Portada » Biología » Vías de entrada y salida de los agentes patógenos
Una enfermedad es una alteración continuada en el funcionamiento del organismo.
Son parásitos microscópicos que invaden a un ser vivo, se multiplican en su interior y lo utilizan como recurso.
Tiene lugar cuando los gérmenes se transmiten desde la persona infectada a otra sana sin que exista un contacto directo entre ambos.
Un conjunto de estructuras y procesos biológicos capaz de destruir cualquier elemento extraño que nos invade.
Algunas enfermedades infecciosas solo se padecen una vez en la vida. Algunos de los linfocitos generados durante la enfermedad recuerdan su contacto con ese germen y perduran mucho tiempo en nuestro organismo. Ante un nuevo contacto con el mismo germen la respuesta defensiva es mucho más rápida. Se conoce como memoria inmunitaria.
Basta un pequeño cambio para que los linfocitos no lo reconozcan. Como la gripe, que puede infectarnos una y otra vez en nuestra vida.
Son preparados artificiales obtenidos a partir de agentes patógenos que han perdido su virulencia pero mantienen su capacidad antigénica.
Son preparados artificiales que contiene anticuerpos ya elaborados contra los agentes causantes de una enfermedad.
Son sustancias de origen biológico o sintético que matan o impiden el crecimiento de las bacterias.
Es sustituir órganos, tejidos o células dañados que ponen en riesgo a una persona, el receptor, por otros en buen estado procedentes de un donante.
Tenemos la capacidad de distinguir lo propio de lo extraño; si los glóbulos blancos detectan algo extraño, intentan destruirlo. El problema es que estas defensas también intervienen cuando un órgano procedente de un donante se introduce en el cuerpo del receptor. Por eso es imprescindible que el donante y el receptor sean lo más parecidos posibles.
Todos podemos ser donantes, tras la muerte, sus órganos puedan servir para salvar la vida de otras. Basta con que lo haya comunicado a sus familias, su deseo será siempre respetado.
En muchos trasplantes, el donante puede ser una persona que sigue viva después de la donación, puede ocurrir cuando el receptor necesita: