Portada » Religión » Dios se revela en la historia de la salvación
Llamamos Historia de Salvación, o historia de la alianza de Dios con los hombres, al proyecto o designio de Dios de comunicar a los hombres su amor misericordioso, haciéndoles participar de su propia vida. Dios llevó a cabo este proyecto entrando en la historia humana con obras y palabras, y sembrando en los corazones de todos los hombres semillas de verdad y bien para ayudar a todos a alcanzar la salvación.
Dios ha creado el mundo y ha dado al hombre la vida. Él escogíó a Israel para confiarle su designio de reunir en una familia a los pueblos de la tierra dispersos por el pecado.
*En el Monte Sinaí, Dios hace un pacto con Moisés y le entrega el “Decálogo” (Diez mandamientos)
Dios cumplíó su designio al enviarnos a su Hijo, nacido de la Virgen María, una mujer del pueblo de Israel.
*Es el momento clave, el punto de inflexión. Dios se nos presenta en la eucaristía en cuerpo y sangre.
Jesús resucitado nos envió el Espíritu Santo, y gracias a la acción de este Espíritu los hombres podemos hoy, en la Iglesia, invocar a Dios como padre y vivir unidos como hermanos hasta que el Señor vuelva.
* La Iglesia es como una barca para poder ir por el mar de la vida, un mar tranquilo a veces, pero otras veces muy bravo. La barca tiene un timonel (el Papa), una vela grande que es empujada por el viento (por el Espíritu Santo) y un mástil que lo sostiene (Jesucristo).
La palabra “éxodo” significa en griego “salida”. Este libro narra desde la huida de Egipto y la consiguiente liberación de la esclavitud del pueblo hebreo, el paso del Mar Rojo, hasta la revelación de Dios a Moisés en el Monte Sinaí, en el que establece una Alianza con el pueblo de Israel y promulga su ley (el Decálogo o los Diez Mandamientos).
El libro del Éxodo no es una «historia» en el sentido moderno de la palabra: es un testimonio nacido de la fe, el reconocimiento de que la existencia de Israel como nacíón no es obra de los hombres, sino una creación de Dios.
Ante las súplicas del pueblo, Dios le dijo a Samuel, profeta y último juez de Israel, que nombrara rey a Saúl, de la tribu de Benjamín. Saúl, hombre de gran valor, consiguió derrotar a amonitas, moabitas y filisteos. Pero en una de las guerras, Saúl desobedece las instrucciones de Dios y éste manda a Samuel que nombre nuevo rey a David.
Los continuos triunfos de David (ante Goliat) y la admiración de todo el pueblo, provocaron los celos y la ira de Saúl, quien intentó matarlo. Desesperado, Saúl evocó al supuesto espectro de Samuel que profetizó una gran derrota del ejército y la muerte de David. Al día siguiente, los filisteos derrotaron al ejército israelita y Saúl, para evitar su captura, se mató junto a sus hijos.
Fue el segundo rey de Israel, sucesor de Saúl. David era un pastor de Belén y en dicha regíón pasó su juventud cuidando los rebaños de su padre. Adquiríó fama por sus aptitudes musicales y por su valentía, que alcanzó visos legendarios por su enfrentamiento contra el gigante filisteo Goliat.
A medida que crecía su reputación, fue convocado a la corte, donde Saúl, primer rey de Israel, le nombró su escudero. Sin embargo, su creciente popularidad despertó la envidia del monarca, quien le expulsó de la corte. David pasó el siguiente periodo de su vida en el exilio.
David regresó a su país natal tras la muerte de Saúl y fue ungido rey de Israel. A partir de entonces, David derrotó en rápida sucesión a filisteos, moabitas, arameos, idumeos y amonitas, consolidó la independencia de Israel y amplió enormemente sus dominios. Una de sus principales conquistas fue la creación de Jerusalén, que pasó a ser el centro religioso y político de los territorios unidos bajo su persona.
Fuel el tercer y su último rey de Israel. Es el segundo de los hijos que tuvo el rey David con Betsabé. El primero murió ordenado por Dios como castigo por el pecado del rey de matar al marido de Betsabé para casarse con ella.
David eligió a Salomón su sucesor, a pesar de que tenía más hijos de mayor edad con otras mujeres. Dios dotó a Salomón de una gran sabiduría, y junto a la rectitud y la justicia con que éste aplicaba la ley de Dios, el reino de Israel logró la prosperidad de mayor esplendor en su historia.
El pueblo de Israel era feliz y tenía tranquilidad en sus fronteras porque vivían “siguiendo los preceptos del Señor”. Pero para consolidar el poder político, Salomón contrajo matrimonio con la hija del faraón, y al rodearse de lujos y grandezas, cayó en el materialismo y la idolatría.
Este pecado fue la causa de que a su muerte se dividiera el reino de Israel.
Los Profetas son los mensajeros de Dios. Todos habían vivido los mismos acontecimientos y la misma historia de un pueblo, pero lo que diferencia a los Profetas del resto es que ellos, en su vida espiritual, viven una experiencia única y nueva: ven a Dios y necesitan contarlo.
Los Profetas tienen 3 tareas para transmitir la Palabra de Dios:
–
Denuncian la falsedad, la injustica, la hipocresía y la infidelidad a la Alianza, es decir, todas las actitudes contrarias al pacto de Dios.
–
Promueven la conversión, la justicia y la verdad, y el cumplimiento de la Alianza.
–
Anuncian una nueva Alianza, el perdón de Dios y la salvación.
9. ¿Cómo era el ambiente religioso en Palestina en la época de Jesús? ¿Cuáles eran los grupos religiosos significativos?
El ambiente religioso en Palestina se caracterizaba por el dominio político romano y por la cultura helenística, que provocaron y favorecieron las divisiones en el judaísmo:
Los grupos religiososmás significativos eran:
“devotos, silenciosos”. Practicaban el bautismo del agua y el desierto era el lugar de oración y retiro. Los esenios esperaban la inmediata venida del Mesías y consideraban próximo el final de los tiempos.
“piadosos”. Eran los tradicionales religiosos israelitas que se opónían a la influencia del helenismo.
“celosos”. Eran fanáticos del cumplimiento de la ley. Políticamente estaban en contra de los romanos y provocaban frecuentes rebeliones: “nosotros tenemos nuestra nacíón y ellos nos someten”.
“maestros”. Eran los intelectuales, los sabios. Conocían a fondo la ley y dirigían la oración en la sinagoga, pero no formaban una secta o grupo organizado.
“separados”. Cumplían a rajatabla la letra y las normas de la ley pero no el espíritu. Tendían a despreciar a los demás. Jesús los compara con “sepulcros blanqueados”, pues sólo son religiosos en apariencia.
“sacerdotes”. Eran de clase social alta y pertenecían a la aristocracia. Políticamente colaboraban con Roma para mantener el poder. Interpretaban la ley literalmente pero no creían en la resurrección.
La jerarquía social y económica comprendía tres clases:
– la clase alta:
En la que se encontraban de mayor a menor poder, los ciudadanos romanos, los terratenientes, los funcionarios públicos y los sacerdotes.
– la clase media:
En la que estaban los comerciantes y artesanos y los trabajadores agrícolas.
– la clase baja:
Estaban los esclavos domésticos y, en último lugar, los marginados (leprosos, enfermos, bandoleros, prostitutas, etc. )
El Reino de Dios surge de la revelación de Jesús, hijo de Dios hecho hombre. Jesús anuncia una buena nueva, la conversión y el perdón de los pecados. Se hace presente en la vida al curar enfermedades, liberar del mal, perdonar los pecados y dar la vida por los hombres. Vive cumpliendo la voluntad de Dios, orando, amando hasta el extremo y personificando las bienaventuranzas.
El Reino de Dios consiste en que Dios (Padre, Amor, Salvador, cercano a los pobres) se ha revelado por Jesús a los hombres (Hermanos, Hijos de Dios) para que puedan ser libres, felices y vivan una vida plena en Dios en un mundo nuevo.
Jesús realiza el Plan de Dios mediante el cumplimiento de su voluntad, el servicio a los demás y el amor sin límites. Jesús entrega su propia vida y muere en la cruz por todos los hombres.
Su muerte y resurrección significa la salvación para la humanidad, manifestada en una nueva alianza de Dios con los hombres (eucaristía) y en la liberación del pecado y de la muerte (redención). La salvación supone el perdón de los pecados, la recuperación de la amistad con Dios y una vida feliz y eterna.
La Antigua Alianza es el pactoque establece Dios con su pueblo o con algún personaje concreto como Abraham, Moisés, David y los Profetas. “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”.
La Nueva Alianza es el acontecimiento de la muerte y resurrección de Jesús, la ascensión a los cielos y la venida de Espíritu Santo. Mediante la vivencia y le experiencia de los apóstoles (Evangelios), se observa una nueva alianza renovada entre Dios y los hombres, un nuevo pueblo de Dios.
La Iglesia es el pueblo de Dios, convocada por Dios Padre, instituida por Jesucristo y en cuyos miembros habita el Espíritu Santo. La Iglesia se renueva constantemente:
–
Reconoce su identidad (cuerpo de Cristo, templo del Espíritu).
–
Se fortalece en la fe de los apóstoles (Credo) quienes la conservan, la transmiten y la celebran en los sacramentos (eucaristía).
–
Trabaja por la unidad fraterna, de fe y de vida, por el diálogo y la solidaridad.
La Iglesia surge en Jerusalén, cuando Pedro y los demás discípulos de Jesús, llenos del Espíritu, se lanzaron a continuar su obra y a anunciar su Buena Noticia. Los discípulos habían experimentado la presencia de Dios (de Jesús) y querían proclamarlo a todo el mundo. Ayudados por los presbíteros y diáconos son los responsables de las primeras comunidades.
La primera comunidad cristiana surge en Jerusalén, en la época del Imperio romano (siglo I) y dentro de la religión judía, cuando los discípulos de Jesús recibieron el Espíritu Santo y decidieron anunciar el mensaje de su maestro.
La primera comunidad cristiana es:
Mediante la conversión y el sacramento del bautismo, los discípulos anunciaban el mensaje de la fe en Jesús: Jesús ha resucitado, es el Mesías, está sentado a la derecha de Dios y es juez de vivos y muertos.
En la eucaristía y en los ministerios y servicios, los discípulos mostraban su estilo de vida. Los discípulos vivían en unidad y amor fraterno, compartían sus bienes, oraban y eran fieles a las enseñanzas de los apóstoles.
Los discípulos daban testimonio de vida de las dificultadas que supónía su labor, como persecuciones, el martirio de San Esteban o la rivalidad entre hebreos y helenistas.
La misión de la Iglesia en el mundo es transformar (dar la salvación) a los seres humanos y al mundo. Por eso:
– Anuncia el Evangelio, que suscita la fe en Dios salvador.
– Da testimonio de fe y de vida, y vive los valores del Reino de Dios.
– Colabora en la construcción de un mundo mejor al aportar los valores del Evangelio a la convivencia humana.
– Y, a ejemplo de Jesús, manifiesta su amor por los pobres y los marginados de la sociedad.
Todo ello lo hace con la esperanza de alcanzar, con Jesús resucitado y la fuerza del Espíritu, una humanidad y un mundo nuevo.
El hombre religioso y el hombre de Fe coinciden en que los dos se preguntan sobre las cosas del mundo que no tienen respuesta en el día a día, y concluyen que existe Dios.
Sin embargo, el hombre religioso se ha creado una imagen de Dios (bueno, perfecto, todopoderoso) en función de lo que conoce, es decir, tiene una definición de las cualidades de Dios por analogía. El hombre religioso quiere hacer las cosas bien con Dios para que Dios le responda, para que no le castigue. Pero cuando llega el dolor y el sufrimiento, no obtiene respuestas. El hombre religioso tiene una fe que no es propia (tradición familiar, sociológica, cultural, etc.) e intenta “contentar” a Dios por obligación.
En cambio, el hombre de Fe, ha encontrado que alguien salía a su encuentro cuando él buscaba respuestas, y ese alguien es Dios. Es el hombre de Fe quien responde a Dios, no al contrario. El hombre de Fe ha tenido un encuentro con Dios, una experiencia de vida y por lo tanto lo busca por necesidad.
La fe divina se diferencia de la fe humana (en otra persona) en que cree como resultado de la Revelación de Dios y a su vez es la respuesta a la misma. La Fe es:
No hay nada en la fe “opuesto” a la razón. Es más, en la medida en que la razón avanza, fortalece las verdades de la fe.
Cuando una verdad es evidente no se es libre de aceptarla o no. Por eso, en el caso de la fe, el asentimiento se basa en la confianza que se tiene en el testigo.
Porque su motivo formal es la autoridad de Dios, que no puede engañarse ni engañarnos. Pero además es un “don” de Dios, ya que sin la Gracia no podríamos dar el paso de la Fe.
La Fe es la respuesta libre del hombre a la iniciativa amorosa de Dios.
La Fe es una virtud teologal y sobrenatural, que dispone la mente y todo el ser, para asentir libre y firmemente a las verdades reveladas por Dios. No por la intrínseca verdad de las cosas percibidas por la ley natural de la razón, sino por la autoridad del propio Dios que se ha revelado.
La Fe divina se tiene que expresar en un trípode para que sea verdadera. Para que uno sea creyente de verdad, su Fe debe ser:
–
Profesada (la creo)
–
Celebrada (la practico)
–
Vivida (la experimento en mi día a día)
Si no fuera así desembocaría en el relativismo, el fideísmo, el puro sentimentalismo religioso, la mera conveniencia, la incoherencia o la hipocresía.
Una persona que refleja este trípode es “testigo de la fe” e invita a otros a buscar y vivir de esta fe.
La palabra griega “symbolon” significaba la mitad de un objeto partido, un sello, que se presentaba como una señal para darse a conocer. Por eso, al “Credo” también puede llamársele “Símbolo”, pues es un signo de identificación y de comunión entre los cristianos.
“Symbolon” significa también recopilación, colección o sumario. El “Símbolo de la Fe” es además una recopilación de las principales verdades de la Fe. De ahí que sirva como punto de referencia fundamental en las catequesis.
El “Credo” se divide en 3 partes que se corresponden a la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
1º Parte:
– creador del cielo y de la tierra.
2º Parte:
– su único hijo, nuestro Señor.
– que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nacíó de Santa María Virgen.
– padecíó bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado.
– descendíó a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos.
– subíó a los cielos y está sentado a la derecha del Padre.
3º Parte:
– la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos.
3. ¿Quiénes son los tres primeros Patriarcas del Pueblo de Israel? Explicad lo más significativo de cada uno de ellos.
“Abraham” significa “padre de multitudes.
La felicidad de Abraham era poder tener un hijo y una tierra para que no desapareciera su huella. Pero es anciano y su mujer Sarah es además estéril. Dios establece un pacto con él y prometíéndole una descendencia y la tierra de Canaán como posesión perpetua, convirtiéndole en el origen de un pueblo del que sería su Dios.
Abraham, dispuesto a ayudar la tarea de Dios, tiene un hijo bastardo con una esclava, Agar, de la que nacería Ismael (descendiente del mundo árabe). Pero Dios hace que Sarah quede embarazada de un hijo: Isaac.
Dios, para probar a Abraham, le solicitó que sacrificara a su hijoen el Monte Moriah. Aunque destrozado por la pena, Abraham accedíó al mandato, pero un enviado de Dioslo detuvo en el último momento y le ordenó que sacrificara un carneroen su lugar.
Isaac tiene dos hijos: Esaú y Jacob.Esaú llega un día cansado y hambriento y le cambia la primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas.
Cuando su padre Isaac está ciego y enfermo, el astuto Jacob idea un plan con su madre para hacerse pasar por su hermano. Como Esaú tenía mucho pelo, Jacob se pone un pellejo para engañar a Isaac.
Jacob es un pastor y se enamora de la hija de su jefe, Raquel. Labán le dice que se casará con ella si trabaja 7 años para él. Cuando Jacob los cumple, Labán lo engaña entregándole a su otra hija Lea. Con Lea tendrá 10 hijos y tendrá que esperar otros 7 años para casarse con su enamorada Raquel.
Con Raquel tendrá