Portada » Historia » Reforma religiosa en Europa: Lutero, la Iglesia en España y el Concilio de Trento
Este monje agustino impulsó un movimiento de reforma religiosa en Alemania que acabaría con la separación de la Iglesia Católica. Su entrada en el monasterio se debió a una promesa que hizo en un momento de temor una noche de tormenta, lo que explica su dificultad por seguir la vocación religiosa. Siendo profesor de Teología, en 1517 clavó sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, contra la venta de indulgencias a cambio de donativos para la construcción de la Basílica de San Pedro. Luego se añadirían otros puntos de controversia que se alejaban de la fe católica. Desde Roma se intentó un acercamiento con Lutero, pero no fue posible. Pese a las advertencias del Papa y del Emperador, Lutero fue endureciendo su postura, hasta ser excomulgado en enero de 1521 por su herejía. Después abandonó sus votos y se casó con una exreligiosa. Además, los príncipes alemanes vieron una oportunidad de enfrentarse al poder del emperador, y apoyaron esta nueva doctrina. El emperador Carlos V tuvo que enfrentarse a los nombres rebeldes y los derrotó en la Batalla de Mühlberg. En 1555 se firmó la Paz de Augsburgo, bajo el lema Cuius regio, eius religio: un acuerdo que divide el Imperio de Carlos V en dos confesiones cristianas (luterana y católica) y otorga a los príncipes alemanes la capacidad de elegir la confesión a practicar en sus Estados.
La primera reforma de la Iglesia “desde dentro” la inició la reina Isabel La Católica. Con la ayuda de su confesor, el cardenal Cisneros:
El cardenal Cisneros puso un especial cuidado en el fomento de la cultura a través de la creación de escuelas y universidades, como la de Alcalá de Henares. Protegió el establecimiento de la imprenta e hizo imprimir, en primer lugar, la Biblia Políglota Complutense. Los Reyes Católicos, además, procuraron defender también la unidad y la pureza de la fe con la expulsión de judíos y musulmanes y la creación de la Inquisición Española.
Ante la situación crítica de la Iglesia, dividida por los reformadores, el papa Paulo III convocó un Concilio Ecuménico en Trento. En él participaron, además del Papa, muchos obispos, representantes del emperador y de los reyes cristianos, Superiores de órdenes religiosas y teólogos invitados para ayudar a definir la fe católica. Destacaron los jesuitas, dominicos y los teólogos de la Escuela de Salamanca. En la segunda etapa del Concilio participaron también delegaciones de los protestantes. Tuvo tres etapas:
Las reformas del Concilio de Trento ayudaron a renovar la piedad, la ascética y la mística católicas. La fe proclamada en Trento se expresó en el Arte Barroco.
Con la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492 y las exploraciones en África y Asia, se dio comienzo a la colonización europea de otras partes del mundo. Tras el regreso de Colón de su primer viaje, los Reyes Católicos tomaron como suya la empresa de evangelizar las nuevas tierras. En el segundo viaje ya fueron religiosos franciscanos para predicar el evangelio a los indígenas. Otras órdenes religiosas se sumaron a esta empresa. Destaca la labor de los dominicos y de los misioneros jesuitas, que fundaron las famosas reducciones del Paraguay (poblados en los que se congregaban los indios y se intentaba educarlos en la vida cristiana) y defendieron los derechos de los indígenas frente a los abusos de los colonizadores. La evangelización de América es otro de los fenómenos afectados por la “Leyenda Negra”, un movimiento de propaganda antiespañola promovida por escritores ingleses, holandeses y de otras nacionalidades durante el siglo XVI, cuyo objetivo era reducir el prestigio e influencia del Imperio español en su Siglo de Oro. La interpretación de la Leyenda Negra presenta a los conquistadores españoles como ejemplos de crueldad y tiranía. Conviene aclarar algunos puntos:
1)Sobre la esclavitud de los indios. La Leyenda Negra presenta a la Iglesia y a la Corona española como promotores de la esclavitud de los indios, pero la historia verdadera es muy distinta:
Sobre la explotación de los recursos de la América española
Al comenzar el siglo XV, la Iglesia estaba necesitada de reforma. La situación era difícil, debido a la corrupción del clero y la ostentación y riqueza de la corte pontificia, donde se daba con cierta frecuencia el nepotismo (concesión de cargos eclesiásticos a los familiares del Papa). Además, La Iglesia renacentista heredaba problemas de épocas anteriores, como la simonía, y la crisis del Cisma de Occidente había disminuido la autoridad moral del Papa en algunas regiones. Todas estas circunstancias propiciaron el surgimiento de diversos movimientos reformistas en el seno de la Iglesia. Para la verdadera reforma de la Iglesia en esta época fue decisiva la respuesta de los santos, como san Felipe Neri en Italia, o santos de la talla de Ignacio de Loyola, Francisco Javier o Teresa de Jesús, en España, que trataron primero de reformarse a sí mismos y ayudar a ser santos a quienes trataban con ellos.
En la reforma de la Iglesia tuvo un papel importantísimo la reforma de antiguas órdenes religiosas, que habían relajado su observancia y que, de la mano de grandes santos reformadores, conocieron una nueva etapa llena de frutos de santidad. Destaca la reforma del Carmelo llevada a cabo por santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, los dos grandes místicos españoles del siglo XVI. Asimismo, fue de gran importancia para toda la iglesia la fundación de la Compañía de Jesús, iniciada en Roma por el santo español Ignacio de Loyola y de otras órdenes religiosas. Iñigo de Loyola fue soldado al servicio del emperador Carlos V. Herido en el sitio de Pamplona, se convirtió al leer vidas de santos durante la convalecencia. Ya recuperado, se entregó a una vida de oración y penitencia, que trajo como fruto a la Iglesia la composición de sus famosos Ejercicios Espirituales. Siendo estudiante en París se le unieron otros compañeros, con lo que fundó la Compañía de Jesús. Paulo III aprobó la Orden en 1540. Su lema era “A MAYOR GLORIA DE DIOS”. Su fin primordial consistía en la propagación de la fe católica, a través de predicaciones, escuelas, universidades, Misiones entre infieles… En un momento en que la mitad de Europa renegaba de la autoridad de Roma, los jesuitas, junto a los tres votos de castidad, pobreza y obediencia, hacen un cuarto voto de especial obediencia al Papa, y se ponen a su disposición para ser enviados donde puedan servir mejor a Dios y a la Iglesia, a la que aman como verdadera madre.
El cisma de Enrique VIII tiene otro origen: el rey era un católico convencido, e incluso recibió el título de “Defensor de la fe”. Pero cuando el Papa se negó a decretar la nulidad de su matrimonio con Catalina de Aragón, de la que el rey quería separarse para conseguir un hijo varón, Enrique decretó:
El Papa excomulgó a Enrique VIII y este respondió proclamándose cabeza de Inglaterra con el Acta de supremacía. A quienes no lo aceptaron los condenó a muerte por alta traición. Murieron mártires los cartujos, el obispo Juan Fisher y el lord canciller Tomás Moro, gran humanista inglés. Se produjo así el Cisma de la Iglesia de Inglaterra (anglicanismo). Enrique VIII no permitió que se pusieran en entredicho los dogmas fundamentales del catolicismo. Sería su hija, Isabel I, la que introdujera las doctrinas protestantes.
Se considera que la Edad Moderna empieza con la toma de Constantinopla por los turcos en el año 1453. Otros autores consideran que la Edad Moderna se abre con la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492. ;En los s. XIV-XVI surgió en el ámbito mediterráneo una tendencia a afirmar el valor del hombre como persona. Es lo que llamamos Humanismo, que tuvo como precursor al poeta Petrarca. ;Erasmo de Rotterdam, santo Tomás Moro o el español Luis Vives fueron importantes humanistas. Todos ellos creyeron en la capacidad del hombre para practicar virtudes y hacer grandes cosas. Pensaban al hombre como un ser inteligente y libre, y daban gran importancia a la educación. ;Los Papas humanistas buscaron engrandecer Roma por el arte y la cultura, con grandes creaciones como la Biblioteca Vaticana o las obras de los grandes artistas (Miguel Ángel, Bramante). ;Los hombres del Renacimiento tuvieron conciencia de haber progresado mucho: conocían la naturaleza esférica de la tierra y se preparaban a nuevos descubrimientos astronómicos y científicos, tuvieron más libros (Gutenberg inventó la imprenta en 1450) y confiaron en las potencialidades del ser humano, frente al teocentrismo de la Edad Media. La mayoría de los humanistas buscaron una simbiosis entre la cultura clásica y la fe cristiana.
5. LA “REFORMA” PROTESTANTE La situación de la Iglesia en el siglo XVI, como hemos visto, era dramática: escándalos en la corte vaticana, relajación de las órdenes religiosas, ignorancia del pueblo sencillo…
Mientras el catolicismo se expandía hacia áreas geográficas donde no había sido predicado nunca, en el viejo continente sufrió una verdadera crisis: la “reforma” religiosa propugnada por los fundadores de las distintas ramas del protestantismo (Lutero, Calvino, Zwinglio) y el cisma provocado por el rey de Inglaterra Enrique VIII (anglicanismo), rompió la unidad de la Iglesia en el mundo cristiano occidental.
Como consecuencia, por primera vez en la Historia, Europa queda dividida en dos campos: el católico y el protestante. Este sistema cristalizó en la fórmula cuius regio, eius et religio, por la cual los súbditos estaban obligados a seguir la religión del príncipe. El enfrentamiento entre estos dos mundos condujo al fenómeno dramático de las guerras de religión, que asolarían Europa en los siguientes siglos.