¡Escribe tu texto aquí!En el panorama general de la formación y docencia en Comunicación Social, la asignatura de Teorías de la Comunicación, aunque ha gozado de
Cierta favorabilidad y reconocimiento en el medio académico, tiende a reducirse cada vez más en los distintos planes de estudio; esto lo podemos
Observar y constatar al menos en nuestro contexto local y regional. La mayoría de los currículos la incluyen como componente básico aplicado en la
Formación de quienes se preparan para un ejercicio profesional específico
Como comunicadores, aunque con denominaciones diversas, y algunos pocos la incluyen como componente teórico previo a la formación aplicada.
No obstante, cuando se trata de precisar su naturaleza, objeto, contenidos e implicaciones, la tendencia es no solo a abordarlas de manera aplicada e instrumental a los distintos intereses profesionales, sino que empiezan
A darse también los tropiezos sobre su pertinencia. Docentes, investigadores
Y estudiantes las perciben como un cúmulo de ambigüedades, dificultades y
Contradicciones para una adecuada caracterización y delimitación; asimismo, expresan incesantes cuestionamientos sobre su utilidad práctica. La
Verdad es que, en el contexto académico e investigativo, el tema como tal
Está abierto y es propicio para la investigación y el debate.
Dado que no pierde su vigencia, pensamos que, en el contexto de un
Proyecto sobre teorías de la comunicación, resulta más que lógico y necesario recuperar, así sea de manera parcial, lo que se ha investigado. Es preciso, así, clarificar lo que se entiende por teorías de comunicación y analizar
El papel que desempeñan en el campo y el ejercicio de su docencia.
Un rápido sondeo revela que no solo ahora, sino desde hace ya varias décadas no pocos investigadores lo han hecho y se han ocupado de esta
Cuestión desde diferentes perspectivas. Cabe recordar que ya hacia finales
De la década de 1950 Berelson (2004), al referirse a la inminente “muerte”
Del campo, sosténía la necesidad de explorar nuevas líneas para la investigación en comunicación. La preocupación central era de índole epistemológica, para evitar las repeticiones de las aproximaciones realizadas en la
Primera parte del Siglo XX.
20 La paradójica centralidad de las teorías de la comunicación – Luis Ignacio Sierra-Gitiérrez
De modo particular, en esta última década, investigadores del grupo Español Mediación Dialéctica de la Comunicación Social de la Universidad
Complutense de Madrid, bajo el liderazgo de José Luis Piñuel, se han ocupado de manera juiciosa de esta problemática, principalmente en sus implicaciones para la docencia universitaria, y han sostenido que
[…] la teoría de la comunicación dentro del marco socio histórico de
La llamada Sociedad del Conocimiento, se muestra como una necesaria fuente de conocimiento psicosocial, no solo como proveedora
De objetos de estudio comunicacionales, sino como generadora de
Epistemes que permitan desarrollos teóricos y metodológicos para
La investigación y para las prácticas sociales (Gaitán, 2010, citado en
Ágüila y Cortés, 2011, p. 2).
En la perspectiva de Piñuel (2010), lograr proponer una “teoría de la
Comunicación” depende en buena parte de lograr clarificar su objeto de estudio y proponer un adecuado diseño epistemológico y metodológico que
Apunte a formular y solucionar problemas relevantes con ese objeto de estudio y sus aplicaciones prácticas.
El tema de por sí genera controversia tanto en lo teórico como en lo
Práctico, y no son pocos los interrogantes que sigue suscitando: ¿existen teorías de la comunicación? ¿Qué abarcan y qué plantean tales teorías? ¿Afectan
De algún modo las teorías los procesos comunicativos de la vida real? ¿Tiene algún sentido hablar de teorías en un campo que está en permanente
Construcción? ¿Tienen alguna utilidad las teorías para la formación de los
Futuros profesionales dedicados al ejercicio instrumental de la información
Y la comunicación? Si sirven para algo, ¿para qué sirven? ¿Cuándo resulta
Más provechoso abordarlas, al final o al comienzo de la formación? ¿Qué se
Debería privilegiar en la formación teórica de los comunicadores? ¿Por qué
Insistir en encuadrarlas como requisito dentro del currículo académico? Si
La comunicación, cada vez más es vista como espacio profesional de un saber práctico y aplicado, con un aparato conceptual limitado, ¿a qué viene
Tenerlas en cuenta en la formación teórica del comunicador? (Rizo, 2010).
Es decir, las distintas inquietudes plantean el reto de saber si al hablar de teorías de la comunicación estamos o no frente a un consolidado
Palabra Clave – ISSN: 0122-8285 – Vol. 19 No. 1 – Marzo de 2016. 15-56 21
Conceptual que pueda constituirse como paradigma disciplinario, y que sea
Susceptible, como sostiene Piñuel (2010), de integrar y reorganizar todos
Los saberes sobre la comunicación, o si al contrario estamos frente a aproximaciones categoriales variables de otras disciplinas sobre el fenómeno
De la comunicación.
De lo que no cabe duda, y es nuestro presupuesto incondicional, es
Que el fenómeno de la comunicación, aparte de ser intrínseco al ser social,
Se ha convertido con el correr del tiempo en nervio estratégico central que
Dinamiza, irradia y transforma nuestras sociedades, nuestras culturas, nuestro medios, nuestras relaciones, afectándonos intrínseca y estructuralmente
A todos (Rizo, 2012).
A modo de contextualización y provocación básica para nuestro propósito, cabe recoger aquí el reto que nos plantea Fuentes Navarro (2010):
La enseñanza de las teorías de la comunicación es una tarea académica especialmente desafiante por varias razones genéricas: pero
Fundamentalmente por una condición esencial: es una práctica que
No puede realizarse sin auto-referirse, sin establecerse en dos niveles
Simultáneamente: nada puede enseñarse sobre la comunicación sin
Recurrir para ello a la comunicación. Las “teorías de la comunicación”
Deben ser comunicadas para ser tales, y el proceso de comunicarlas
Entre sujetos sociales concretos en entornos concretos, afecta de
Alguna manera su naturaleza meta comunicativa. También viceversa: Los modelos “teóricos” de la comunicación afectan de alguna
Manera la práctica comunicativa. Evidentemente, esta condición que
Puede resumirse en la premisa de la “doble hermenéÚtica” inherente
A toda ciencia social, no se limita a la relación teoría/práctica de la
Comunicación en las aulas universitarias; pero es en esta situación
Particularísima donde su aprendizaje es eventualmente más relevante
Y difícil (pp. 7-8).
Nuestro interés aquí no es otro que el de asociarnos a las inquietudes planteadas por este investigador mexicano quien ha liderado por décadas la reflexión sobre estas cuestiones, es decir,
[…] ¿cómo generar una formación profesional clara y coherente,
Acorde con las particularidades de nuestro campo, que articule las
Diferentes vertientes de la comunicación, y que en el mejor de los
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Casos, responda a las demandas formativas del actual escenario comunicativo? (Rizo, 2012, p. 13).
Dichas inquietudes han sido planteadas y enriquecidas por colegas
Mexicanos de amplia trayectoria, entre los que se cuentan Claudia Benassini, Margarita Reyna, Silvia Gutiérrez, Marta Rizo y Carlos Vidales, sin
Desconocer, por supuesto, el valioso aporte dado por otros investigadores
Latinoamericanos desde distintas latitudes.
En tal sentido, en la misma línea reflexiva e interpretativa sigue vigente
El aporte de José Luiz Braga (2007), investigador brasileño, cuando afirma:
El principal problema, tal vez más que una definición de objeto o de
Fronteras, sería el de construir sentido en la diversidad de los núcleos
De percepción y cuestionamiento, dentro del propio campo […] Así,
“constituir el campo de la comunicación” no debe ser pensado como
Elaborar un bloque monolítico de teorías que, de modo consensual,
Proporcionen explicaciones y preguntas. Como en todas las demás
Disciplinas humanas y sociales, escuelas, ángulos, tendencias de
“explicación y preguntas” se confrontan —y es en la tensión mutua
Entre esas diferentes tendencias como se desarrollan buenas problematizaciones y se construye la propia disciplina (citado en Ferreira,
2007, p. 8 y 15).
También es pertinente, pero en otro sentido, la interpelación Martino
(2001) sobre si en realidad existen teorías de la comunicación:
Si hablamos de campo, necesariamente tenemos un enorme
Conjunto de teorías, no articuladas entre sí, relativas a los varios
Saberes que ahí se encuentran. Pero si hablamos de disciplina,
Evidentemente tendremos que ser más rigurosos, pues, antes que
Todo, tendremos que estar en condiciones de reconocer una teoría
De comunicación: ¿qué es lo que hace que una teoría sea teoría de la
Comunicación? (p. 127).
En ese contexto, nos ocuparemos de reflexionar sobre las teorías de
La comunicación no solo desde sus incidencias para el campo mismo, sino
Desde su enfoque como práctica educativa, donde se proyectan tanto docentes como estudiantes, sobre aquello que Marta Rizo (2012) denomina
“el arduo trabajo de reflexión en torno a la formación en comunicación