Portada » Español » Novela idealista o sentimental
Novelas como Anna Karenina encuentran formas complementarias, diversas, de tratar la realidad. Discurso que plantea una especie de Realismo. Poética que pretendía registrar la sociedad de su momento, una idea de mímesis concreta supone una secularización de la novela.
Ilusión individual entre los personajes y el mundo / normas compartidas por colectivos que permiten ser pensadas como trascendentes y superiores. Este tipo de mímesis nos muestra una serie de hechos, carácterísticas, de la raza humana. Elementos contingentes de los que podríamos prescindir y la peripecia no cambiaría. Considerar verosímil la representación del mundo. Stainer propuestas novelísticas que tienen en común la recuperación de la dimensión espiritual en la representación del mundo de esas novelas. Nos permite pensar que, tanto Tolstoi como Dostoyevski, pueden ser leídos en clave lukácsiana, es decir, si son una representación de un mundo dejado a la mano de Dios pero que conserva su dimensión trascendente (tensión entre lo material y lo trascendente que se da en el héroe problemático que se enfrenta a este mundo). Para entender la novela como Lukács es necesario creer en una dimensión trascendente que está en el daimon del personaje que mueve su ser y le obliga a hacer cosas en contra de su voluntad, para Lukács, si traspasamos esto a la novela moderna se ve en el pequeño espacio interior que queda en los personajes para pensar, seguir creyendo, en el ideal. Persona máscaras en la Grecia Clásica. El personaje que desempeñas, alguien que contiene en su interior unos derechos y deberes. La ampliación de esta noción de interioridad de los personajes nos permite incluir nuevas maneras de entender la interioridad. La tragedia griega pone en tensión dos maneras de ver el mundo, iguales pero incompatibles. No todo lo que nos pasa queda registrado de tal manera que no podemos explicarlo o explicárnoslo. El shock se produce cuando algún suceso que ocurre en el mundo no puede ser asimilado, la experiencia que extraemos de ello no es experiencia. Aquello que te choca no te cambia, no te construye como persona. Si te enfrentas a ello revives la situación. La experiencia siempre pasa por la representación, a nosotros nos pasan cosas pero somos nosotros mismos los que hacemos la lectura e interpretación de ello. En Proust, el olor y los gustos son disparadores de recuerdos incontrolables. La epifanía no es experiencia, no deja rastro, no podemos hacer nada. La epifanía no se puede representar, si se habla de ella la estamos traicionando. Una de las constantes de Anna Karenina es el hincapié en conceptos como el de artificio, falsedad… está repleta de estos conceptos. Nos ofrece una visión del mundo en la que la vida social de los grupos representados tiene un nivel de protocolo tan formal que todo lo que hacen lo hacen en función de las normas que sancionan lo que es virtuoso y lo que no lo es. Hay casos extremos como el del hermano de Levin, por ejemplo, que ataca esta hipocresía que supone una constante. Por eso, la revelación de la pasión para Anna es una epifanía: de repente siente, tiene una pasión, se siente vinculada a un ser humano como nunca lo había hecho antes. Pero esta pasión se revelará como igual de convencional que cualquier otra cosa, es otra forma de convencíón, es, incluso, un discurso que podemos encontrar en los libros.
El elemento mágico es rehabilitado, la novela empieza como si fuera épica pero poco a poco se desencanta, las cosas no son más que cosas. Descripción realista que cada vez más se basa en los detalles ya que no hay un Dios que sostenga nada. El mundo, para Tolstoi, se sostiene por algún tipo de espiritualidad que hace que el novelista no deba acarrear con las cosas. Lukács en Teoría de la novela plantea que la diferencia entre la epopeya y la novela de Tolstoi es que el mundo natural de la epopeya se basaba en una cultura orgánica que constituía un todo (divinidad). En cambio, en Tolstoi la naturaleza se contrapone a la cultura. Cultura como algo falso, artificial y naturaleza como virtuosa. El problema de la cultura es que siempre estará mediada por convenciones. Lukács dice que la distinción entre naturaleza y cultura no es radical sino que simplemente tienen una relación dialéctica. Bronski y Ana comparten el momento de su muerte, momento de comunión y natural. Pavel plantea que el amor y la pasión ya había sido el tema de otras novelas anti-idealistas pero en Anna Karenina se plantea desde una visión idealista.
La autonomía de la obra tiene que ver con la negociación con uno mismo. Influencias de la novela pastoril y la novela corta. Pavel habla de la relación entre sujeto y mundo desde la posición que afirma que hay personas buenas aunque habitemos un mundo hostil, es una tesis idealista contraria al positivismo sociológico que podría desprenderse del medio en el que vivimos. Esta tradición novelesca presenta a las personas nacidas en ambientes bajos como bondadosas, construyen su mundo a partir del virtuosismo espiritual. La hipocresía se basa en reconocer unas normas o unos ideales y no actuar según éstos. En Tolstoi los personajes se reformulan esta cuestión, lección moral que les complica moverse en sociedad.
Todos los lectores acabamos encontrando un vínculo con los personajes de Anna Karenina, aunque consigamos establecer este vínculo por terceros. Todo está comunicado y uno de los elementos clave para esta comunicación es el tren (San Petersburgo – Moscú). También es apreciable como la trama se construye a partir de la mirada de otros, las miradas cruzadas entre Anna y Bronski nos muestran las tensiones entre personajes y explican sus comportamientos sin necesidad de que el narrador esté en una posición
Miradas de terceros personajes que “iluminan” con significado la escena. Hay momentos en los que los personajes que parecían estar destinados a no encontrarse nunca, mediante un hilo secreto, van siendo unidos hasta el punto en el que el vínculo entre los personajes es casi telepático, no mediado por el discurso. Por el contrario, en la novela realista los espacios parece que participen simplemente de una relación mecánica, las personas mismas parecen formar parte de un mecanismo. Parece que Tolstoi nos dibuje un mundo en el que aún es posible cualquier tipo de vínculo entre los personajes, se rompen las convenciones aristocráticas. Anna quisiera protagonizar las historias de sus lecturas, algo similar al Quijote o Madame Bovary. Este deseo tiene que ver con querer tener una vida plena de sentido. Las dudas de Levin son producto del libre albedrío. La mirada de Dolly siempre ilumina la escena, mirada de un tercero. Al principio la situación es inverosímil entre Levin y Kitty. Los espacios parece que solo participen a nivel mecánico. Anna intenta deshacerse de las convenciones sociales mediante el amor.