Portada » Historia » Proyecto republicano de Francisco de miranda
La Constitución de 1978 es uno de los hitos clave en el desarrollo de la Transición a la Democracia. Supuso la ruptura política con la dictadura franquista y la construcción de una nueva sociedad democrática, en sintonía con los países democráticos de nuestro entorno, aunque no exento de problemas, uno de los cuales y que más conflicto creó fue el desarrollo autonómico. Tras la muerte de Franco, el Jefe del Estado, el rey Juan Carlos I, tuvo que moverse con cautela en el desarrollo democrático debido a la fuerza que todavía poseían miembros del aparato franquista. El hombre escogido por el Rey para llevar a cabo la transición democrática y preparar la elaboración de la nueva Constitución fue Adolfo Suárez, presidente del gobierno.
El proceso Constituyente se inició tras las elecciones generales del 15 de Junio de 1977, donde la primera preocupación de las fuerzas políticas era la elaboración de una Constitución; pero ésta no será la obra de un solo partido político, sino que por primera vez en la historia se produce una política de consenso. Para su redacción se eligió una Comisión formada por diputados de todos los partidos que tenían representación en las Cortes (menos la minoría vasca, que renunció). La Constitución adoptó un carácter progresista, aunque presentaba una cierta ambigüedad, producto del consenso, que permitía que su desarrollo legislativo fuera asumido tanto por la izquierda como por la derecha democrática. Cumplidos todos los trámites fue aprobada en referéndum de la nacíón, el 6 de Diciembre de 1978 y publicada en el BOE el 27 de Diciembre del mismo año. Permanece vigente hasta el día de hoy. La Constitución de 1978 define España como un “Estado social y democrático de Derecho” organizado como una monarquía parlamentaria, en la que la Corona tiene básicamente funciones representativas y un Estado pluralista, no centralista, pero sí unitario. También desarrolla una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles; los principios rectores de la política social y económica; el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones y reconoce como lengua oficial del Estado el castellano, además de las lenguas propias en las respectivas CC.AA.
Nuestra Constitución se puede dividir en las siguientes partes: Preámbulo.- donde se expone los motivos que han llevado a la adopción del texto constitucional y los objetivos que se pretenden (justicia, libertad, seguridad y bienestar para todos). Parte dogmática.- contiene los principios generales que debe regir la organización política: soberanía nacional, indisoluble unidad de la nacíón española, pero reconociendo el derecho a la autonomía, los idiomas oficiales, etc. Se completa con los derechos, libertades y deberes fundamentales: igualdad ante la ley, libertad ideológica, religiosa y de culto, libertad de expresión, libertad de residencia y circulación por el territorio, derecho a la sindicación y a la huelga, etc. Parte orgánica.- regula los principales órganos e instituciones en la que se establece la división de poderes. El Jefe del Estado es el Rey, pero no del gobierno; El Rey reina, pero no gobierna. Su papel es ser símbolo de la unidad, sanciona y promulga las leyes, convoca y disuelve las Cortes, convoca referéndum, propone candidato a Presidente del Gobierno y es mando supremo de las Fuerzas Armadas. Poder ejecutivo: el Gobierno y la Administración. Poder legislativo: las Cortes. Poder judicial: jueces y Tribunal Constitucional. Esta parte acaba dedicado a la organización territorial (municipios, provincias, diputaciones en la Península/cabildos en Canarias y comunidades autónomas). La parte última define el procedimiento para su posible reforma y cierra con una serie de disposiciones finales.
El reinado de Alfonso XIII se inició en 1902 con un clima político y social marcado por el espíritu regeneracionista, corriente ideológica que denunció los vicios de la Restauración y realizó una serie de propuestas para la modernización de España en lo social, lo político y lo económico. Los primeros gobiernos se apuntaron al regeneracionismo, con los intentos de reforma del sistema político de la Restauración, que se hallaba cada vez más desligado de la realidad social española. Es lo que se denomina “revolución desde arriba” o revisionismo político, intentar democratizar la política desde arriba, hacer una reforma en profundidad de la vida pública y la mejora de las condiciones de vida de las clases populares para evitar cualquier revolución que hiciera peligrar el Sistema, sin alternar las bases fundamentales de la Restauración. Fue la etapa del “revisionismo “, que cubríó la primera década del reinado. Tras la muerte de los fundadores de los partidos dinásticos (Cánovas y Sagasta), comenzó la etapa del revisionismo político protagonizado porMaura (Partido Conservador) y Canalejas (Partido Liberal). Antonio Maura, al frente del Revisionismo del partido conservador llevó al Parlamento numerosas iniciativas legales: Incorporar nuevas capas sociales a la política, para llevar a cabo la revolución desde arriba y frenar y controlar el movimiento obrero. Moralización de las elecciones y fin del caciquismo, mediante una nueva ley electoral (voto obligatorio, secreto, prevención de los“pucherazos”). Modernización del poder local y mayor autonomía municipal para evitar la excesiva centralización.
La Semana Trágica de Barcelona en 1909 impidió que Maura concluyera su “revolución”. El rey le retiró su confianza a la vista de la reacción internacional que había producido la ejecución de Francisco Ferrer en Barcelona. Dimitíó en Octubre de ese año. Le sucede José Canalejas, al frente del Revisionismo del Partido Liberal, que no pudo concluir su proyecto reformista al ser asesinado en 1912 por un anarquista en plena Puerta del Sol (Madrid). Gobernó con programas, ideas, firmeza y resolución, con voluntad reformista. Hace reformas más profundas: Reduce los impuestos sobre el consumo (productos de 1a necesidad). Grava más los impuestos directos (impuestos sobre las propiedades). Elabora una ley de quintas (reclutamientos).- pasaba a ser obligatorio en tiempos de guerra. Dicta la ley del Candado impide el aumento de órdenes religiosas en España. Esto le trae problemas con la Iglesia. Va a contemplar los nacionalismos, durante su gobierno se aprueba la Mancomunidad Catalana. Regulación de las condiciones de trabajo.- jornada máxima en las minas, prohibición del trabajo nocturno de la mujer.
Moncloa: En Julio de 1977 quedó constituido el segundo gobierno de Suárez, el primero avalado por las urnas y donde desaparecieron los tres ministros militares y donde destacan Fuentes Quintana y Fernández Ordoñez, cuyo objetivo era reactivar la economía española, afectada por la llegada a España de la crisis económica mundial de los años setenta, subida del precio del petróleo. Como consecuencia de esta crisis, hubo cierre de fábricas y negocios, desinterés inversor, reducción de la renta, confrontaciones sociales, inestabilidad, aumento de la inflación y crecimiento del paro. Así, en este contexto, en Octubre de 1977, para poder hacer frente a los problemas económicos era imprescindible un entendimiento entre el gobierno y las principales fuerzas de la oposición; de la misma manera, en paralelo, se iniciaba el consenso constitucional, que permitiría la elaboración de la Constitución de 1978. Adolfo Suárez tuvo un gran acierto al firmarse los Pactos de la Moncloa, acuerdos a tres bandas: gobierno, empresarios y partidos-sindicatos. Tenían como objetivo sanear la economía y la tarea de construir un sistema democrático.
Acuerdos para la reforma y saneamiento de la economía ; acometer la reforma fiscal , la reforma de la Seguridad Social y la empresa pública. Que permitíó la extensión del seguro de desempleo y un incremento de las pensiones de jubilación. Esto provocó un descenso de la conflictividad y la normalización de las relaciones laborales, aunque sus objetivos no podían conseguirse a corto plazo. Se emprendíó una reforma de la Hacienda, consiguiendo que en 1981 los impuestos directos superasen a los indirectos. España se incorporó a la estructura tributaria de los países desarrollados de su entorno y así pudo sentar las bases para la construcción del Estado del bienestar. En el campo político el gobierno se comprometíó a una regulación de la vida pública de acuerdo con los principios democráticos y un proceso de consenso durante la Transición: Libertad de expresión, reuníón y asociación. Reforma del Código Penal y del Código de Justicia Militar. Encontrarían su plasmación en la Constitución de 1978.