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Programa del Frente Popular (16-01-1936)
Fragmento extraído del programa electoral del Frente Popular, firmado el 15 de Enero de 1936 y publicado en “El socialista” un dia después en el que las fuerzas políticas firmantes del pacto tejen una serie de acuerdos fundamentales. Un mes más tarde se celebrará las elecciones generales en la que triunfara el Frente Popular. Se trata de una fuente primaria de naturaleza política y contenido político y dirigido a los votantes de izquierdas.
Los partidos coaligados se comprometen a:
– Conceder por una ley una amplia amnistía de los delitos políticos sociales cometidos posteriormente a Noviembre de 1933
– Restablecer el Imperio de la constitución
– Tomar medidas que mejoran la situación del campo y de los campesinos sin que suponga la nacionalización de la tierra.
– Mejorar el sistema bancario sin nacionalización de la banca
– Revisar y mejorar la legislación social sin aceptar el control obrero.
El problema más grave de la República fue tener que contar con la exigencia revolucio-
naria, que defendían los socialistas, frente a su disposición meramente reformista. Las
diferentes movilizaciones (Casas Viejas…) la reacción de la derecha (CEDA) y la extrema
derecha desgastan a Azaña hasta ser destituido por el presidente de la República.
Las elecciones de Noviembre de 1933 habían dado el triunfo al centro-derecha lo que iba
a suponer una revisión de las reformas emprendidas por los gobiernos de Azaña que en
muchos casos terminaron siendo suspendidas o anuladas.
La radicalización sociopolítica aumenta como quedó reflejada en la suspensión del
Estatuto de Cataluña y la revolución en Asturias en 1934.
A lo largo de 1935 los sucesivos gobiernos radical-cedistas presididos por Alejandro
Lerroux fueron acentuando su política conservadora al tiempo que la extrema derecha se
fortalecía (Falange Española se funda en 1933) como lo estaba haciendo en el resto de
Europa.
Ante el crecimiento de los fascismos en la Europa de entreguerras, y, por tanto, ante el
temor por la escalada de la derecha, la solución de la izquierda fue el establecimiento de
Frentes Populares que implicaban la alianza frente al enemigo común.
Esta medida pronto pudo llevarse a la práctica en España pues el desprestigio del gobierno
(disputas internas, escándalos de corrupción…) provocaría la convocatoria de elecciones
para el 16 de Febrero.
Dejando a un lado sus diferencias, la coalición republicano-socialista se preparó para la
consulta con la firma de una alianza electoral o Frente Popular en la que estarían
representadas la izquierda y gran parte de las fuerzas progresistas.
Su programa hacía hincapié en el restablecimiento de la política de reformas del primer
bienio empezando por la concesión de una amnistía (sobre todo para los encarcelados en
Octubre de 1934) y el restablecimiento de la constitución de 1931, marco jurídico del
nuevo estado bajo el cual se había iniciado la transformación del Estado.
El pacto era expresión de un programa mínimo aceptado por un amplio grupo de partidos
guiados por el compromiso de “un plan político común” para el supuesto de triunfar en
las elecciones, pero pone de manifiesto no pocas diferencias entre ellos como queda claro
en este fragmento:
La postura del PSOE favorable a la nacionalización de la tierra da paso a medidas que
favorecieran el desarrollo de la agricultura y mejoras en las condiciones del campesino.
Lo que conduciría a la tan esperada Reforma Agraria.
Tampoco triunfó la propuesta de los socialistas de nacionalizar la banca, aunque sí se veía
necesario poner en marcha cambios. El control obrero al que aspiraba el PSOE no se
aceptó, aunque “la política republicana tiene el deber de elevar… Hasta el límite
máximo…”
En definitiva, el pacto del F.P. No era ni mucho menos un programa revolucionario
sino reformista; un acuerdo entre los partidos republicanos de un lado y los socialistas de
otro en vistas a ganar las elecciones, y que en caso de victoria se convertiría en norma de
gobierno que desarrollarían los partidos republicanos de izquierdas con el apoyo de las
fuerzas obreras.
Celebradas las elecciones, los candidatos del F.P. Arrebatan al centro-derecha sus escaños
y consiguen con holgura la mayoría absoluta necesaria para gobernar.
A pesar de la buena voluntad de Azaña llamado a formar gobierno, la vida política no
consigue recuperar su pulso asfixiada por el radicalismo proletario y la degradación del
orden público, los rumores de Golpe de Estado contribuyen al clima de violencia. El
congreso decide deponer a Alcalá Zamora de la presidencia de la República y Azaña era
promovido a la jefatura del Estado lo que le hacía perder capacidad de acción.
Durante los meses de Junio y Julio la agitación revolucionaria fue en aumento; el asesinato
de un teniente de la guardia de asalto fue seguido por el de Calvo Sotelo (líder del Bloque
Nacional)) y la conspiración militar desembocaría en la sublevación de la guarnición de
Melilla el 17 de Julio que declara el estado de guerra en Marruecos. Se ponía en marcha
el mecanismo que llevaría a España a la Guerra Civil.
El sueño republicano de construir una sociedad moderna y democrática que se había
iniciado en 1931 y había sido secundado por el F.P. En Febrero de 1936 se había esfumado.