Portada » Español » Historia del teatro español desde 1936 hasta 1975
1. EL TEATRO DE POSGUERRA. (DÉCADA DE LOS 40).
La década de los cuarenta es una época de fervor triunfalista, pero también de miseria y rencor. El espectáculo teatral permanece aislado del exterior y sometido a una férrea censura. Se pueden considerar tres tipos de teatro:
Este teatro procede de la alta comedia de Benavente y triunfa durante toda la mitad del siglo XX. Los estrenos se convierten en acontecimientos sociales, pues va dirigido a la clase media afecta al régimen. Es un teatro bien construido: los diálogos son sólidos, las sorpresas, calculadas y hay enredos y desenredos. Se le conoce también como comedia de salón. Es un teatro cómico acrítico, amable, divertido e ingenioso que pretende hacer pasar el rato al espectador y no molestarle demasiado en su crítica de las costumbres. No hay crítica política ni social expresa; solo se censuran costumbres y vicios morales de las clases acomodadas (media y alta burguesía). Entre los dramaturgos más destacados cabe citar a José Mª Pemán, Joaquín Calvo Sotelo, Juan Ignacio Luca de Tena o Alfonso Paso.
Dentro de este teatro, aparece una variante que es conocida como comedias a fantasía: obras que presentan la novedad de un lenguaje más elaborado y simbólico y de la introducción de elementos propios de la fantasía y del mundo de los sueños. Destacan autores como Edgar Neville (El baile).
Se trata de un teatro de humor renovado, con situaciones ingeniosamente construidas en las que lo inverosímil y lo absurdo se convierten en protagonistas absolutos. Lo más destacado es el uso de un lenguaje agudo y crítico contra las convenciones burguesas. En el contenido abordan temas como la presión social sobre el individuo, las costumbres burguesas o los conflictos individuales existenciales. Aunque los personajes son principalmente de clase media, también aparecen artistas bohemios. La comedia y la farsa son los géneros preferidos.
Los autores más destacados son:
Los dramaturgos exiliados (sobre todo a México y a Argentina) presentan gran diversidad de tendencias, aunque tienen un tema común: España como paraíso perdido. Son: ALEJANDRO CASONA (La dama del alba), que cultiva un teatro poético, de evasión y con tintes simbólicos; MAX AUB, con un teatro testimonial; y RAFAEL ALBERTI (El adefesio y Noche de guerra en el Museo del Prado), que escribe un teatro político lleno de símbolos, con una técnica esperpéntica.
2. EL TEATRO EXISTENCIALISTA Y DEL REALISMO SOCIAL. (DÉCADAS DE LOS 50 Y LOS 60).
En la década de los cincuenta aparecen inquietudes existenciales. El estreno de Historia de una escalera inicia esta renovación y marca la nueva etapa de la escena española. Al poco tiempo, este existencialismo deriva hacia un teatro social y realista, un teatro de testimonio y compromiso, que no siempre puede estrenarse debido a la censura.
De este período, destacan dos autores: Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. Otros muchos dramaturgos escribieron durante este período, pero la mayoría no pudieron estrenar por la censura hasta la llegada de la democracia: Lauro Olmo, José Martín Recuerda, Antonio Gala…
ANTONIO BUERO VALLEJO: su teatro es una indagación lúcida sobre los aspectos trágicos de la condición humana, un análisis de la sociedad en la que el hombre está sometido a fuerzas alienadoras y lucha por buscar la verdad. Su finalidad es conmover al espectador, reflexionar, pensar… hacerle tomar conciencia sobre los conflictos individuales y colectivos. En su obra aborda temas como la denuncia de la injustica o el inconformismo ante un mundo hostil, el sufrimiento, la búsqueda de la verdad y la lucha por la libertad o la frustración y la utopía imposible. Sus personajes viven en un eterno interrogante, pero apoyados en la esperanza; en ellos prima lo moral sobre lo teórico. Utiliza personajes antagonistas: resignados y rebeldes; conformistas e inconformistas, reflejo de la ambigüedad del ser humano. Cultiva el drama y la tragedia y recupera para el teatro la función catártica de la tragedia clásica y en su obra se distinguen tres etapas:
ALFONSO SASTRE: su teatro se engloba en el realismo social y se caracteriza por una actitud de denuncia social junto a una fuerte voluntad de renovación formal. Funda un grupo de teatro experimental que deriva en el T.A.S. (Teatro de Agitación Social), con el que representa obras de Brecht, Beckett y Ionesco. Su larga producción apenas ha sido representada por problemas de censura y porque no conecta con gran parte de crítica y público. Destacan sus obras Escuadra hacia la muerte (1953): grito contra la guerra en la que desarrolla el conflicto entre el principio de autoridad y el de libertad, o La taberna fantástica (estrenada en 1985, pero escrita veinte años antes).
3. EL TEATRO RENOVADOR Y EXPERIMENTALISTA. (DÉCADA DE LOS 70).
En la década de los 70 llega a España la influencia de vanguardistas europeos como Grotowski o Antonin Artaud y del teatro del absurdo de Ionesco o Beckett. Por ello se produce un movimiento de renovación teatral que se opone a la estética realista: se busca un nuevo lenguaje dramático basado en el espectáculo, la escenografía y las técnicas audiovisuales; casi se destruye la acción y se utiliza la alegoría y la abstracción como una ceremonia ritual. Se les ha llamado teatro subterráneo. Destacan los dramaturgos Francisco Nieva, Fernando Arrabal y el teatro colectivo:
Finalmente, cabría añadir que a finales de la década de los setenta comienzan su andadura dramaturgos que despuntarán en la década siguiente como Fermín Cabal, José Sanchis Sinisterra (¡Ay, Carmela!) o Alonso de Santos (Bajarse al moro).