Portada » Historia » La Dictadura de Primo de Rivera y el fin del sistema canovista
La larga crisis del sistema canovista se resolvió de forma inesperada mediante el golpe de Estado del Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, el 13 de Septiembre de 1923, golpe aceptado por el monarca y parte de la opinión publica. Pronto se transformo en una dictadura que fomento el desarrollo económico y mantuvo la paz social, a cambio de paralizar la Constitución, prohibir la actividad política y controlar la prensa. El intento final de establecer un Estado corporativista apoyado por un partido único, a imitación del modelo fascista, fracaso. Finalmente, termino por producirse una crisis política que, tras acabar con Primo (que dimite el 28 de enero de 1930), desprestigio al rey Alfonso XIII y allano el camino a la II Republica, que llegaría en 1931.
El régimen de la Restauración fue debilitándose a comienzos del s XX, pues sus problemas estructurales (exclusión de las masas en la política, oligarquía…) no pudieron ser resueltos a pesar de las tímidas reformas y regeneración iniciados tras la crisis de 1898.
Desde 1917 hasta 1923 los gobiernos se vieron incapaces de realizar reformas políticas en profundidad, de hecho hubo una gran inestabilidad política, sucediéndose hasta trece gobiernos distintos. A esto se le añadieron una serie de conflictos sociales y de tensiones políticas consecuencia del conflicto de Marruecos, que imposibilitaron la supervivencia del régimen de la Restauración.
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El Golpe militar que tuvo como consecuencia el inicio de la dictadura de Primo de Rivera, una medida claramente inconstitucional, fue justificado por este y por los sectores que lo apoyaban como una solucion ante la crisis política y la conflictividad social y, se difundio a traves de un discurso con pretensiones regeneracionistas.
La dictadura de Primo de Rivera consta de dos fases. Inicialmente se desarrollo el DIRECTORIO MILITAR (1923-1925), que se mantuvo hasta que comenzaron a intervenir en el gobierno personalidades civiles, desembocando así en un DIRECTORIO CIVIL (1925-1930), aunque no se abandonó nunca el régimen autoritario.
En conclusión, la Dictadura de Primo de Rivera puede considerarse como un intento de las oligarquías económicas e ideológicas españolas de salvar el sistema que le era favorable y que encarnaban políticamente la monarquía y el régimen de la Restauración. Su fracasó abrirá las puertas a la II República, que supondrá un intento de modernización democrática del país por parte de las clases populares y la burguesía intelectual. La férrea oposición de las clases dominantes tradicionales a la democratización, conduciría a la Guerra Civil de 1936 a 1939.