.
Esta es la novela de Rafael Sánchez Fer Lossio 1927 es la mejor muestra de la técnica objetivista: el narrador se limita a registrar los hechos como Siri una cámara cinematográfica se tratara, sin valorarlos ni comentarles en ningún momento. La obra, publicada en 1955, narra la excursión de unos jóvenes al río Jarama a través de las conversaciones que mantienen dos grupos de personas: los jóvenes excursionistas procedentes de un barrio obrero de Madrid y los adultos que son de una en el merendero próximo al río. La trivialidad de los diálogos, y los que se reproduce con absoluta fidelidad del habla coloquial de la época, y lo insustancial de los hechos narrados hacen aflorar ante lector falta de sueños, de aspiraciones ilusión de ambas generaciones.
El agotamiento de la novela social llegó en la década de 1960 a la búsqueda de técnicas narrativas nuevas. Así, los escritores comienzan a jugar con la forma de relato, alternando de diversas maneras su estructura y el lenguaje. Esta actitud experimentación modifica también la función de lector, que debe participar activamente en la interpretación de la obra. La novela experimental presenta entre otras estas características: la multiplicidad de puntos de vista, mediante la alternancia de las voces de los personajes y el narrador; la destrucción de la linealidad temporal del relato, con técnicas como la retrospección o flashback, que recupera hechos pasados, o la anticipación, que adelante acontecimientos futuros; y el tratamiento innovador del lenguaje, que manifiesta a menudo la ruptura de la lógica y de la sintaxis. Entre las obras pertenecientes esta tendencia destacan San Camilo, 1936 y Oficio de tinieblas cinco, de José Cela; Volverás a Región, de Juan Benet; Señas de identidad, de Juan Goytisolo; Últimas tardes con Teresa, de Juan Marce; Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, y Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes. De ellas, las dos últimas son las novelas experimentales más importantes.
La publicación de esta novela en mi 962 marca el inicio de la novela experimental. Luis Martín santos 1924-1964 emplea técnicas narrativas, como el monólogo interior, mediante el que los personajes expresan sus pensamientos y sentimientos de forma libre. También experimenta con el lenguaje alternando estilos muy distintos, que menudo contraste con el tema o el ambiente. La descripción de unas chabolas, por ejemplo se realiza en un tono. Grandilocuente, propia de los géneros literarios más elevados. Con este contraste paródico, el autor gusta poner de relieve el sinsentido de la existencia que llevan los personajes y la sordidez que envuelve la sociedad española. La novela cuenta la historia de Pedro, un médico que vive en Madrid y que es detenido causa de un aborto clandestino en el que se ha visto involucrado. Aunque después desde su cubre suena ciencia, pierde su trabajo y abandona a la ciudad. La obra se Van desvelando las miserias de los distintos círculos sociales en los que se desenvuelve protagonista: la clase alta, los intelectuales, los marginados….
Esta novela, escrita en mi 966 por Miguel Delibes mi 1920-2010 representa la incorporación a la corriente renovadora del autor, que había publicado ya con anterioridad algunas novelas notables: La sombra del ciprés es alargada y El camino, La ratas… Cinco horas con Mario reproduce el monólogo de Carmen mientras vele el cuerpo de su esposo, Mario. En realidad, el texto enfrenta dos ideologías: Una visión conservadora y convencional, encarnada en Carmen; y una visión libre e idealista, representada por Mario. En esta novela el autor consigue persuadir al lector de la frivolidad en constituyen CIA de las ideas de Carmen valiéndose precisamente del propio discurso de esta