Portada » Español » No me estaba pasando en cierto sentido ya
Lo primero, numera las líneas del texto (de 5 en 5) si es que no vienen numeradas. Lee el texto atentamente por primera vez, busca entender el contenido y aclarar palabras o expresiones difíciles. Lee el texto por segunda vez y subraya lo más importante selectivamente (palabras, sintagmas…). Lee más veces, de manera rápida, y anota en los márgenes ideas, observaciones, relaciones…
Intenta fijar el tema del texto. Determina la estructura (la externa es más evidente -párrafos-, la interna depende de la trabazón de las ideas en el texto, de la progresión temática) y concreta de qué trata cada parte del texto. Estructuras textuales típicas son las siguientes: o analizante o deductiva (la tesis que se defiende aparece al principio y después se desarrollan los argumentos que la prueban), o sintetizante o inductiva (la tesis se expone al final como consecuencia que se deriva de lo anterior), o encuadrada o analizante-sintetizante o deductivo-inductiva (la tesis aparece al principio y al final, en el medio van los argumentos), o paralela (se exponen varias tesis sin jerarquizarlas, sin optar por una), o interrogante (el autor intenta responder en el texto a una/s pregunta/s que él mismo se plantea) Concreta la tipología o modalidad textual (descripción, narración, exposición, argumentación) y el género del texto (artículo periodístico, reséña, conversación, diálogo, texto científico…)
Hay que destacar lo más relevante del texto y relacionarlo bien. Prof. José Antonio García Fernández DPTO. LENGUA Y LITERATURA IES Avempace – Zaragoza 2 La finalidad del comentario es explicar el contenido del texto y sus carácterísticas discursivas y lingüísticas más sobresalientes. No se trata de repetir la teoría, sino de aplicarla al texto: análisis, no erudición. Comprensión, más que disección lingüística y acrítica del texto. Se valora sobre todo la argumentación del alumno y su capacidad expresiva. El objetivo del comentario no es decir que se está de acuerdo o en desacuerdo con el texto, no se trata de polemizar, sino de explicar. Hay que evitar el tono polémico, agresivo o irrespetuoso y las afirmaciones excesivamente personales o subjetivas.
. 2. Carácterísticas comunicativas y textuales
Adecuación: (Propiedad textual que relaciona el texto con su contexto lingüístico y su situación comunicativa, de qué manera se interpreta el texto en relación a una serie de elementos extralingüísticos, marco de la enunciación –obra de ficción, realista, etc.-) Emisor: Tipo de emisor, modalizaciones-punto de vista (objetividad, subjetividad, empatía hacia su propio texto -el emisor opina, valora, cree, duda, sentencia…-, adjetivación, perífrasis modales, modos verbales, connotaciones, adverbios, tipos de oraciones – enunciativas, dubitativas, imperativas…-; ¿hay exclamaciones, interrogaciones, interjecciones, puntos suspensivos, generalizaciones, descalificaciones…?), marcadores del discurso o conectores, marcas de la enunciación (personas gramaticales – usa el singular o el plural?-) Destinatario (niño, lector progresista / conservador, feminista, fan, futbolero, especialista, lector culto / medio; ¿busca el autor la complicidad del lector?). Marcas del emisor y del receptor (yo, tú-usted, nosotros, ustedes-vosotros), uso de la 3ª persona. ¿Hay apelación al lector, se le incluye en un «nosotros»…? Tuteo / voseo / uso de usted… Tipología textual (modalidad textual [narración, descripción, diálogo, exposición, argumentación]; discurso persuasivo, informativo, preceptivo, estético. Género: artículo, informe, memoria, ensayo, crítica… Funciones del lenguaje predominantes (metalingüística, estética, apelativa, expresiva, referencial, fática). Tema (serio, cómico, parodia, argumento, comentario, recuerdo-memoria-biografía, novedad-tópica, exhaustividad-resumen, temática especializada-divulgativa). ¿Lleva título el texto? (Si es así, justifica el título en relación al contenido). Situación comunicativa o Intención comunicativa: divulgativa, hermética, queja, protesta, elogio, panegírico, elegía, convencer, reñir, contar, opinar, refutar, exponer, burlarse, criticar, bromear…; ironía, doble sentido;
Coherencia: (Propiedad textual que da cuenta del significado global del texto, de qué habla, cómo se organiza la información) Tema, significado global del texto, progresión temática (jerarquía de las ideas, relación nuevo-viejo, ¿hay repeticiones/repasos?), ¿busca la polémica, la paz, la intersubjetividad? ¿Un único discurso, varios? ¿Hay digresiones?, selección de información (¿qué se cuenta, qué se suprime?, lo implícito / lo explícito, ¿hay ejemplificaciones, enumeraciones, contraargumentaciones., argumentos ..?).
Estructura externa (número de párrafos) e interna (¿de lo general a lo particular o viceversa?, ¿inductivo o deductivo?, ¿analizante o sintetizante?, ¿estructura circular o progresiva?, ¿tesis-antítesis-síntesis?, ¿conclusiones, presentación de tesis, ejemplificaciones?, ¿mezcla exposición-opinión?…).
Cohesión, cuestiones léxico-semánticas (Propiedad textual que incluye los mecanismos sintáctico-semánticos de relación entre distintas partes del texto -oraciones, párrafos…-) Mecanismos sintáctico-semánticos de relación entre partes del texto (conectores -aditivos, contrastivos, disyuntivos, consecutivos-causales, conclusivos-; deixis espacial, temporal, personal -1ª, 2ª, 3ª-, social -tú, usted, ilustrísima-; anáforas, catáforas, sustitución, elipsis…) Isotopías (repeticiones, recurrencias) y cohesión léxica (sinonimia, antonimia, hiperhiponimia, ejes y campos semánticos), Voluntad de estilo. Metáforas, metonimias, personificaciones, hipérboles, comparaciones o símiles, epíteto, contraste-antítesis-paradoja, paralelismo, ritmo, sinestesias. Dimensión estética del texto.
RESUMEN
Elvira Lindo Comenta Un Informe De Expertos Americanos Que Recomienda Los Juegos Grupales Y Al Aire Libre. Tras Lamentarse De La Inseguridad Actual en Las Calles De Las Ciudades Y Del Excesivo Número De Horas Que Los Niños Americanos Y Españoles Pasan Delante De Las Pantallas Del Ordenador O La Playstation, La Autora Sostiene Que Los Juegos Al Aire Libre (El Partidillo De Fútbol en La Calle, Las “Casitas” O El “Churro-media-manga”) Son Totalmente Compatibles Con El Uso De Las Máquinas en El Proceso De La Educación Social De Los Niños.
COMENTARIO
La nostalgia ha sido, desde siempre, un sentimiento que ha inspirado a multitud de poetas de todos los tiempos, lugares y lenguas. Unas veces se añoraban los años dorados de la infancia o la juventud perdidas; otras eran objetos de la nostalgia los besos o la dulce mirada de la persona amada, cuya ausencia los dejaba desolados; otras veces, también, la patria natal cuyos paisajes (tanto los de tierra adentro como los del litoral) los poetas debieron abandonar por muy variadas razones. Rafael Alberti no es ajeno a esta tradición poética y canta, desde la otra orilla del Atlántico, al lugar donde se crió, al Cádiz de su infancia. Sin embargo, en este poema hay dos elementos especiales.
En primer lugar, la nostalgia está causada por el exilio forzoso que la Guerra Civil española provocó en miles de compatriotas, que tuvieron que huir de la dura represión de la dictadura franquista o que, desde el extranjero, lucharon contra ella. Entre estos miles de exilados se hallaban poetas del 27 como Alberti, Cernuda y Pedro Salinas, o cineastas como Luis Buñuel, o artistas geniales como Picasso o Joan Miró, y cientos de intelectuales, historiadores, científicos y pensadores; todos ellos, desde Europa (sobre todo en Francia, pero también, incluso, en la Uníón Soviética) y desde América (México, EE.UU., Argentina, Chile…) manifestaron en toda ocasión su amor a la patria y el doloroso sentimiento del regreso imposible, para muchos como Alberti, hasta que la dictadura franquista no acabara 39 años después de iniciada la guerra del 36.
En segundo lugar, este contexto histórico ayuda a comprender el sentido más profundo de este poema: Alberti recurre a la figura retórica consistente en conversar con seres reales o imaginarios que están ausentes, precisamente porque este diálogo o apóstrofe permite vencer y borrar la infranqueable barrera de la distancia y el alejamiento, al menos mientras dure esa imaginaria y ficticia conversación. Así pues, mediante los versos y las figuras poéticas, Alberti, dolido por muchos años de separación y a pesar de hallarse a miles de kilómetros de distancia, en las orillas del Río de la Plata, en Argentina, consigue un momentáneo imposible: hablar con Cádiz, con sus gentes, sus paisajes, su cielo y su luminosa bahía.
Y es que la nostalgia, desde siempre, ha sido un motivo de inspiración en la poesía porque se trata de un sentimiento universal, al igual que el amor, el llanto por la muerte de un ser querido, la alegría o la tristeza. Por todo esto, varias décadas después de haber sido escrito, el contenido de este poema conmueve a los lectores actuales. Porque todavía hay muchísimos hombres y mujeres que sienten añoranza por lo dejado atrás en sus países de origen: por ejemplo, los cientos de miles de inmigrantes (magrebíes, ecuatorianos, lituanos, rusos, rumanos…) que encontraron acogida aquí, en los muy cercanos tiempos de la prosperidad económica en que España inició este milenio; por ejemplo, también, los jóvenes españoles y españolas que, con motivo de la terrible crisis que padecemos ahora, deben irse a Alemania (como en los viejos tiempos), Francia, Gran Bretaña o incluso Australia para poder encontrar un empleo digno con la titulación académica que poseen.
Pero el Siglo XXI ya no es como en 1939, cuando los exilados abandonaron España, o como en los años 50 de las maletas de cartón piedra y los bocadillos de chorizo para viajar a Alemania, Holanda o Suiza… para trabajar en lo que fuera y de cualquier cosa. Porque ahora, los poetas ya no recurren al verso ni a las metáforas para “hablar” en la distancia con la patria o con la mujer amada. No, ahora, basta con un “what’s app”, un email, un sms o, finalmente, un “me gusta” en “el muro” del Facebook.
también, la patria natal cuyos paisajes (tanto los de tierra adentro como los del litoral) los poetas debieron abandonar por muy variadas razones. Rafael Alberti no es ajeno a esta tradición poética y canta, desde la otra orilla del Atlántico, al lugar donde se crió, al Cádiz de su infancia. Sin embargo, en este poema hay dos elementos especiales.
En primer lugar, la nostalgia está causada por el exilio forzoso que la Guerra Civil española provocó en miles de compatriotas, que tuvieron que huir de la dura represión de la dictadura franquista o que, desde el extranjero, lucharon contra ella. Entre estos miles de exilados se hallaban poetas del 27 como Alberti, Cernuda y Pedro Salinas, o cineastas como Luis Buñuel, o artistas geniales como Picasso o Joan Miró, y cientos de intelectuales, historiadores, científicos y pensadores; todos ellos, desde Europa (sobre todo en Francia, pero también, incluso, en la Uníón Soviética) y desde América (México, EE.UU., Argentina, Chile…) manifestaron en toda ocasión su amor a la patria y el doloroso sentimiento del regreso imposible, para muchos como Alberti, hasta que la dictadura franquista no acabara 39 años después de iniciada la guerra del 36.
En segundo lugar, este contexto histórico ayuda a comprender el sentido más profundo de este poema: Alberti recurre a la figura retórica consistente en conversar con seres reales o imaginarios que están ausentes, precisamente porque este diálogo o apóstrofe permite vencer y borrar la infranqueable barrera de la distancia y el alejamiento, al menos mientras dure esa imaginaria y ficticia conversación. Así pues, mediante los versos y
las figuras poéticas, Alberti, dolido por muchos años de separación y a pesar de hallarse a miles de kilómetros de distancia, en las orillas del Río de la Plata, en Argentina, consigue un momentáneo imposible: hablar con Cádiz, con sus gentes, sus paisajes, su cielo y su luminosa bahía.
Y es que la nostalgia, desde siempre, ha sido un motivo de inspiración en la poesía porque se trata de un sentimiento universal, al igual que el amor, el llanto por la muerte de un ser querido, la alegría o la tristeza. Por todo esto, varias décadas después de haber sido escrito, el contenido de este poema conmueve a los lectores actuales. Porque todavía hay muchísimos hombres y mujeres que sienten añoranza por lo dejado atrás en sus países de origen: por ejemplo, los cientos de miles de inmigrantes (magrebíes, ecuatorianos, lituanos, rusos, rumanos…) que encontraron acogida aquí, en los muy cercanos tiempos de la prosperidad económica en que España inició este milenio; por ejemplo, también, los jóvenes españoles y españolas que, con motivo de la terrible crisis que padecemos ahora, deben irse a Alemania (como en los viejos tiempos), Francia, Gran Bretaña o incluso Australia para poder encontrar un empleo digno con la titulación académica que poseen.
Pero el Siglo XXI ya no es como en 1939, cuando los exilados abandonaron España, o como en los años 50 de las maletas de cartón piedra y los bocadillos de chorizo para viajar a Alemania, Holanda o Suiza… para trabajar en lo que fuera y de cualquier cosa. Porque ahora, los poetas ya no recurren al verso ni a las metáforas para “hablar” en la distancia con la patria o con la mujer amada. No, ahora, basta con un “what’s app”, un email, un sms o, finalmente, un “me gusta” en “el muro” del Facebook.