Portada » Español » La novela después de la Guerra Civil
La muerte de Franco en 1975 es trascendental ya que supone el fin de la dictadura, el inicio de la transición, el restablecimiento de las relaciones con nuestros vecinos de Europa . Sin embargo, desde el punto de vista de la narrativa, es más cuestionable que suponga un verdadero punto de inflexión. Desde luego se escribe con más libertad, sin censura ni autocensura, pero las expectativas de una explosión de talento oculto tras la opresión franquista quedan frustradas. Si se quieren buscar algunos rasgos comunes a la rica y heterogénea variedad de las novelas de esta época, hay que mencionar en primer lugar un progresivo abandono del furor experimental de los 70 y una recuperación de la narratividad, del gusto por los argumentos nítidos y la obra bien construida. También se revaloriza la novela de género, con auténtico auge de la novela negra y la histórica. En todo caso, se mezclan con libertad todos los subgéneros: novela rosa, ciencia ficción, humor… Sin perder de vista muchos de los hallazgos de la novela experimental anterior. La guerra civil, la posguerra o el mundo rural siguen siendo temas frecuentados, pero la vida moderna, la ciudad o incluso la tecnología, la música rock o las drogas se incorporan con naturalidad a los argumentos. Todavía en este periodo la figura de los grandes novelistas surgidos en los años 40 sigue siendo hegemónica. Camilo José Cela, escribe obras importantes como Mazurca para dos muertos. Gonzalo Torrente Ballester autor prolífico y de éxito con títulos como Filomeno a mi pesar. Por su lado, los autores de la generación del medio siglo, neorrelistas o realistas sociales, que en los setenta siguieron la senda de la experimentación, siguen publicando con regularidad y en algunos casos novelas de altísima calidad. Así, por ejemplo, Jesús Fernández Santos (Extramuros), Juan Goytisolo (Paisaje
después de la batalla) o Juan Marsé (El embrujo de Shangai). También los autores de la denominada generación del 68, que nacieron literariamente en pleno auge experimental van a decantarse por una narrativa más tradicional sin abandonar la autoexigencia con novelas de mucha calidad. Es el caso de Manuel Vázquez Montalbán ( Los mares del Sur Pero se puede hablar de un grupo nutrido de autores que empiezan a publicar sus primeros libros importantes tras la muerte del dictador y que están ahora en plena madurez literaria. Por importancia y por ser, según la crítica, responsable en cierta medida de esa vuelta a la narratividad, hay que citar en primer lugar a Eduardo Mendoza. Gran respeto para la crítica ha adquirido Javier Marías con obras como Mañana en la batalla piensa en mí, de prosa densa y parsimonia narrativa. También asiduo de la introspección y del monólogo interior, aunque con más tendencia a la intriga policíaca es Antonio Muñoz Molina, autor de títulos como El invierno en Lisboa . Otro autor de prestigio por la originalidad de su mirada es Juan José Millás, con obras como La soledad era esto. Y son muchos los autores importantes que podemos apenas mencionar, como Julio Llamazares, Rosa Regás, Luis Landero o Almudena Grandes, etc. Para terminar, hay que hacer alusión a una generación de autores más jóvenes, sobre cuya valía la crítica está muy lejos de ser unánime y a los que el tiempo permitirá juzgar con más perspectiva. Cultivan en general una prosa ágil con mucho diálogo y un lenguaje desenfadado que pretende retratar a una generación para la que el rock, las drogas o el sexo están en el centro de sus preocupaciones. Hablamos de autores como José Ángel Mañas (Historias del Kronen) o Lucía Etxebarría ( Beatriz y los cuerpos celestes.
El impacto de la Guerra Civil sobre el teatro fue tremendo. Se produjo un aumento de las presiones comerciales, y sobre todo, ideológicas En los años 50, se escribe un teatro realista pero con mucha censura.
El teatro de este periodo representa una realidad falsificada. En la creación dramática encontramos dos líneas:* El drama burgués: es una continuación de la comedia benaventina. Joaquín CalvoSotelo y Benavente. Son obras de correcta construcción y elegantes diálogos.*El teatro de humor: Poncela con Eloísa está debajo de un almendro, trata de romper las formas tradicionales del humor, sin embargo, sus obras chocaron con un público cerrado. Miguel Mihura con Tres sombreros de copa, se caracteriza por la utilización de un humor absurdo.
La década de los 50 comienza con tres importantes obras: Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo y Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre . Sus temas tratan de los problemas de obreros y gente humilde, mostrándonos así las desigualdades sociales. Muchas obras no llegaron al escenario, esto se llama teatro soterrado. .Sobresale en este periodo Buero Vallejo: Sus obras están marcadas por temas humanos, ya sean de carácter existencial o realista.*Su género preferido es la tragedia. Con ella pretende la catarsis del espectador: para conmoverle y animarle a luchar hacia su destino*Entre sus obras destaca El concierto de San Ovidio, Un soñador para un pueblo.
Teatro de los años 60 hasta fin de siglo En esta época el teatro continuará con la línea de protesta y denuncia de la injusticia social. José María Recuerda estrena Las salvajes en el Puente San Gil para criticar el conservadurismo burgués de la época.
Lauro Olmo obtendrá gran éxito con La Camisa, donde refleja los problemas de escasez vinculados al paro. Francisco Nieva, con La carroza de plomo candente. Caracterizado por empleo del simbolismo, los elementos oníricos…, Fernando Arrabal, con El arquitecto y el emperador de Asiria Creador del Teatro pánico de carácter provocador y rebelde, recoge elementos del Vanguardismo y del teatro absurdo.Surgen los grupos de teatro independiente, cuya actividad se desarrolla al margen de los circuitos culturales establecidos. Los grupos más destacados fueron: Els Joglars, Los Goliardos y el Teatro Experimental Independiente con grandes innovaciones escénicas:*Todo el grupo aporta ideas, empleo de improvisación*Expresión corporal, danza, música… – Enfoques críticos no solo dedicados a lo político y social *Traslado del escenario al patio de butacas y buscando la participación del espectadorTeatro desde 1975 hasta fin de siglo:
Tras una etapa en la que con la desaparición de la censura se intenta llevar a escena todo aquello que había sido prohibido de décadas anteriores ( Valle-Inclán, Lorca… ) se asentará un teatro caracterizado principalmente por autores consagrados Formado por autores consagrados. En esta época se podría hacer un teatro en libertad, pero el público no asimila los cambios, abandona los teatros y rechaza los montajes vanguardistas. Destacan autores como Antonio Gala, con Anillos para una dama. Sus protagonistas son mujeres y tratan de temas como el amor, la soledad…, José Luis Alonso de Santos, con La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro, donde se aprecian aspectos de la sociedad actual Fernando Fernán Gómez, con Las bicicletas son para el verano, también muy realista José Luis Sanchis Sinisterra, con ¡Ay, Carmela!, en la que se reflexiona sobre aspectos del propio teatro.
Los girasoles ciegos es un libro de cuentos publicado por Alberto Méndez en 2004 y articulado a lo largo de cuatro historias, cuatro derrotas que transcurren entre el período quizá más duro de la posguerra, que va desde 1936 a 1942, y que siendo totalmente independientes están hábilmente entrelazadas entre sí. Todas las historias se publican bajo el título del último relato: “Los girasoles ciegos”, metáfora que aparece en la Biblia y que se refiere a la desorientación de la humanidad, de modo que todos los personajes de la novela pueden considerarse como seres condenados a vivir en la oscuridad como murciélagos o como girasoles ciegos. El primer relato o primera derrota nos habla del capitán Alegría, oficial del ejército nacional que se rinde a los republicanos cuando las tropas golpistas entran en Madrid. Su entrega le acallará la mala conciencia de haber sido miembro de un ejército que, para vencer, ha tenido que cometer tantas atrocidades y críMenes. La segunda derrota nos cuanta el breve periplo de un joven que escapó hacia las montañas asturianas en compañía de su mujer embarazada. En medio del frío la mujer muere tras el parto. A través de un diario íntimo el joven relata la vana lucha que emprendíó para salvar la vida de su hijo. El tercer relato gira alrededor del soldado republicano Juan Serna quien convirtió al hijo del presidente del tribunal y su mujer en un héroe, aunque fue un traidor, con el fin de alargar su vida unos días más. Sin embargo, llega un momento en el que termina contando la verdad y eso le lleva a la muerte. La cuarta derrota narra el miedo y silencio al que se ven sometidos Ricardo y su familia en la opresiva nueva vida cotidiana del nuevo régimen. Ricardo tiene que observar desde el armario el constante acoso que sufre su mujer por parte de un cura. Tras ser descubierto, Ricardo acaba suicidándose. Los relatos narrados en esta obra tienen el objetivo de mostrar que en una guerra entre hermanos todos son perdedores.