Portada » Español » Examen de bajarse al moro
A finales de los cuarenta algunos dramaturgos trataron de llevar a escena obras de contenido más hondo, cuya difusión, debido a la persecución de la censura, se limitó a círculos universitarios o compañías de aficionados.
El estreno en 1949 de Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, señala la ruptura con el teatro tradicional y el comienzo del nuevo drama de la posguerra, la corriente de teatro existencial.
Es un teatro inconformista, que presenta temas existenciales (la soledad, la angustia, el fracaso… En unos seres humanos que viven en unas circunstancias muy concretas) y que deja los interrogantes abiertos para suscitar la reflexión de los espectadores. La obra de Buero Vallejo se puede dividir en tres etapas:
Desarrolla obras ambientadas en la realidad coetánea a sus espectadores:
Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad (con un personaje ciego que se rebela contra el conformismo y el engaño en que viven sus compañeros de residencia, también invidentes), El tragaluz.
Las obras de este período recurren al pasado histórico para reflexionar sobre asuntos existenciales y sociales: Las Meninas, El sueño de la razón.
Incluye dramas en los que acomete el problema de la tortura por motivos políticos, la degradación humana y la responsabilidad colectiva: La Fundación, 1974.
Este teatro social, a medio camino entre el compromiso, denuncia y protesta, se vio también representados en otros importantes dramaturgos tales como Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte, La mordaza, La taberna fantástica…) y Lauro Olmo, quien obtuvo uno de los mayores éxitos de esa época con La camisa, de 1962. A pesar de la favorable acogida de La camisa, muchas obras de este tipo no pudieron estrenarse al ser censuradas y prohibidas o por no contar con el apoyo de algún empresario teatral.
A finales de los sesenta la censura comenzó a ser más permisiva y esta mayor libertad dio origen a obras de mayor innovación en los temas, contenidos y técnicas. Cabe citar en primer lugar la obra de Fernando Arrabal, revolucionario dramaturgo que evoluciona desde un teatro rompedor hasta el teatro pánico, una nueva clase de dramaturgia rompedora para rebelarse contra la sinrazón del mundo (El triciclo, 1953). Asimismo, nombramos al dramaturgo, escenógrafo y director Francisco Nieva, cuyas obras no pudieron estrenarse hasta 1975 y fueron clasificadas por él mismo según tres temáticas diferentes: teatro furioso (crítica de la moral reflexiva), teatro de farsa y calamidad (contenido metafísico) y teatro de crónica y estampa.
A partir de 1975, con el fin de la dictadura, el panorama teatral experimentó un cambio tanto en las políticas públicas y empresariales como en el enfoque de las obras. Entre los cambios más significativos citamos algunos tales como pérdida de la crítica sociopolítica, apoyo económico del Estado, éxito de espectáculos musicales, teatro de calle e independiente, recuperación de obras censuradas, etc. Destacamos nombres tales como José Sanchís Sinistierra (cofundador de la compañía experimental Teatro Fronterizo y cuya obra más representativa es ¡Ay Carmela!, llevada al cine en 1990); José Luis Alonso de Santos, fundador de la Asociación de Teatro Libre y autor de la conocida obra de ambiente urbano Bajarse al moro (1985); Fernando Fernán Gómez, que destacó en su faceta de dramaturgo por la búsqueda de un estilo propio y de quien destacamos Las bicicletas son para el verano (1978); Antonio Gala (Anillos para una dama), Fermín Cabal o Paloma Pedrero.
De igual modo, las compañías de teatro independiente comenzaron a surgir en los sesenta y muchas se han consolidado como compañías estables y profesionales. Estos grupos se enfrentaron al teatro comercial y consideran la representación teatral como espectáculo completo. Dan tanta o más importancia que al texto a los elementos extralingüísticos (sonoros, visuales…), y usan técnicas procedentes de otros espectáculos: el circo, el cine, los títeres, la pantomima, etc., con un trabajo constante de investigación práctica y teórica.
Los grupos más famosos que se formaron en este tiempo son:
. Compañía nacida en los setenta que busca estimular al público desde un espectáculo lúdico, incorporando elementos de fiestas populares y el teatro de calle.
. Fundada en 1969 con Salvador Távora a la cabeza, es una compañía que enfocó su trabajo en la investigación de la cultura popular andaluza, a lo que se suma la denuncia política contra la injusticia.
. Fundada en 1979, lleva a cabo montajes con la participación activa del público, utiliza espacios desvinculados del teatro y una gran espectacularidad, que integra técnicas audiovisuales, música o elementos novelescos.
. Nacida en los sesenta bajo la dirección de Albert Boadella, optó por representaciones basadas en la expresión corporal y un reducido número de objetos escénicos.
No debemos concluir este breve repaso del panorama teatral más reciente sin mencionar el teatro más actual, cuya escena es de base realista, tono ágil, influenciada por diversidad de medios y con varios lenguajes escénicos usados al mismo tiempo. En este sentido, destacamos las obras del madrileño Juan Mayorga (recurre a personajes de la historia reciente) y las propuestas escénicas de Alicia Liddell, cuya labor se desglosa en la actuación, dirección y el montaje de la escenografía.