Portada » Historia » La Restauración borbónica y los nacionalismos catalán y vasco
7.2 La Restauración borbónica: los nacionalismos catalán y vasco y el regionalismo gallego. El movimiento obrero y campesino
En 1885 muere Alfonso XII y asume la regencia María Cristina de Habsburgo-Lorena. Con el pacto del Pardo 1885 firmado por Cánovas y Sagasta, los partidos conservador y liberal se comprometían a respetar el turno de partidos. A la muerte de Alfonso XII, la regente nombró presidente a Sagasta, asegurando la continuidad del turnismo. Durante este gobierno se realizaron reformas que incluían el sufragio universal masculino en 1890.
En 1885 vuelve a gobernar Cánovas, pero tras su muerte regresa Sagasta en 1898. En 1902, Alfonso XIII fue proclamado rey. La Restauración marginó sectores políticos y sociales (carlismo, republicanismo, movimiento obrero y nacionalismo).
La gestación de movimientos regionales y nacionales es una reacción frente a las pretensiones de centralización y uniformidad de la Restauración, que ignoraba la existencia de otras culturas y lenguas.
El regionalismo pretende cierto autogobierno mientras que el nacionalismo reclama el autogobierno y la soberanía. Surgieron movimientos históricos que reivindicaban los derechos históricos de catalanes y vascos y en menor medida de gallegos y valencianos, entre sus reivindicaciones están la autonomía de Cataluña y la independencia del nacionalismo vasco.
El regionalismo fue más vigoroso y temprano en Cataluña y País Vasco: existía una burguesía desarrollada con intereses y una diferenciación lingüística. En un principio, los nacionalismos periféricos se basaron en las clases medias y populares, posteriormente las burguesías dirigentes lo utilizaron para obtener ventajas económicas.
Nacionalismo catalán: movimiento autonomista y democrático, tiene su origen en la Renaixenca, movimiento de mediados del siglo XIX. Su objetivo fue recuperar la lengua y las tradiciones catalanas. Sus ideólogos fueron Almirall y de la Riba, fundadores de la Unión catalanista en 1891. Su programa queda fijado en las bases de Manresa en 1892, en él se plantea una solución federal: Cataluña con Parlamento propio y el catalán como lengua oficial, además de la defensa de la industria y comercio. El catalanismo alcanza su máximo desarrollo con la Lliga regionalista en 1901, de Prat de la Riba y Cambó.
El nacionalismo vasco fue una consecuencia directa de la abolición de los Fueros tras la última guerra carlista en 1876 y la llegada de inmigrantes por la industrialización. La reacción fue un fortalecimiento de la corriente de defensores de la lengua y cultura vasca.
El ideólogo de ese nacionalismo fue Sabino Arana, fundador del PNV en 1895, su ideología se basaba en los principios de la raza vasca, los Fueros y la religión católica, su pensamiento evolucionó desde el independentismo radical hasta una integración autónoma en el Estado español.
El resto de los regionalismos fueron débiles y tardíos, el gallego tuvo un importante componente cultural o Rexurdimento, surgió como reacción al atraso y marginación del territorio, sus teóricos principales fueron Brañas y Martínez Murguía: demandaron una descentralización administrativa y el uso de la lengua gallega.
El movimiento obrero presenta dos tendencias: anarquismo y socialismo. Los anarquistas son contrarios a la participación en la política, los socialistas eran partidarios de intervenir en la vida política (creación del PSOE en 1879 por Pablo Iglesias).
El sexenio es una etapa de toma de conciencia política y organizativa y el momento de asimilación de las ideologías obreras, mientras que la Restauración se caracterizó por la despreocupación por los problemas sociales (alta tasa de analfabetismo).
En 1879 se funda el PSOE, no es legalizado hasta 1881. En 1888 crea el sindicato UGT. La organización sigue el modelo alemán: partido jerarquizado y disciplinado que mantiene su trabajo en una doble dirección: sindical, para mejorar las condiciones de trabajo, y política, participan en las elecciones para introducir reformas. Hasta 1910 no consiguen diputado. La acción del partido se centró en las casas del pueblo. El PSOE lanzó una campaña reivindicando la jornada de 8 horas. La Revolución rusa provoca una escisión en el movimiento obrero: en 1911 se crea el PCE.
Los anarquistas tienen organizaciones dispersas, Anselmo Lorenzo fue el propagador del anarquismo. Algunos sectores protagonizan acciones terroristas. Los anarquistas se organizaron en la Federación de Trabajadores de la región española.
En 1911 se crea la CNT, Sindicato único que planteaba un sindicalismo revolucionario que hacía de la huelga general su principal instrumento de lucha.
También surgen a final de siglo sindicatos católicos, León XIII con su encíclica Rerum Novarum trató de encauzar a través del Evangelio las mejoras en la vida de la clase obrera. Estas organizaciones católicas no llegaron a ser auténticos sindicatos. En 1683 se crean las Cortes una comisión de reformas sociales que acaba fracasando.