Portada » Griego » Donde se origino el teatro
La cuestión de la estructura de la tragedia nos lleva a preguntarnos por los orígenes de la misma. Aristóteles manténía que había surgido a partir de los que entonaban el Ditirambo. El ditirambo era un
El origen de la comedia no es claro. Parece que hay que buscarlo en las procesiones dionisíacas (κόμ&ómicron;ι ) en las que un coro intercambiaba chistes y burlas con el público o con su director. Así, el significado de la palabra comedia sería “canto del coro”. Formalmente, ya en el siglo V, difería de la tragedia en varias cosas: la estructura, aunque parecida, no es idéntica: por ejemplo, es propio de la comedia un movimiento del coro especial llamado Parábasis, que es una venida hacia adelante de los coreutas. Los atuendos no son magníficos, sino burlones y exagerados. Los actores llevaban un gran falo de cuero o madera y almohadillas bajo la ropa para deformar el cuerpo. La comedia griega pasó por varios períodos. Su edad de oro fue el primero: La Comedia Antigua, cuyo representante principal fue Aristófanes.
Ya en época clásica, las representaciones teatrales tienen lugar en unas construcciones especiales llamadas teatros (θέατρ&ómicron;ν). Su estructura es similar en toda Grecia:
El centro del teatro es la orchestra. En ella se situaba el coro. Era de forma circular. En su centro había un pequeño altar dedicado a Dioniso. El proscenio era el lugar en que se situaban los actores. Estaba ligeramente levantado sobre el nivel del suelo. Tras él estaba la escena. Era, en sus orígenes, la tienda en que los actores guardaban sus vestidos, las máscaras, la tramoya de la obra, etc. Con el tiempo se hace un lugar indispensable, pues desde ella se lograban algunos efectos de sonido, o se manejaban las espectaculares apariciones de “Deus ex machina”, es decir, las intervenciones que los dioses hacían en la obra por los aires subidos a esa especie de grúa de poleas llamada mechané. Alrededor de la orchestra, en semicírculo, se situaba la cávea: el lugar que ocupaban los espectadores: hombres, mujeres, niños e incluso esclavos. Los primeros asientos eran más lujosos y estaban reservados a las personalidades de la ciudad.
Los actores eran profesionales y ambulantes. Recorrían toda Grecia interpretando tragedia y comedia. Eran varones, pero interpretaban papeles de hombres, mujeres, dioses e incuso niños. Se servían de máscaras de madera bellamente trabajadas y pintadas, a menudo adornadas con pelo natural. Según algunos autores, su función sería la de amplificar la voz. Pero este punto es muy discutido. La máscara y la vestimenta indicaban al público la identidad del personaje, pues en ambos se reflejaban los tópicos del aspecto de hombres y dioses: así, la máscara de Apolo era un rostro joven y hermoso; un persa llevaría pantalones, mientras que un griego viste una túnica, etc. Y si alguna duda quedara, el texto enseguida la desvelaba. Además de la máscara y los vestidos, generalmente suntuosos, se calzaban unas botas altas con plataforma llamadas coturnos que los hacían más visibles. Todo actor debía tener como aptitud imprescindible una buena voz, pues debía recitar y cantar. Asimismo, capacidad interpretativa. Si pensamos que un actor antiguo tenía el rostro oculto y del cuerpo apenas si se le veían los brazos o las manos, caemos en la dificultad de la interpretación.
El coro era el protagonista de la tragedia griega, aunque su importancia fue cayendo con el paso del tiempo hasta ceder toda el protagonismo a los actores. Estaba formado por gente de la ciudad en que se interpretaba la obra y no era profesional: era la representación y aportación de la ciudad a la obra. Debían saber cantar, recitar y bailar, pues eso es lo que se les exigía. El público griego era un público muy interesado en lo que ocurría en la escena. Cuando había un festival dramático se pasaba el día entero en el teatro, adonde se llevaba la comida y la bebida, para no perderse nada. Esto no sorprende si pensamos que una representación era algo excepcional, que ocurría pocas veces al año y que, además, las obras no se repónían. El público era muy entusiasta: aplaudía lo que le gustaba y vociferaba cuando algo se disgustaba, llegando incluso a mostrar su desagrado con silbidos, abucheos o pataleos. A veces tenían que intervenir esclavos con largos bastones para restablecer el orden. Pero la expresión de su emoción era fruto de la alta concentración que manténían y la tensión del espectáculo. Compartían con los personajes sus emociones y se identificaban con sus sufrimientos. Y con ellos lograban una catarsis o emoción purificadora.
Para terminar, citaremos a continuación los nombres de los grandes autores teatrales de Atenas y una de sus mejores obras.
Autores de tragedia:
Esquilo. Una de sus obras principales: -Los Persas: es la tragedia más antigua de Europa. Describe la espera de Atosa, la madre del rey persa Jerjes, que poco a poco recibe noticias de lo que ha ocurrido en la batalla de Salamina, en la que el inmenso ejército de su hijo ha sido derrotado por los atenienses. Es magistral la narración del mensajero que desvela los acontecimientos de la batalla. Muy original de plantear la acción en el palacio de los enemigos de Grecia y hacer del sufrimiento de la reina el dolor de todos los persas por su derrota.
Sófocles: De entre sus obras seleccionamos: Antígona: Los hijos de Edipo han muerto, uno atacando la ciudad y el otro defendíéndola. EL regente, Creonte, ordena que se entierre el cuerpo de Eteocles, defensor de la ciudad, pero que se deje insepulto a Polinices, el que la atacaba.
Antígona, hermana de aambos, se debate entre las órdenes de Creonte y su propia conciencia. Decide enterrar a su hermano, aunque la pena sea la muerte.
La tragedia explora la difícil elección entre obedecer las leyes o la conciencia propia. Edipo rey: La investigación del rey Edipo, que intenta descubrir quíén fue el asesino de su padre.En una trama detectivesca y de lucha contra el destino. Eurípides: Una de sus mejores obras es: Medea. Medea, que ha acompañado enamorada a Jasón desde Asía, ve cómo éste se enamora de la hija del rey de Corinto, con la que pretende casarse. Ella, dolida, finge alegrarse con la noticia y envía un vestido a la novia. Pero el vestido es de efectos mortíferos. Además, para vengarse de Jasón, mata a los dos hijos que ha tenido con él y, tras burlarse de éste, se va en un carro alado. El amor, la infidelidad y la venganza son el tema de esta tragedia. Es de destacar el patético discurso de la engañada Medea sobre la difícil vida de las mujeres griegas.
De comedia
Aristófanes: Seleccionamos: Tesmoforias: EL poeta trágico Eurípides está asustado, pues se teme que las mujeres de la ciudad, en la fiesta secreta de las Tesmoforias, decidan buscar el modo de condenarle porque en sus obras teatrales hace quedar mal a las mujeres. Convence a un pariente suyo para que se infiltre entre las mujeres e intente convencerlas de que desistan de sus planes. Esto dará lugar a situaciones muy graciosas. Finalmente, Eurípides consigue salvarse. Las nubes: Un hombre arruinado por la pasión de su hijo por los caballos, decide ingresar en una escuela griega de nueva educación (crítica velada a la sofística). La escuela se llama “El pensadero”, y la rige Sócrates. Allí se dedican al estudio de cosas ridículas, como la medición del salto de la pulga. Pero saben enseñar a vencer los razonamientos verdaderos con razonamientos falsos. Como nuestro protagonista es un poco corto, lo expulsan pronto. Pero decide enviar a su hijo. Este, tras una temporada en la escuela, ya es capaz de convencer a los acreedores de que deben perdonarles las deudas. A continuación convence a su padre de que es bueno que un hijo le dé una paliza a su padre, y se la da. El padre, escarmentado con la educación de su hijo, prende fuego a la escuela. Es la particular visión del autor sobre la enseñanza sofística, que considera perjudicial para la ciudad. Entre los sofistas incluye a Sócrates, lo cual no era real. En esta comedia, como en todas las del autor, encontramos una vívida descripción de la vida de la Atenas de su tiempo, tamizada por el crítico pensamiento del autor, que no podía permanecer impasible ante las injusticias y errores que veía a su alrededor y utilizó la risa y la sátira como medio para denunciarlos.