TEMA 12: LA RESTAURACIÓN: EL GOBIERNO DE ALFONSO XII
1. REINADO DE ALFONSO XII: EL SISTEMA CANOVISTA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1876
1.1. Los comienzos del reinado de Alfonso XII
En 1874, tras el golpe militar del general Pavía que liquidó la Primera República, se instauró en España un régimen militar autoritario presidido por el general Serrano que no llegó a consolidarse debido a la crisis económica y la inestabilidad (guerra carlista y guerra de Cuba). Simultáneamente, el partido alfonsino liderado por Cánovas buscaba apoyos entre las élites del país para restaurar la dinastía borbónica en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II.
En diciembre de 1874, el futuro Alfonso XII firmaba el Manifiesto de Sandhurst (elaborado por Cánovas del Castillo) en el que proponía el establecimiento de una monarquía constitucional en una España tradicional (católica).
A pesar de que Cánovas pretendía que la restauración borbónica se hiciera de manera pacífica, el general Martínez Campos dio un golpe de Estado en Sagunto. El gobierno de Serrano no opuso resistencia y Alfonso XII fue proclamado rey y Cánovas presidente.
Las primeras medidas de Cánovas mostraron el carácter conservador del nuevo régimen: nombró gobernadores y alcaldes monárquicos, restableció la integridad del Concordato y decretó una serie de medidas de represión contra la oposición radical.
1.2. El sistema canovista
La restauración borbónica diseñada por Cánovas tenía como objetivo la estabilidad política y como referencia el modelo político inglés basado en la alternancia entre dos grandes partidos. Para llevar adelante su proyecto canovista tuvo que conseguir:
La pacificación del país. El nuevo régimen concluyó victoriosamente las dos guerras heredadas: la Tercera Guerra Carlista que terminó en 1876 con la supresión de los fueros vasco-navarros y la Guerra de Cuba que finalizó con el Convenio de Zanjón de 1878.
La integración de los progresistas en el nuevo régimen. Cánovas consiguió que los progresistas y algunos republicanos del Sexenio aceptaran la restauración dinástica y fundaran el partido Liberal como la alternativa política al Partido Conservador de Cánovas.
Las bases del régimen canovista fueron:
Una monarquía parlamentaria basada en la cosoberanía rey-cortes (Doctrina de la Constitución histórica).
La subordinación de los militares al poder político con la desaparición de los pronunciamientos militares como vía para acceder al poder. El papel del ejército quedó reducido a funciones exclusivamente profesionales.
La alternancia política entre los dos grandes partidos dinásticos (Conservador y Liberal) que garantizara la estabilidad. El turnismo quedó asegurado gracias a la imparcialidad de la Corona y al falseamiento del proceso electoral mediante el encasillado basado en el fraude electoral (pucherazo) o el caciquismo (establecimiento de redes clientelares).
La Restauración se convirtió así en un sistema oligárquico en el que los resultados electorales no obedecían a la voluntad popular, sino a los intereses de los políticos del momento. Bajo la apariencia de instituciones parlamentarias se ocultaba el verdadero poder de oligarcas y caciques locales. La realidad política sólo respetó formalmente la Constitución.
1.3. La Constitución de 1876
El modelo político de Cánovas se concretó en una nueva Constitución que ha sido la más duradera de la historia de España (estuvo vigente hasta 1923).
Esta Constitución incluía:
Declaración de derechos individuales: propiedad, libertad de expresión y una fórmula de consenso en la cuestión religiosa: reconocía la confesionalidad católica del Estado, pero permitía el culto privado de las demás religiones.
Reforzamiento del poder del monarca:
– Soberanía compartida rey-cortes. Se reconocía un amplio poder al rey: nombraba al gobierno y alcaldes; convocaba y disolvía las Cortes; controlaba el Senado; sancionaba las leyes; y era el Jefe del ejército (con el fin de evitar pronunciamientos y la intromisión del ejército en los asuntos políticos).
Bicameralismo. Ambas cámaras tenían iniciativa legislativa y de bloqueo. El Congreso se elegía por sufragio. El Senado, que actuaba como cámara moderadora, estaba compuesto por tres tipos de senadores: por derecho propio, nombrados por el rey y elegidos por las corporaciones del estado y grandes fortunas.
Sin embargo, los aspectos más conflictivos (sistema electoral, derecho de asociación o sistema de elección de alcaldes) no se incluyeron en la Constitución, sino que se desarrollaron posteriormente mediante leyes orgánicas. Cánovas acentuó el conservadurismo del Régimen mediante una Ley de Imprenta muy restrictiva, una ley de Sufragio censitario y el control gubernamental de los ayuntamientos al nombrar el ejecutivo a los alcaldes en las localidades de más de 6000 habitantes.
Posteriormente, el liberal Sagasta desarrolló un paquete de leyes progresistas que ampliaban los derechos individuales (libertad de cátedra, de reunión, de expresión, de asociación y finalmente el sufragio universal).