Portada » Educación Artística » Conformados a su imagen
Determinan la visibilidad de las estructuras anatómicas en una radiografía, y además afectan a la dosis de radiación que recibe el paciente. Estos factores deben ser seleccionados por el técnico en el panel de control del equipo, aunque actualmente están automatizados en la mayoría de aparatos radiográficos en función de la zona a radiografiar.
Expresa la energía del haz de rayo y el poder de penetración. A mayor kV, mayor energía del haz y mayor penetración en el organismo.
Controla la cantidad o número de rayos X producidos. Está implicado en la radiación que recibe el paciente. A mayor mA, mayor dosis de radiación.
Controla la duración de la exposición.
Influye en las dosis de radiación junto con el mA.
Es la cantidad de “negro” que aparece en una imagen.
A mayor densidad se transmite menor cantidad de rayos a la imagen, luego se controla principalmente por el miliamperaje. Una densidad excesiva (imagen negra) denominada alta exposición se debe a bajo mA, mientras que una densidad escasa (imagen blanca), denominada baja exposición es debida al alto mA. En ambos casos no se mostrarán adecuadamente las estructuras.
Metal>hueso>líquido (sangre, derrames…) y partes blandas>grasa>aire.
Diferencia de densidad en zonas vecinas de una imagen. Se controla con el kV; a mayor kV el haz de rayos atravesará más uniformemente los diferentes tejidos y se asocia a un bajo contraste.
Hay escalas llamadas de alto contraste;
Donde se generan pocos tonos grises, pero con gran diferencia entre ellos. Estas escalas se obtienen cuando se utiliza kV bajo. Se suelen utilizar en extremidades. Las escalas de bajo contraste son las que tienen muchos tonos grises con poca diferencia entre ellos. Se obtienen con alto kV. Se usan en tórax y abdomen.
kV.
Es un factor de control secundario de la densidad, un kilovoltaje alto hará que llegue más energía al receptor de imagen, dando lugar a un aumento de densidad. Para saber el kilovoltaje a utilizar se utiliza la Regla de Santes que mide el grosor de la zona a radiografiar: En abdomen, el kV necesario será de: 2xGrosor(cm)+30. En articulaciones y huesos: 2xGrosor(cm)+40. En tórax: 2xGrosor(cm)+50.
Es la capacidad de visualizar de forma clara los más mínimos detalles en una radiografía. Su falta se llama borrosidad o falta de nitidez.
El tamaño del foco debe ser lo más pequeño posible (cuanto más pequeño, mayor nitidez). Los equipos de rayos X suelen contar con 2 focos. El foco grande o grueso aporta menos detalle a la imagen, pero permite emplear miliamperajes más altos, por ello se utilizarán en regiones corporales que necesiten miliamperaje elevado, aunque se pierda algo de nitidez. El foco pequeño o fino se emplea cuando se requiere mayor nitidez en la imagen utilizando menor miliamperaje. Existe un límite térmico de 300 miliamperios, por debajo del cual se utiliza foco fino, y por encima foco grueso. A nivel osteoarticular se utiliza normalmente foco fino y en tórax o abdomen foco grueso.
Tiene que ser larga, mínimo 1 metro.
Debe ser corta.
Existe un sistema de velocidad rápida para tiempo de exposición corto, lo que evita los movimientos del paciente y requiere menos dosis de radiación, pero la imagen es menos nítida. Por el contrario, en el sistema de exposición más lenta, la imagen es más nítida, pero requiere más tiempo de disparo. Lo que requiere más movimientos del paciente y más dosis de radiación.
El paciente puede hacer movimientos voluntarios o involuntarios. Ambos aumentan la borrosidad, por lo que se deben evitar utilizando tiempos de exposición cortos, que controlan sobre todo los movimientos involuntarios.
En resumen, para que la imagen tenga buena resolución, el punto focal debe ser pequeño, la distancia foco-película debe ser grande, la distancia objeto-película pequeña, los tiempos de exposición cortos (controlando así los movimientos involuntarios) y lograr la cooperación del paciente (controlando los movimientos voluntarios).
Consiste en la representación errónea del tamaño o la forma de un objeto. La alteración más frecuente del tamaño en radiología simple se llama magnificación.
A más larga, menor magnificación y distorsión.
A más pequeña, menor magnificación y distorsión.
Deben ser lo más paralelos posible. A mayor inclinación, mayor distorsión.
El rayo central debe ser perpendicular al receptor de imagen.
La intensidad de las radiaciones disminuye proporcionalmente a medida que se aumenta la distancia foco-película, siguiendo la fórmula del cuadrado de la distancia (I=1/d^2). Así, a distancias foco-película de 1 metro, la intensidad tendrá un valor igual a 1.
La imagen radiológica perfecta será la que consiga un equilibrio entre la densidad, el contraste y la nitidez adecuados con la mínima distorsión y con la dosis de radiación más baja posible.
Cuando el haz de rayos X atraviesa al paciente, una parte se dispersa en cualquier dirección del espacio, lo que se conoce como radiación dispersa. Esta radiación no contribuye a la formación de la imagen, pero sí al aumento de la dosis que reciben tanto el paciente como el técnico. La radiación dispersa que alcanza el receptor de imagen, reduce la calidad de la misma, sobre todo el contraste, por lo que se emplean una serie de elementos que minimizan lo máximo posible la dispersión.
dispositivo acoplado a la carcasa del tubo, formado por láminas planas, que se abren o cierran de manera manual o automática. Su función es delimitar el campo de exposición solo a la zona de interés; lo que se llama colimar, con lo que se disminuye la radiación dispersa.
Están formadas por una serie de láminas de plomo separadas por espacios radiotransparentes. Se sitúan entre el paciente y el receptor de imagen. Pueden ser portátiles o incorporadas al equipo de rayos X, que es lo habitual. En los estudios de columna, abdomen, pelvis y tórax es necesario su uso, ya que los valores de exposición al ser zonas de mayor exposición son más altos que para las extremidades, por lo que se produce más radiación dispersa. Se suelen recomendar rejillas antidifusoras al radiografiar zonas corporales con un grosor mayor a 10 cm. La finalidad de su uso es dejar pasar solo aquellos rayos del haz principal que inciden sobre los espacios radiotransparentes, el resto será absorbido por el plomo de la rejilla. Una rejilla puede absorber hasta el 90% de la radiación dispersa. Las láminas de la rejilla, por finas que sean suelen aparecer en la radiografía, salvo que estén en movimiento en el momento de la exposición, por ello se ha incorporado un mecanismo a las rejillas que la mueven en dirección contraria a la disposición de las láminas. Estas rejillas móviles están estandarizadas y mejoran mucho el contraste de la imagen. Bucky fue quien fabricó la primera rejilla para reducir la radiación dispersa, y Potter ideó un dispositivo para moverla y que no dejaran líneas en la radiografía. Por ello las rejillas móviles se llaman Bucky o Potter-Bucky. Las rejillas antidifusoras minimizan la radiación dispersa, pero también atenúan el haz principal, lo que obliga a aumentar la dosis que recibe el paciente.
CAE o CEA (Controlador automático de exposición o exposímetro autómatico).
Actualmente los equipos de rayos X disponen de un CAE que ajusta de manera automática los miliamperios de la exposición. Se encuentran situados entre el paciente y el receptor de imagen. Hay varios tipos, pero su finalidad es la misma; terminar la exposición cuando la cantidad de rayos X o miliamperaje es suficiente para obtener una imagen de calidad. Con este sistema, el tiempo de exposición se ajusta al mínimo, se evita la borrosidad por el movimiento y se asegura menor dosis al paciente. Inconveniente: la superficie a examinar debe ocupar toda la superficie del detector para que este haga una lectura correcta.