Portada » Historia » Reinos cristianos en la Edad Media
La construcción del Estado Moderno bajo la monarquía de los Reyes Católicos se basa en los siguientes aspectos:
La Reconquista era una idea que no había desaparecido de los reinos cristianos y los Reyes Católicos vieron en ella una forma de consolidar la uníón entre castellanos y aragoneses y, a la vez, evitar un hipotético desembarco de los turcos en el Reino de Granada.
La empresa no fue fácil, y se prolongó durante diez años. Finalmente, tras un largo asedio a la ciudad de Granada, el Rey Boabdil se rindió el 2 de Enero de 1492, siendo anexionado el reino a Castilla. En 1493 se recupera el Rosellón y Cerdaña que habían sido cedidos por Juan II al rey de Francia. En 1496 se completó el control de las Islas Canarias con la ocupación definitiva de la Isla de Tenerife. La incorporación de Navarra se produjo al final del reinado, ya muerta la reina Isabel. Fue un empeño personal de Fernando, puesto que los reyes de Navarra estaban vinculados a Francia, tradicional enemiga de Aragón. En 1512 Fernando ocupó Pamplona, y en 1515 la anexiónó a Castilla, aunque Navarra conservó sus fueros, Cortes e instituciones propias. Sin embargo, los Reyes Católicos no consiguieron la unidad con Portugal, aunque consolidaron una política de amistad a través del matrimonio de dos hijas con reyes portugueses
Los Reyes Católicos formaron organismos estables de poder y también crearon instituciones comunes a ambos reinos (embajadores, ejército real, Inquisición…). Para lograr todo ello tomaron las siguientes medidas:
1ª)
A la nobleza le consolidaron el poder económico -incluso extendiendo el mayorazgo para nobles de inferior categoría, leyes de Toro (1505)- pero le arrebataron el poder político apartándolos de los cargos superiores de la Administración. En cuanto al clero, los Reyes tomaron el control de las Órdenes Militares, que se habían convertido en poderosas instituciones (Fernando fue nombrado sucesivamente Gran Maestre de la Orden de Calatrava, de la de Alcántara y de la de Santiago). También crearon el Patronato Regio, que consistía en el derecho de los Reyes a proponer al Papa el nombramiento de los obispos y otras dignidades eclesiásticas en España (así se aseguraban de contar con obispos leales a la Corona, como el Cardenal Cisneros).
2ª)
En Castilla las guerras civiles habían extendido el desorden y, para controlarlo, se crearon «hermandades» en todas las ciudades, con una función policial y judicial, y pagadas por los propios Ayuntamientos. Para su regulación y buen funcionamiento se creó el Consejo de la Santa Hermandad. En Aragón se soluciónó el conflicto de los payeses de remensa, campesinos catalanes que se negaban a pagar las rentas a sus señores debido a que, si querían abandonar la tierra en que servían, tenían que pagar una redención a su señor (una «remensa»). En la Sentencia Arbitral de Guadalupe se soluciónó este conflicto, dictaminando que los campesinos pagarían la renta a sus señores pero, a cambio, podían dejar la tierra a SUS descendientes casi como si fueran de su propiedad (así el campesinado catalán se hizo próspero y estable)
3ª)
Se extienden los Consejos, órganos consultivos de los Reyes, no vinculantes en sus decisiones. Existían Consejos territoriales (Consejo de Castilla y Consejo de Aragón) y Consejos institucionales, especializados en un área de gobierno: de la Santa Hermandad, de la Inquisición, de las Órdenes Militares, de la Cruzada (pues el Papa declaró como Cruzada la conquista de Granada y quien aportase dinero a esta causa recibiría indulgencias; se creó el Consejo para administrar el dinero recibido). Las Cortes, tanto de Castilla como de Aragón, fueron convocadas pocas veces, dada la tendencia autoritaria de los Reyes. Las Audiencias o Chancillerías eran los máximos órganos de justicia, habiendo dos en Castilla (en Valladolid y Granada) y tres en Aragón (en Zaragoza, Valencia y Barcelona). Se crea la figura de los virreyes, representantes de los reyes en cada uno de los reinos en los que los monarcas no estaban presentes y se generaliza el cargo de los corregidores, representantes permanentes de los reyes en los principales municipios. Por último, se reorganizan las finanzas, con un sistema de impuestos más eficaz, sobre todo con la alcabala, impuesto que gravaba las ventas en los mercados
4ª)
En la Península convivían tres religiones y los Reyes Católicos tenían la firme convicción de que para lograr la unidad política era necesaria la unidad religiosa. Por ello, en primer lugar, se propusieron perseguir a los herejes, temiendo que hubiera un gran número de ellos debido a las frecuentes conversiones de judíos al cristianismo en los siglos XIV y XV («falsos conversos»). La Inquisición o Tribunal del Santo Oficio era un tribunal eclesiástico creado por el Papado en la Edad Media para perseguir las herejías, pero los Reyes Católicos consiguieron del Papa Sixto IV el establecimiento del Tribunal de la Inquisición en Castilla, en 1478, bajo la autoridad de la Corona y con competencias en todos los reinos (el dominico fray Tomás de Torquemada fue nombrado Inquisidor General). Tiempo después, ya conquistada Granada, los Reyes tomaron medidas contra las minorías religiosas:
decreto de expulsión de los judíos, en 1492, con un plazo de cuatro meses para bautizarse o abandonar España. Los expulsados, unos 100.000, no olvidaron sus orígenes ni su lengua, siendo conocidos como «sefardíes». La expulsión de los judíos significó la pérdida de un grupo social y económico muy importante (médicos, comerciantes, artesanos especializados…). Por último, también se tomaron medidas contra los musulmanes del reino de Granada, teóricamente protegidos por las capitulaciones de rendición: el Cardenal Cisneros llevó a cabo una política de conversión forzosa, convirtiéndose en moriscos.
(No se actuó, sin embargo, contra los mudéjares de Aragón, que pagaban un tributo sin mudar de religión)
Por un lado, la llevaron a cabo a través de una política matrimonial de sus hijos, acorde a sus intereses: para aislar a Francia, casaron a una hija (Catalina de Aragón) con el rey inglés (Enrique VIII) y a dos hijos (Juan y Juana) con los hijos del Emperador Maximiliano de Habsburgo: del matrimonio de su hija Juana con Felipe el Hermoso vendría la sucesión al trono de Castilla y de Aragón por parte de su hijo Carlos I, nieto de los Reyes Católicos. Por otro lado, llevaron a cabo campañas militares en Italia (triunfo de Gonzalo Fernández de Córdoba, el «Gran Capitán»), contra Francia y en el Norte de África, consiguiendo plazas fuertes en Melilla, Orán y Trípoli. En cuanto a la política atlántica, dará lugar a la conquista de Canarias y al descubrimiento de América (12 de Octubre de 1492), hecho que marcaría profundamente la historia posterior.
El reinado de los Reyes Católicos resulta crucial en la Historia de España porque sienta las bases sobre las que su nieto Carlos construirá un Imperio: creación de un Estado Moderno con una monarquía autoritaria, pero de carácter federal (que perdurará hasta la llegada de los Borbones en el Siglo XVIII); una política de férrea unidad religiosa católica (que dará a España un enorme protagonismo en las guerras de religión del Siglo XVI) y una política internacional que sentó las bases de la hegemonía española en Europa y en América