Portada » Español » Cual es el tema principal de crimen y castigo
Polifonía: Plantea que en una obra novelesca hay muchas voces diferentes, por lo tanto, muchas visiones del mundo diferentes. Según Bakhtin, la polifonía novelesca consistiría en la representación en las diferentes visiones del mundo de los personajes y la visión del narrador no está por encima de los personajes. El narrador tiene una voz coherente, pero su visión no se ni más legítima ni más verosímil que la del resto de personajes. En la medida que los personajes tienen intereses, proyecto mundos diferentes. En la medida en que tienen experiencias diversas, hablan de mundos que no son los mismos. A Balzac y en Dostoievski esta fragmentación del mundo representado se ve con la muestra de varios puntos de vista a partir del roce de los distintos lenguajes, pero todas estas visiones son legítimas, no hay una manera adecuada de ver el mundo. El narrador es omnisciente porque habla en diferentes lenguajes y se puede adentrarse en el interior de los personajes. La invención de la voz omnisciente pasaría por el borrado de se cicatrices de los discursos sociales diversos que si fuéramos capaces de juntarlos todos podríamos tener una visión social.
Lucáks: novela como un constructo que pretende narrar el mundo pero a la vez es consciente de la imposibilidad de reflejar completamente el mundo. Indicativos de la propia forma que apuntan hacia esta imposibilidad, en el caso de Dostoyevski, es precisamente esta polifonía. Polifonía como marca de la imposibilidad de dar una visión completa del mundo, conciencia de esta imposibilidad. Dostoyevski nos proporciona una narrativa con hechos trágicos a causa de la tensión entre discursos legítimos todos ellos e incompatibles. La tragedia tiene una vida más larga que la epopeya porque el proceso de la literatura moderna consiste en ir dejando en blanco la interioridad de los personajes, dar cabida a conflictos que anteriormente no se tenían en cuenta, por ejemplo, en Hamlet, Hamlet sufre las consecuencias de enfrentar dos visiones del mundo legítimas, ser un buen súbdito o un buen hijo, pero las dos cosas no.
Raskolnikov, con una rica vida anímica, él mismo constantemente está en discusión. En su soledad el discurso siempre es agónico, en tensión lucha contra otros discursos identificables (discurso del policía, de la hermana…), es permeable a esos discursos. Si en Ilusiones perdidas va atravesando diversos discursos sociales a los cuales iba teniendo acceso, entra en contacto con unas normas que se mostraban en diversos colectivos, se va relacionando con discursos diferentes, en Crimen y castigo pasa al revés, Raskolnikov no necesita pasearse por San Petersburgo para conocer distintos ambientes, la gente va visitándolo a su habitación y ahí se hacen tangentes los discursos. A ratos resulta inverosímil que haya tantos personajes en esa pequeña habitación, pero ese hecho precisamente podría apuntar a la saturación y la permeabilidad de la conciencia del personaje principal.
Según el texto de Hauser las grandes y decisivas europeas del extrañamiento del individuo frente a la sociedad, de la soledad y el aislamiento del hombre moderno, las formulan los rusos como el problema de la libertad. En ninguna parte se ha vivido este problema con mayor profundidad e intensidad que en Rusia, y nadie ha sentido de manera más atormentadora la responsabilidad ligada a su solución que Tolstoi y Dostoievski.
La novela rusa describe desde el principio hasta el fin la lucha contra los demonios que llevan al individuo a separarse del mundo y de la comunidad. Este rasgo esencial no solo explica los problemas de figuras como el Raskolnikov de Dostoievski o Lewin de Tolstoi, sino el mesianismo de toda la literatura rusa.
La novela rusa es literatura tendenciosa en un sentido mucho más estricto que la novela occidental. Los problemas sociales ocupan en ella no solo un espacio mayor y una posición más central, sino que mantienen durante más tiempo y de manera más indiscutida su predominio que en la literatura de Occidente.
La novela rusa, es a pesar de los tonos oscuros de su expresión, de un optimismo invencible, testimonio de la fe en el futuro de Rusia y de la humanidad; está llena de un esperanzado ánimo de lucha, de una nostalgia evangélica de salvación y de la certeza de la redención. Este optimismo no se expresa en modo alguno en puros sueños del deseo y en finales felices baratos, sino en la segura confianza de que los sufrimientos y sacrificios de la humanidad tienen un sentido y nunca son en vano. Las obras de los grandes escritores rusos como Dostoievski o Tolstoi terminan casi siempre de manera conciliadora, si bien a menudo muy tristemente.
Como la novela social alcanza su perfección con Balzac, la de formación del carácter con Flaubert, así la novela psicológica entre con Dostoievski y Tolstoi en el estadio de plena madurez.
La psicología moderna comienza con la exposición del desgarramiento del alma, verdadera partición en dos que no se puede reducir simplemente a un conflicto íntimo. Ya antígona vacila entre deber e inclinación. En Shakespeare, la indecisión de los héroes se convierte ella misma en el tema del drama. Los impedimentos de la voluntad proceden en él no solo de un impulso moral, sino también de los nervios. La expresión más sensible, aunque algo cruda del alma descompuesta y que ya no se puede reducir a unidad racional, es la idea de la personalidad doble, que Dostoievski mismo recibe, como un constante rasgo del dibujo de caracteres, del Romanticismo y lo conserva hasta el final.
Dostoievski descubre el más importante principio de la psicología moderna: la ambivalencia de los sentimientos y la escisión de toda actitud anímica excesiva. No solo se enlazan mutuamente entre sí amor y odio, orgullo y humildad, etc. Todo impulso, toda excitación, todo pensamiento engendra su contrario en cuanto aparece en la conciencia de estos hombres. Los héroes de Dostoievski están en todas partes ante alternativas contra las que deberían elegir y no pueden hacerlo; por eso su pensar, su autoanálisis y autocrítica son un continuo enojo y rabia contra sí mismo. Sus novelas se desarrollan en la víspera del juicio final; todo se encuentra en el estado de la más terrible tensión, de la más mortal angustia.
En el pensamiento del suicidio intelectual, que Dostoievski defiende, se expresa toda la problemática de su filosofía, que busca resolver problemas reales y cuestiones bien planteadas de una manera completamente irreal.
Los personajes de Dostoyevski se mueven por una fuerza irracional con partículas racionales. Esto podemos verlo en Raskovnikov de Crimen y castigo cuando tumbado en el sofá se levanta como si alguien le hubiese arrancado del lugar y comienza los preparativos para el asesinato de Aliona Ivánovna. Son las ideas las que mueven a los personajes (relación sentimental con las ideas) y estas ideas les pueden llevar a enfrentarse con la sociedad, la muerte… a los mismos sitios que llevaban los sentimientos en el Romanticismo.
Con Raskolnikov accedemos a sus pensamientos, a su especio privado… no solo se nos representan sus pensamientos, sino todo aquello que le sucede e incluso le fluye por la cabeza, sin llegar a concretarse. En la novela es representado simbolizando la exasperación en la novela naturalista occidental que pretendía representarlo todo. La conciencia del personaje es un nuevo territorio para narrar en la novela moderna. La idea de matar a la vieja no ha nacido únicamente de él, ha sido influido por las conversaciones con su madre, su hermana, la que oye sobre la vieja… no está solo, su soledad actúa en relación a los demás. En la medida en que estas ideas se llevan a cabo la idea puede contaminarse cuando pasa a la dimensión física (pensar en matar a una vieja para hacer justicia podría estar bien pero cuando lo llevas a cabo eres un asesino), por ello todas las experiencias inconscientes, oníricas, que tiene el protagonista a lo largo de la novela.
La mayoría de los héroes de Dostoievski son intelectuales burgueses, y Dostoievski orienta su análisis de la sociedad por los puntos de vista de estos, pero nunca se identifica expresamente con ellos.
Dostoievski mira los problemas de su época, ante todo la profundización del abismo entre las clases, desde el punto de vista de la intelectualidad y ve que la solución es que los cultos vuelvan a unirse con el pueblo creyente del que se han alejado. Tolstoi juzga los mismos problemas desde el punto de vista de la nobleza. Su pensamiento sigue ligado a conceptos patriarcales y feudales.
En el mundo de Dostoievski domina por el contrario, una plena democracia espiritual. Todos sus personajes, tanto los ricos como los pobres, luchan por igual contra los problemas morales. El rico príncipe Myshkin de la novela El idiota y el pobre Raskolnikov de Crimen y Castigo son ambos vagabundos sin patria, desclasados y rechazados, que no tienen ningún puesto en la moderna sociedad burguesa. Todos su héroes están, en cierta medida, fuera de esta sociedad y forman un mundo sin clases, en el que solo dominan las relaciones del alma.
El París de Balzac era todavía una fantasía ROMántica, escenario de aventuras fantásticas. Dostoievski, por el contrario, pinta el cuadro de la gran ciudad completamente gris sobre fondo gris, lo mismo que un lugar oscuro y sin color. Traza sus tabernas espesas, las habitaciones “ataúd” como las llama él en las que pasan sus días más tristes víctimas de la vida de gran ciudad. Todo ello tiene una innegable significación social y una intención política; pero Dostoievski se esfuerza en volver a quitarles a sus personajes coeficientes clasistas. Derriba las barreras económicas y sociales que hay entre ellos y los mezcla, como si en realidad hubiese algo como un destino humano común.
En Tolstoi se mantienen sin borrarse los rasgos de clase en los personajes. La circunstancia de que pertenezcan a la nobleza, a la burguésía o al pueblo, ni por un momento se desconoce u olvida. Dostoievski, por el contrario, descuida a menudo estas diferencias e incluso parece que a veces prescinde de ellas deliberadamente. Los héroes de Dostoievski son pensadores apasionados, que luchan tan desesperadamente con sus propias ideas como los héroes de novelas caballerescas contra gigantes. Padecen, asesinan, mueren por ideas; la vida para ellos es una misión y su única función, según Hauser, es pensar.
Dostoievski se movía no solo en las alturas del Romanticismo sino también en los bajos fondos. Su obra representaba no sólo la continuación de la literatura ROMántica de confesión, sino a la vez de la novela ROMántica de terror y aventuras. El melodramatismo de su estilo estaba unido con su concepción de la novela psicológica y lo violento de los medios contribuía a crear aquella atmósfera psicológica. Asesinato y crimen, misterios y sorpresas, etc, desempeñan en ellas un papel principal. Hallamos en él todos los requisitos de la novela de terror y aventuras: el asesinato misterioso, los desmayos, la locura… Estas escenas muestran de manera excelente lo que Dostoievski es caàz de hacer con los medios de la novela sensacionalista. Cada una de estas escenas hace el efecto de una pesadilla en la que una multitud de personas se amontona en un espacio increíblemente estrecho como vemos en Crimen y castigo cuando van a visitar a Raskolnikov y se amontona tanta gente en su habitación “ataúd”. Vemos también el carácter de mal sueño que les es propio y muestra que incómoda fuerza tiene para Dostoievski la sociedad con sus distinciones de clase y de rango.
A pesar de las profundas antítesis, hay entre Dostoievski y Tolstoi, en su posición ante el problema del individualismo y de la libertad, una comunidad fundamental. Ambos consideran la emancipación del individuo, su soledad y aislamiento, como el peor de los males. En dostoievski en particular todo gira alrededor del problema de la libertad y sus grandes novelas son en el fondo nada más que la interpretación de esas ideas.
El problema de la libertad desempeña en Tolstoi ciertamente un papel no tan importante como en Dostoievski pero forma también en él la clave para comprender sus caracteres con mayor interés psicológico y de mayor cohesión moral.
En el antiindividualismo de Dostoievski y tolstoi se pone de manifiesto la total diversidad de sus modos de pensar. Las objeciones de Dostoievski son de naturaleza irracional y mística; el principio de individualización significa para él desertar del espíritu universal, del Uno absoluto, que en forma histórica se conoce como pueblo, nacíón. Tolstoi, por el contrario, rechaza el individualismo simplemente por motivos racionales, la desvinculación personal no le puede traer satisfacción ninguna, la tranquilidad las halla solo en el abandono del propio yo y en la entrega a otro.
Tolstoi es, en lo que se refiere a la composición de sus obras, tan desmesurado y caprichoso como Dostoievski. Tolstoi es solo más mesurado en el desvelamiento de las profundidades anímicas, según dice Hauser en su texto.