Portada » Biología » Significado de organismos hidrofilos
La mitosis y la meiosis son dos mecanismos básicos en el proceso de reproducción.
A través de la reproducción celular por mitosis, la información genética contenida en los cromosomas se transmite íntegramente a las dos células hijas: las células que se originan son idénticas a la célula madre.
En los organismos unicelulares la mitosis tiene como finalidad la reproducción asexual del propio organismo, de modo que se produce un incremento en la población de la especie. Los individuos así generados son idénticos al progenitor.
Los organismos pluricelulares utilizan la mitosis para su propio crecimiento, para reponer células destruidas y renovar las dañadas. Por eso todas las células de un organismo, excepto gametos, contienen la misma información genética, aunque no se exprese igual en todas ellas debido a diferentes procesos de diferenciación celular.
La meiosis es un proceso previo y necesario para que tenga lugar la reproducción sexual, pues permite que el número de cromosomas de la especie se mantenga constante generación tras generación. Así, al unirse dos gametos (n) durante la reproducción se formará un cigoto (2n) con el número de cromosomas carácterístico de la especie, que por mitosis origina todas las células del nuevo organismo. Además, la meiosis asegura la variabilidad genética de la descendencia gracias al intercambio de información genética que se produce entre cromosomas homólogos en la profase I. Esta variabilidad puede permitir que en un individuo se genere una mezcla de caracteres más favorables que la que tenían sus progenitores. Por ello, la variabilidad genética posibilita la evolución de las especies.
Este tejido está presente en todos los órganos vegetales y sirve de relleno y uníón entre tejidos. Está formado por células vivas poco diferenciadas, con una forma poligonal, grandes vacuolas y capacidad de división.
PARÉNQUIMA CLOROFÍLICO, denominado así porque sus células presentan cloroplastos. Este tejido proporciona el color verde a las plantas y se localiza en tallos y hojas verdes. Tiene dos variedades:
Parénquima en empalizada, en el haz de las hojas y formado por células alargadas y muy unidas, gran número de cloroplastos, que captan la luz solar con máxima eficacia.
Parénquima lagunar, en el envés de las hojas, las células dejan entre sí unos espacios, denominados meatos, por donde circulan nutrientes y gases.
Sus células poseen abundantes vacuolas rellenas de agua. Se halla en plantas xerófitas (cactus).
Almacena grasas y almidón. Está en el interior de estructuras como tubérculos, bulbos, raíces, frutos carnosos y semillas.
Sus células poseen numerosos meatos para la circulación y almacenamiento de aire (flotación). Es abundante en plantas acuáticas como los nenúfares.
Recubre la superficie externa de las plantas, evita la pérdida de agua y las protege de cambios de temperatura, parásitos y daños mecánicos. Además, permite la absorción de agua y sales minerales a nivel de la raíz. Dos tipos:
Está formado por una capa de células aplanadas, sin cloroplastos, muy unidas entre sí (sin espacios intercelulares) y con un recubrimiento externo ceroso, denominado cutícula:
Se trata de una sustancia impermeable que impide la pérdida de agua y protege a la planta de la desecación. Presenta unas estructuras llamadas estomas, constituidas por dos células con forma arriñonada; entre ellas queda un orificio, el ostiolo, que puede abrirse o cerrarse, regulando de esta manera el intercambio de gases entre el interior de la planta y el medio que la rodea. Otras estructuras epidérmicas de las plantas son los pelos o tricomas, que en las raíces facilitan la absorción de agua y sales minerales y en los tallos y hojas protegen contra la desecación o contra el ataque de animales.
Está compuesto por células muertas dispuestas en varias capas, llenas de aire, con paredes gruesas e impregnadas de una sustancia impermeable, la suberina.
Para facilitar el intercambio de gases, el tejido suberoso presenta unas grietas denominadas lenticelas. El mejor ejemplo de este tipo de tejido es el corcho de los árboles, que protege a la planta de la desecación y las temperaturas extremas del medio.
Su principal función es la de hacer que la planta permanezca erguida. Está constituido por células con paredes muy gruesas. Aportan gran resistencia. Dos tipos:
Formado por células vivas, alargadas y de paredes desigualmente gruesas. Proporciona consistencia a las partes jóvenes de la planta
formado por células muertas, que presentan paredes gruesas y lignificadas. Confiere resistencia a aquellas partes de la planta que van están desarrolladas y al endocarpo de algunos frutos.
Este tejido transporta la savia de una parte a otra de las plantas vasculares. Permiten la comunicación entre distintas partes de la planta. Dos tipos
Transporta Savia bruta (agua y sales minerales) desde la raíz hasta las hojas. Los tabiques de separación entre células han desaparecido o están perforados, formando vasos. Está constituido por células muertas con paredes reforzadas de lignina denominadas traqueidas
Transporta savia elaborada (agua y glúcidos) desde los centros donde se lleva a cabo la fotosíntesis a toda la planta. Está formado por células vivas superpuestas, cuyos tabiques de separación están perforados por poros. Su función es transportar savia elaborada y repartirla por toda la planta.
Este tejido está formado por una o varias células que almacenan en su interior sustancias de excreción o sustancias útiles para la planta. Pueden ser células aisladas como las que almacenan sustancias aromáticas (romero, tomillo), los nectarios de los pétalos para atraer a insectos polinizadores o los pelos urticantes de la ortiga; o agruparse formando bolsas donde se acumula la sustancia secretada. Dos tipos:
Están formados por células que recorren todos los órganos de la planta. Contienen un líquido lechoso denominado látex.
Son canales internos que acumulan resina, cuya función es taponar las heridas en la superficie de la planta y actuar como desinfectante frente a plagas de insectos u hongos.