Portada » Geografía » Porque predomina la agricultura en el interior peninsular
La distribución geográfica es en el litoral y prelitoral mediterráneo, Baleares y el valle del Guadalquivir. Es una franja litoral entre el mar y las montañas, llano en la costa y montañoso en el prelitoral, y sólo se adentra hacia el interior a través de la Depresión del Guadalquivir. Destaca el hábitat concentrado, aunque también hay que destacar el hábitat disperso en la zona levantina.La baja altitud sobre el nivel del mar y los climas mediterráneo costero y mediterráneo subdesértico, con un régimen térmico de veranos calurosos e inviernos templados y siempre con escasas precipitaciones, hace que la actividad agraria predominante sea la agricultura. La población dedicada a la agricultura es numerosa, destacando el hábitat concentrado y un tipo de propiedad contrastada según las zonas: minifundios en el Levante, latifundios en Andalucía y mesofundios (medianas propiedades, entre 10 y 100 hectáreas) en Cataluña. En cuanto a los tipos de cultivos destacan: los de secano en el interior montañoso (cereal, vid, olivo, almendro) y en las hoyas y depresiones interiores con un policultivo muy variado en el que están presentes cultivos tradicionales, como los cereales, y las plantas industriales, como el tabaco y la remolacha. Más destacable es el de cultivo de regadío en el Levante y en el valle del Guadalquivir (huerta, frutales cítricos, arroz y flores), en los invernaderos con cultivos enarenados de Almería y en los cultivos subtropicales en la costa de Granada y Málaga (chirimoya, aguacates, mango). Son monocultivos de exportación, muy intensivos y especializados, de clara orientación hacia el mercado. En la ganadería destaca la cabaña bovina y la porcina en Cataluña (estabulada e industrial), la ovina y la caprina en el interior de Andalucía (con carácter extensivo), y las reses bravas en el Valle del Guadalquivir y Cádiz. La explotación forestal más destacada es la de la madera en Sierra Morena y el corcho en el Parque Natural de los alcornocales de Cádiz y Málaga.
Ocupa las áreas con mayor altitud de la Península. El hábitat suele ser disperso. Abundan los bancales, y las parcelas se dedican al poli cultivo de subsistencia o se destinan a prados para el ganado o a la explotación forestal. Esta agricultura está en decadencia, ya que el aislamiento y la baja productividad hacen que se produzca un despoblamiento. Por ello, estas zonas son objetivo prioritario de la PAC.
Este paisaje agrario se localiza en el Archipiélago canario. Éste tiene una superficie agraria muy reducida por la naturaleza volcánica de las islas. Apenas alcanza el 20% de la superficie geográfica y se sitúa preferentemente en las zonas bajas, así como en las laderas, donde, gracias al esfuerzo humano, se han construido terrazas de cultivo. El carácter cálido del clima canario o subtropical durante todo el año, con precipitaciones muy escasas, ha condicionado también su paisaje agrario. En la agricultura se ha producido un retroceso de la población rural a favor del sector servicios en las últimas décadas. La propiedad presenta grandes contrastes entre los minifundios de las zonas medias y altas, y los latifundios de las costas. En el litoral predomina el monocultivo de regadío de exportación de maduración temprana (plátanos), los invernaderos (huerta, tomates, flores), y las plantaciones tropicales (piña, aguacate, papaya, mango). En el interior se desarrolla una agricultura de secano (vid, patata y trigo). No hay ganadería ni explotación forestal importantes. Tradicionalmente, la agricultura insular ha coexistido con una notable cabaña de ganado caprino.