Portada » Arte » Tributo de la moneda
Pintura mural al fresco de tema religioso, presentado como una narración continua: no se trata de una escena unitaria sino de 3 episodios consecutivos del mismo suceso relatado en el Evangelio de San Mateo; de modo que San Pedro es representado en tres momentos distintos: sacando una moneda de un pez (por primera vez Jesucristo destacó a un discípulo para participar en un milagro), reunido con los apóstoles y Jesucristo, y finalmente dando tributo al César. Estos acontecimientos tuvieron lugar a la llegada de Jesucristo y sus discípulos a las puertas de Cafarnaún, donde se les exigíó el pago del portazgo.
El grupo principal está reunido en el centro, consiguiendo el artista la perfecta integración de las figuras en el espacio que las rodea: una llanura con montañas vistas en profundidad y arquitecturas trazadas en perspectiva lineal son el escenario en el que desenvuelven los personajes.
En la composición predominan las líneas verticales y horizontales, destacándose varios planos de profundidad que crean sensación de espacio:
En el primer plano una figura de espaldas, después el grupo central que se abre a través de las manos de Cristo y San Pedro, y al fondo, arquitecturas y paisaje.
El artista modela las figuras plásticamente, como si se tratase de esculturas, creando una sorprendente sensación de volumen que las dota de relieve y corporeidad. Para ello prescinde de la línea y estructura las formas en planos de color, utilizando un claroscuro tonal.
Este tratamiento de la luz y del color da a los personajes una extraordinaria monumentalidad, una fuerza que acentúa el Realismo de las formas. Para hacerlas más naturalistas hay también un intento de plasmar el movimiento y la intensa expresividad de las figuras a través de los grandiosos gestos de las manos y la tensión de las miradas, que se dirigen a la figura central y más importante de la composición: Jesucristo.
Todo Realismo superficial de los detalles está ausente, tanto en el paisaje como en las figuras.
Colores más vivos y cálidos en primer término y gama fría (verdes, azules y grises) en el paisaje de fondo. La luz se utiliza como elemento que subraya la corporeidad de las figuras y establece una relación ambiental entre ellos.
Masaccio (1401- 1428) murió a los 26 años y no llegó a terminar los frescos de la Capilla Brancacci, que concluyó Fra Filippo Lippi, y que narran temas del Antiguo y Nuevo Testamento
. El joven pintor creó un estilo lleno de innovaciones que servirá de escuela a muchos de sus contemporáneos.
Junto con otros pintores como Paolo Ucello y Mantegna, vuelca su preocupación en la representación cada vez más perfecta del volumen y la perspectiva, reforzando la sensación de profundidad por medio de paisajes o puntos de vista forzados. Investiga sobre todo en el terreno del color- volumen (gradación de varios matices o tonos de una misma gama de color, del claro al oscuro, para dar mayor sensación de volumen). Los frescos de la Capilla Brancacci de Florencia, se encuentran entre sus principales obras junto a La Crucifixión.
Este fresco es la proeza culminante del Racionalismo al introducir un tono secular en el arte religioso. Toda la acción está tratada casi como una simple escena de reportaje secular, como una secuencia racional de causa-efecto. La importancia de la pintura radica también en la representación de Jesús con rasgos humanos, y de la misma altura que los discípulos, lo que supone un rechazo revolucionario a la «perspectiva jerárquica» de estilos anteriores. Generalmente se considera que Masaccio fue el primero en aplicar a la pintura las leyes de la perspectiva científica, desarrolladas por Brunelleschi.
Las figuras están vestidas a la manera griega, y su monumentalidad está inspirada en las estatuas clásica y en las obras de Donatello.
Ese carácter estatuario de los personajes es propio de la tradición de los pintores florentinos desde Giotto hasta Miguel Ángel.
Esta obra será de referencia para pintores de la siguiente generación como Paolo Ucello, Domenico Veneziano o Piero della Francesca.
El fresco pertenece al primer Renacimiento (Quattrocento)
, simbolizando el poder de la burguésía florentina. QUATTROCENTO italiano…