1)
En cuanto a la historia, desde 1895 hasta la Segunda Guerra Mundial asistimos a la Segunda Revolución Industrial y al enfrentamiento ideológico entre un liberalismo en crisis y corrientes moderadas y extremas.
El periodo de entreguerras muestra la debilidad europea: empieza la hegemonía de Estados Unidos, nacimiento de la URSS, y por otra parte, el Tratado de Versailles contribuye al resentimiento de Alemania. La recuperación económica después de las guerras, permite los felices años 20, pero, la radicalización ideológica va instaurando grandes totalitarismos: los sombríos años 30. Tras el crac del 29, trae la crisis económica, el extremismo ideológico… que propicia el ascenso de Hitler al poder.
En España, el desastre del 98 (pérdida de las últimas colonias) mueve a los intelectuales a proponer ideas modernizadoras y europeizantes. Pero durante el reinado de Alfonso XIII siguen alternándose en el poder los partidos dinásticos (conservadores y progresistas) que conviven con carlistas, republicanos y la izquierda de socialistas y anarquistas. El país se sume a problemas de identidad (nacionalismos) y en tensiones ideológicas y sociales: sectores cada vez más revolucionarios enfrentados a una burguésía capitalista y a una aristocracia e Iglesia muy decadentes. La dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930) se impone como intento de solución; más su agotamiento favorecerá la proclamación en 1931 de la Segunda República: un tiempo de esperanza y de fracaso colectivo.
La Guerra Civil española (1939-1939) será el campo de pruebas bélico del radicalismo ideológico, que culminará en la locura de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). A esto los artistas tienen dos tipos de reacción : la evasión (Modernismo) y la crítica (generación del 98).
Atendiendo al pensamiento, el Siglo XX nace en plena crisis del positivismo y del Racionalismo. Determinadas aportaciones y avances científicos, como la teoría de la relatividad de Einstein ponen en cuestión el optimismo racionalista. Antes todo era racional, objetivo y absoluto, ahora es relativo e inestable, y lo irracional, una forma más de conocimiento. Surgirán nuevas formas de explicar la realidad desde la fenomenología y las nuevas corrientes de la lógica y la epistemología. A comienzos de siglo son las corrientes irracionalistas y vitalistas provenientes del siglo anterior las que se asumen plenamente la voluntad como fuerza irracional de Schopenhauer, la angustia del pensar existencial de Kierkegaard, el vitalismo de Nietzsche y su nihilista “Dios ha muerto”.
2)
Tanto el Modernismo como la generación del 98 son fruto de la crisis de la conciencia burguesa de finales del Siglo XIX (dentro del general malestar en la cultura). Surgen como reacción entre la vida burguesa y su espíritu materialista y utilitarista, así como contra los movimientos estéticos que los expresaban, aunque fuese críticamente ( el Realismo o el Naturalismo). En consecuencia buscan un nuevo lenguaje literario y artístico capaz de expresar un mundo más complejo, o al menos una visión más personal e íntima del que existe.
La mayoría de las críticas no considera antitéticos a modernistas y noventayochistas, sino decadencias de un mismo movimiento renovador. Se ha propuesto englobarlos bajo el concepto de Generación de fin de siglo. Todos ellos con las mismas preocupaciones.
A parte de las influencias literarias del posromanticismo, simbolismo y parnasianismo, se debe considerar el influjo de dos corrientes que se extienden a lo largo de todo el Siglo XX:
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mediante la selección parcial de rasgos significativos perceptibles sugiere la realidad total, capta el instante para atrapar lo esencial y eterno, con un estilo de pinceladas ágiles (frase breve, nominal, sintaxis sencilla) y gusto por lo sensorial.
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muestra la realidad desde una perspectiva deformante, hiperbólica, grotesca; en cierto modo es un esteticismo de los antiestético, lo que explica el gusto por los contrastes y por lo extremo (luces y sombres, ternura y deshumanización…).
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Las ideas del krausismo se aplicaron sobre todo el terreno pedagógico: la observación directa del objeto, el aprendizaje gradual, el cuestionamiento de los dogmatismos…La Institución libre de enseñanza, creada por Francisco Giner de los Ríos, impulsa proyecto intelectuales, en figuras como Joaquín Costa autor de Oligarquía y caciquismo como la forma actual del gobierno de España (1901); o Ángel ganivet, quien en su obra contrapone los males presentes con las glorias pasadas.
3)
El Modernismo es una corriente de renovación estética que recoge y sintetiza las actitudes innovadoras vitales, filosóficas y artísticas del fin del año XIX, derivadas de una crisis de la conciencia burguesa.
Literariamente, el Modernismo se desarrolla entre 1885 y 1915. Su ideas es expresar la belleza con una nueva sensibilidad en los temas y con un nuevo lenguaje muy preciosista.
Sintetiza muy distintas influencias tanto de la literatura española (recuperan a medievales como Berceo, Arcipestre de Hita…) como de la extranjera (Óscar Wilde, Poe…) y, en especial, de dos corrientes poéticas francesas:
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rinde culto a la belleza, a lo sensorial, a la perfección formal, y defiende el arte por el arte. También gusta de elementos mitológicos, de la biblia, históricos… -> Théophile Gautier / Leconte de Lisle
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busca la musicalidad y el arte de sugerir intuitivamente, a través de símbolos, las correspondencias entre la realidad exterior y la interior. -> Verlaine / Rimbaud / Mallarmé
a)
La belleza es un principio estético y vital. Frente a la vulgar realidad burguesa y sus expresiones, los modernistas desean crear, con un nuevo lenguaje, belleza en el arte y en la vida.
● El arte y la belleza son los nuevos ídolos. La poesía intenta sintetizar todas las artes. Se intenta convertir la vida en arte, conjugar la ética y la estética.
● Crean una literatura de los sentidos mediante efectos plásticos brillantes (adjetivación, léxico sensorial y sensual…); efectos fónicos y musicales (aliteraciones, onomatopeyas, paralelismos…).
● En poesía, rescatan versos como el alejandrino o el eneasílabo; adoptan ocasionalmente el verso branco y libre; renuevan o innovan estrofas; buscan ritmos acentuales marcados (hexámetro) y rimas muy sonoras (agudas, esdrújulas…).
● Lo raro es bello: vocablos extraños (cultismos, extranjerismos); mezclas insólitas de campos semánticos ; imágenes deslumbrantes; símbolos que establecen relaciones desconcertantes.
La melancolía y el vitalismo como actitudes ante la vida. Como los ROMánticos, sienten también angustia existencial. Valoran lo irracional y lo sentimental. Hacen corresponder el mundo interior con el exterior a través de símbolos (el otoño, la noche…). Este esteticismo melancólico también se manifiesta en el decadentismo: lo ruinoso, lo decadente… Pero sientes un vitalismo muy sensual que exalta la vida y sus placeres. Sin embargo, siempre les quedará insatisfacción por el absoluto.
Pueden tomar distintas vías de escape ante la realidad ingrata: el intimismo, el ensueño, la fantasía; la evasión en el espacio: exotismo, ambientes versallescos, mundos refinados, decadentes; la evasión del tiempo: la Antigüedad pagana, la Edad Media caballeresca, el Renacimiento, la mitología…
El cosmopolitismo y el localismo. Paradójicamente son ciudadanos del mundo, políglotas y cosmopolitas y muy localistas y castizos: el andalucismo , americanismo, temas indígenas, lo hispánico frente al mundo yanqui aburguesado e imperialista.
A finales del XIX, la poesía prosaica ya no satisface y empieza a ser necesario un cambio de rumbo. Sin dejar de lado la influencia posromántica, Bécquer, asimilando corrientes de la lírica extranjera, se inicia en la búsqueda de una nueva estética que dará como resultado el Modernismo. En 1890, los escritores renovadores adoptan el término modernista, utilizado despectivamente por parte de quienes rechazaban las novedades.
Precursores del movimiento en España: Manuel Reina, Ricardo Gil y Salvador Rueda; en Hispanoamérica: José Martí. Sin embargo, la figura poética máxima y el considerado maestro del movimiento fue el nicaragüense Rubén Darío.
● Darío es el mejor exponente del Modernismo. Su trayectoria también representa la de todo el movimiento: un primer periodo de gran plasticidad y sonoridad brillantes y temas refinados y evasivos , representados por Azul (1888, influenciado por Víctor Hugo y el parnasianismo) y Prosas profanas (1816). Luego, el segundo periodo, de mayor intimismo, incluso angustiado, y una mayor honda reflexiva, con más presencia de los temas americanos, cuya obra más representativa es Cantos de vida y esperanza (1905).
● En España sus principales representantes son Eduardo Marquina ( Las vendimias, 1901) y Francisco Villaespesa ( La copa del rey Thule, 1900), quienes caen a veces en un Modernismo tópico y superficial. Sobresaliendo se encuentra Manuel Machado. -> También fueron en sus inicios modernistas Antonio Machado, Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez.
● Con un estilo personal (menos preciso, de técnica impresionista y sugerente), combina la influencia francesa con la raíz popular andaluza; y los temas ligeros y frívolos ( como los galanteos amorosos) con temas graves, reflexiones desengañadas y melancólicas, a veces en tono coloquial. -> Alma (1900), Capricho (1905), El mal poema (1909), Apolo (1911), Cante hondo (1916) y Ars moriendi (1921).
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Es un arte más comprometido que critica los temas de España.
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Fue hasta el año 1900. Era una etapa juvenil de rebeldía ante la sociedad y cultura española, reflejo de la crisis de la conciencia burguesa. Así, el primer Maeztu revolucionario, la filiación socialista de Unamuno, el ideario anarquista de Azorín… El tradicionalismo estético de Valle-Inclán también fue una forma de radicalismo. Antonio Machado anda recluido en un intimismo personal.
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Van entre 1901 y 1904. Azorín, Baroja y Maeztu firman conjuntamente sus artículos con el sobrenombre de Los Tres. En 1901 publican un manifiesto regeneracionista y europeísta para cambiar la situación española mediante una ciencia social, al margen de la política oficial -> Unamuno se adelantó abandonando el PSOE en 1897. -> abúlicos: sin energía ( tono serio, tranquilo)
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(1905-1910). El activismo de la etapa anterior acaba en un desengaño conducente a un idealismo contemplativo y escéptico, marcadamente individualista. Unamuno ya había señalado que lo prioritario no era cambiar las estructuras sociales y económicas, sino la mentalidad del pueblo español.
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(de 1910 en adelante). Cada autor toma su propio camino personal, en lo ideológico e incluso en lo estético pero todos siguen manteniendo un idealismo más o menos comprometido. Y continúan sosteniendo relaciones más o menos estrechas.
b)
Preocupaciones filosóficas, existenciales y filosóficas. Los autores de la generación del 98 se interrogarán sobre el sentido de la existencia humana, sobre la muerte, sobre Dios, desde una perspectiva filosófica irracionalista, con una actitud existencialista angustiada y una fe religiosa problemática. Esa conflictividad existencial genera una fusión entre intelectualismo y vitalismo: el pensamiento contemplativo, triste e inactivo, enfrentado a la vida que busca afirmarse en la acción. Esa perspectiva intelectual y filosófica explica que el ensayo y la novela, incluso la poesía, difuminan los límites
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Primera etapa, modernista pero marcada por el intimismo becqueriano y muy influida por el simbolismo. Escribe- Soledades (1903), que amplía en Soledades, galerías y otros poemas (1907). Define su poesía como “la palabra esencial en el tiempo”, es decir, la expresión de lo esencial en el tiempo vital e histórico del poeta. Su poesía es un íntimo monólogo , pero Machado recorre muchas veces las galerías del alma en diálogos y proyectando sus vivencias y sentimientos en el mundo exterior apoyándose en símbolos. El lenguaje es sencillo, connotativo , métrica variada…
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Segunda etapa, la representa Campos de Castilla (1912). Su segunda edición en 1917 se amplió con numerosos poemas (muchos de ellos con invocaciones a Leonor). Esta obra refleja el impacto y la identificación con el paisaje y las gentes sorianas. Las preocupaciones éticas y sociales pertenecen a la estética de la generación del 98.
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La tercera, con Nuevas canciones (1924), supone un cierto decaimiento lírico; el autor, mediante metros populares, se centra más en sus crecientes inquietudes filosóficas. De hecho, en estos últimos años, al margen de las Canciones a Guiomar (un amor tardío) y de las Poesías de guerra, su principal libro contiene las reflexiones en prosa de Juan Mairena. –
c)
El tema de España. Se intensifica a partir del Desastre de 1898 (también denominada generación del desastre).
El tema de España se plantea desde el plano mental de las ideas y las creencias. Por eso proyectan sobre la realidad española una visión subjetiva , lírica incluso, que sea capaz de captar “ el alma consumida” de España, lo esencial, que está en los paisajes, pueblos y sus gentes. -> Castilla decrépita, antes gloriosa es la “médula de España”.
La historia y la intrahistoria. La indignación crítica en el pasado para detectar las causas de los males presentes en España supuso también el descubrimiento y valoración de lo permanente y esencial, que radica no solo en la historia externa (grandes personajes y hechos), sino sobre todo lo que Unaamuno llamó la intrahistoria, “la vida callada de millones de hombres sin historia”, que sus vivencias crean la historia profunda trascendente.
Renovación del lenguaje literario. Como los modernistas, sienten la necesidad de renovar el lenguaje literario decimonónico, para ellos retórico y ampuloso. Quieren un lenguaje preciso y sobrio, y que no quede reducido a los valores formales, sino que sea significativo y exprese ideas. Tienen una clara voluntad de estilo: generalmente sencillo y ágil, con preferencia por la frase corta, la coordinación, el párrafo breve, el léxico rico y preciso. Renuevan la técnica novelística en respecto a la narración objetivista y omnisciente decimonónica.
Surgen nuevos novelistas renovadores, inspirados por las corrientes modernistas y por ciertos autores europeos, que abren nuevos caminos.
En 1912, se publican cuatro novelas que marcan el inicio de esta renovación, La voluntad (Azorín), Camino de perfección (Pío Baroja), Amor y pedagogía (Unamuno) y Sonata de otoño (Valle Inclán). Suponen una renovación narrativa, estilística y técnica: el narrador pierde la infalibilidad omnisciente; el argumento se fragmenta o reduce, ya que no interesa retratar la realidad exterior sino las repercusiones de la consciencia de los personajes; las descripciones de ambientes y paisajes tienden a tener un carácter simbólico; los diálogos manifiestan el desarrollo de las ideas de los personajes.