Portada » Historia » Que consecuencias trajo el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera
3.1 Las causas del golpe de Estado • Temor por las consecuencias del expediente Picasso para algunos generales o incluso la monarquía. • Auge de los nacionalismos periféricos y del movimiento obrero. • Triunfo del fascismo en Italia que sirvió como ejemplo. El ascenso al poder de Mussolini en 1922 era visto con simpatía por la burguesía como freno a las aspiraciones revolucionarias del proletariado.
3.2 El golpe de 1923 y el Directorio Militar (1923-1925) Miguel Primo de Rivera, capitán general, se sublevó el 13 de Septiembre de 1923 en Barcelona. El golpe contó con el apoyo del rey y se declaró el estado de guerra, se suspendieron las libertades y se disolvieron las Cortes. El régimen de 1876 era sustituido sin apenas resistencia y el Expediente Picasso quedó archivado. Tras el golpe, Primo de Rivera se constituyó en ministro único asesorado por un Directorio Militar que contaba con el apoyo de la oligarquía terrateniente e industrial. El Directorio Militar tomó rápidamente medidas: −Prohibición de la bandera, la Mancomunidad y restricción del catalán al terreno privado. Esto enemistó al dictador con la Lliga, que inicialmente había apoyado el golpe para que acabase con los anarquistas. −Política de «mano dura» en el orden público. Se colaboró con los partidos burgueses, se consintió la oposición socialista y republicana y se ilegalizó a la extrema izquierda (CNT y PCE). −Creación de Unión Patriótica, partido de derechas que debía aglutinar a la burguesía fiel al golpe militar antes representada por los viejos partidos liberal, conservador e incluso parte de la “Lliga”. El gran éxito del Directorio tuvo lugar en el Desembarco de Alhucemas en 1925. Se le considera el primer desembarco aeronaval de la historia y uno de los primeros ejemplos de exterminio genocida porque las fuerzas Franco-españolas arrojaron bombas de gas mostaza contra la población civil. El líder rifeño Abd-el-Krim se entregó la guerra del Rif llegó a su fin y aumentó la popularidad al dictador.
3.3 Directorio civil (1925-1931) En 1925, un gobierno civil presidido por Primo de Rivera sustituyó al Directorio Militar como una “solución transitoria” que mezclaba regeneracionismo con ciertas simpatías por el fascismo. Él mismo se veía como el “cirujano de hierro” que debía solucionar con mano dura los problemas de España. Su intención, al menos al principio, era una dictadura “temporal” que enderezase España. Primo de Rivera era consciente de la importancia del socialismo y por ello intentó atraerse a los menos radicales (PSOE) para dividir a la izquierda porque creía preferible que un gobierno izquierdista llegase al poder a través de elecciones pacíficas que por medio de la revolución. MEDIDAS Políticas: Supuestamente la dictadura iba a ser un breve paréntesis para “poner orden” pero la creación de una Asamblea Nacional Consultiva demostró que Primo pretendía continuar en el poder para crear un nuevo Estado. Así, esta asamblea estuvo formada en su mayoría por miembros de la Unión Patriótica (partido de derechas “primorriverista”) pero fracasó en su intento de redactar una constitución por las diferencias ideológicas en su seno. Otras medidas fracasadas fueron el Estatuto Municipal que tenía como objetivo acabar con el caciquismo en los municipios pero no se convocaron elecciones municipales.
MEDIDAS Económicas: Se fomentó el arbitraje entre patrones y obreros (Organización Corporativa Nacional) lo que unido a la bonanza de los “felices años veinte” generaron un gran desarrollo económico. La política económica fue intervencionista y mezcló la defensa del capitalismo con ciertas medidas socializantes con el objetivo de modernizar el país. Era una especie de “regeneracionismo conservador” que a la larga enfrentó al gobierno con la oligarquía porque ésta era contraria a cualquier medida perjudicial para sus intereses aunque fuese en beneficio del país (frenó el intento de crear un impuesto progresivo de la renta). Así, el Estado se convirtió en motor económico generador de empleo pero a costa de endeudarse demasiado porque las clases altas siguieron pagando pocos impuestos y defraudando a Hacienda: • Fomento de las obras públicas: planes de electrificación, de ferrocarriles, hidroeléctricos y de carreteras. • Creación de monopolios públicos: de telefonía (Telefónica) y del petróleo (CAMPSA). • Política social: aunque destacable, no estuvo a la altura de las necesidades del país (construcción de escuelas, de “casas baratas”, campus universitario de Madrid…). Esta etapa de prosperidad tuvo como colofón la exposición universal de Barcelona y la exposición iberoamericana de Sevilla en 1929. La imagen moderna de España que daban estos eventos contrastaba con la cuestión social cuya solución la dictadura había postergado: CUESTIONES PENDIENTES: los graves problemas estructurales del país -pobreza, analfabetismo, desigualdad- seguían sin resolver. Así, no hubo reforma agraria (porque los terratenientes apoyaban al régimen), ni una política educativa ambiciosa (vista con recelo por la Iglesia) y fracasó el proyecto de una política fiscal progresiva por la oposición de los poderosos.
3.4 La oposición a la dictadura y la caída de Primo de Rivera La oposición a la Dictadura abarcaba un amplio espectro político: liberales y conservadores desencantados, republicanos, socialistas, anarquistas, intelectuales, movimiento estudiantil… Incluso la oligarquía burguesa y terrateniente se puso en contra por diferentes motivos (oposición a la reforma fiscal). Tras el crack de 1929, los problemas económicos se extendieron y el descontento social acrecentó la oposición a la dictadura. Anciano, enfermo y sin apoyos, en 1930, Primo de Rivera dimitió y el general Berenguer le sustituyó en lo que se conoce como la “Dictablanda”. La oposición comenzó a organizarse: PSOE, republicanos, nacionalistas y liberales decepcionados con el rey firmaron el Pacto de San Sebastián en 1930. Por este pacto se comprometían a organizar una alternativa a la dictadura creando un comité revolucionario que formaría el gobierno provisional de la futura república. El partidos liberal y el conservador desaparecieron ya que solo habían sido redes clientelares más que partidos. En Diciembre se produjo una insurrección militar en Jaca que fracasó y sus líderes, Galán y García Hernández acabaron fusilados y se convirtieron en mártires de la causa. El almirante Aznar se hizo cargo del último gobierno y, ante el miedo a convocar elecciones constituyentes, sólo se atrevió a convocar municipales para el 12 de Abril que, sin quererlo, se convirtieron en un plebiscito para la monarquía.