Portada » Geografía » Áreas industriales y ejes industriales en España
La fuente del mapa que vamos a comentar, titulado “Áreas industriales y ejes industriales en España”, es el libro de Anaya de 2 bachillerato. Nos encontramos con un mapa temático, cuantitativo de coropletas porque mediante círculos está representado el empleo industrial, también es cualitativo corocromático, ya que representa las diferentes áreas industriales de España con diferentes colores.
La localización de la industria presenta desequilibrios territoriales, pues existen áreas industrializadas con distinto dinamismo y áreas de industrialización inducida y escasa.
Este mapa presenta una leyenda con cinco colores. En color verde oscuro se localizan en las áreas industriales desarrolladas en las provincias de Madrid y Barcelona. En verde claro se representan las áreas y ejes en expansión en el eje mediterráneo sobretodo en las provincias de Álava, La Rioja, Navarra, Zaragoza, Lleida, Girona, Barcelona, Tarragona, Castellón de la Plana, Valencia, Alicante, Albacete, Murcia, Toledo, Madrid y Guadalajara. En color rojo aparecen representadas las áreas y ejes en reestructuración en las provincias de Pontevedra, La Coruña, Lugo, Asturias, Cantabria, Vizcaya, Guipúzcoa, Ponferrada, Puertollano, Sagunto y Cádiz. En color morado se localizan las áreas de industrialización inducida en las provincias de Ponferrada, La Coruña, Burgos, Valladolid, Zaragoza, Huelva, Sevilla y Cádiz. Por último, en color amarillo se representan las áreas de industrialización escasa en las provincias no mencionadas anteriormente, las islas Canarias y las islas Baleares.
Podemos observar que hay cuatro tamaños de círculos que presentan la cantidad de tasa de empleo. En primer lugar, a través de círculos grandes se representan las zonas en las que hay más de 50.000 trabajadores en la industria. Como por ejemplo: Bilbao, Valencia, Madrid, Vitoria o Barcelona. En segundo lugar, a través de círculos de tamaño medio se representan las zonas en las que hay entre 20.000 y 50.000 trabajadores en la industria. Como por ejemplo: Las Palmas de Gran Canaria, Alicante, Murcia o Sevilla. En tercer lugar, a través de círculos de tamaño menor se representan las zonas en las que hay entre 5.000 y 20.000 trabajadores en la industria. Como por ejemplo Tarragona, Lleida, Ponferrada, Santander, o Jaén.
En primer lugar, las áreas industriales desarrolladas son los espacios centrales de las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, consolidados como los centros principales de la industria española.
Su evolución reciente ha sido doble. Por una parte, una pérdida de tejido industrial a causa de la reconversión de los sectores maduros y de la difusión de industrias hacia espacios más baratos. Por otra parte, una revitalización industrial, motivada por la implantación de las sedes sociales de las grandes empresas nacionales y multinacionales en edificios emblemáticos de las grandes vías y del centro de negocios; y por la instalación de los sectores de alta tecnología en parques industriales y empresariales.
Como consecuencia, las áreas pierden empleo industrial debido a la deslocalización de fábricas y a la terciarización del empleo, pero concentran el empleo más cualificado, las actividades más innovadoras y las mayores cifras de inversión en I+D+i.
En segundo lugar, las áreas y ejes industriales en expansión son zonas que están recibiendo implantaciones industriales resultantes de la difusión industrial y de la industrialización endógena.
Las coronas metropolitanas de la periferia urbana y las franjas periurbanas de transición entre el espacio urbano y el rural cuentan con algunas industrias en declive o en reconversión. Pero también atraen industrias tradicionales, nuevas o deslocalizadas desde las áreas centrales metropolitanas buscando reducir costes y hacer negocio con la venta del suelo urbano que ocupaban. Suelen ser pequeñas, poco capitalizadas necesitadas de trabajo poco cualificado y flexible y dedicadas a productos tradicionales; subcontratación de tareas; o la transformación de recursos circundantes. En otros casos, las coronas y franjas periurbanas instalan empresas innovadoras en parques tecnológicos.
Los ejes de desarrollo industrial se localizan a lo largo de las principales vías de comunicación. A nivel nacional, destacan los ejes del valle del Ebro y del Mediterráneo. Están relacionados, mediante una red de autopistas
Por otro lado las áreas y ejes industriales en declive y reestructuración son zonas en declive industrial desde la década de 1970, localizadas en la cornisa cantábrica y ciertos emplazamientos (Sagunto, Ferrol, bahía de Cádiz, Puertollano, Ponferrada y los valles del textil catalán). Las causas del declive son la especialización en sectores maduros que sufran la competencia de países más baratos, ocasionando de industrialización, paro y emigración.
La reindustrialización ha encontrado dificultades, a causa de la escasa diversificación industrial motivada por el predominio tradicional de grandes fábricas con pymes muy dependientes de ellas; el escaso espíritu empresarial por el predominio histórico del sector público; la existencia de una mano de obra poco diversificada, poco cualificada y conflictiva, un urbanismo desorganizado; y un medio ambiente deteriorado Por el predominio de industrias muy contaminantes y la existencia de unas industriales. No obstante, existen casos de revitalización industrial, como el País Vasco a partir de 1995, gracias a la fuerte apuesta por la innovación.
Las áreas de industrialización inducida y escasa son zonas caracterizadas por la existencia de algunas grandes implantaciones industriales aisladas y por el predominio de industrias pequeñas, tradicionales y dispersas. No obstante, en los últimos años, algunas de estas zonas han recibido industrias desde áreas industrializadas próximas que buscan reducir costes o beneficiarse de subvenciones, y han introducido innovaciones en sectores tradicionales para competir.
Las áreas de industrialización inducida se encuentran en Galicia, Aragón, Castilla y León y Andalucía. Aquí se crearon enclaves industriales por las políticas de promoción industrial de la década de 1960, inca- paces de difundir la industria hacia áreas próximas, por lo que generaron desequilibrios territoriales. Es el caso del litoral atlántico de Galicia, de Zaragoza en Aragón, de Valladolid y Burgos en Castilla y León, y del triángulo Sevilla-Cádiz-Huelva en Andalucía. Estas áreas cuentan también con algunas industrias en las capitales provinciales aprovechando el mercado de consumo urbano; y con industrias tradicionales, dispersas, y pequeñas que utilizan los recursos del entorno.
Las áreas de industrialización escasas son Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias, debido a su localización poco competitiva. En ellas, las grandes industrias son puntuales y predominan los sectores tradicionales en pymes de baja competitividad. No obstante, Castilla-La Mancha se ha constituido como una excepción por la difusión de la industria madrileña hacia las provincias mejor conectadas.
Por último, en los últimos años, los desequilibrios industriales se reducen en cuanto a la ocupación industrial debido a las tendencias difusoras de la industria; pero aumentan en cuanto al nivel tecnológico y la calidad del empleo.
En la ocupación industrial, entre 1990 y 2007 perdieron puestos de trabajo las provincias más industrializadas (Barcelona, Madrid), a causa de la terciarización y la difusión industrial; algunas provincias afectadas por el declive o ajuste de sus industrias tradicionales pesadas (Asturias, Cantabria, Bizkaia, Cádiz, Huelva) o ligeras (Alicante); y las de mayor terciarización (Málaga, Baleares). En cambio, creció la ocupación en provincias receptoras de industrias desde provincias próximas (Guadalajara y Toledo respecto a Madrid o Araba respecto a Bizkaia y Gipuzkoa), en provincias donde se crearon nuevas pymes para aprovechar los recursos locales, o donde las pymes tradicionales introdujeron innovaciones.
Entre 2008 y 2014, la ocupación industrial ha descendido en todas las provincias a causa de la crisis económica. Sobre todo en las más dependientes de sectores muy afectados por la crisis; y en menor medida en las de menor peso industrial, industria más diversificada, o mayor aportación del sector agroalimentario.