Portada » Filosofía » Que relación hay entre arte y belleza
Diversidad de valores (y sus contrarios): morales, éticos, patrióticos, filantrópicos, placenteros, útiles,…sin embargo hay otras realidades que no cabe encuadrarlas fácilmente en estas clasificaciones: la salud, lo sagrado, lo familiar,…LA BELLEZA, (natural y la artística) que no tienen una utilidad inmediata ni mercantilista.
Hay al menos tres modos en que el hombre puede tener relación con la belleza:
Con la NATURALEZA, en su propia creación artística – ARTE-, y como espectador de ambas.
La estética (áisthesis) es la parte de la filosofía que estudia tanto lo bello como su contrario: ¿qué es lo bello?, ¿toda creación artística es necesariamente bella? ¿Qué tipo de relación se crea mediante la contemplación de la belleza?
El concepto griego de naturaleza se considera bajo dos dimensiones: la totalidad del orbe y su propia autonomía de vida o autoregeneración lo que la exime de toda explicación pues el propio hombre ya es parte de ella.
Esta concepción le daba un carácter independiente de los caprichos creadores de los dioses, pues la propia naturaleza estaba capacitada para crear las diferentes vidas y sus ritmos cíclicos. De aquí que se la considere suprema artista pues es la especialista que maneja todas las leyes al respecto: desde la vida hasta la muerte.
La finalidad natural de cada especie es su propia belleza, y la del mundo es tender a la armónía, esto es una fuerza en continua evolución.
Si consideramos que la diferencia del hombre con el resto de la creación es su razón, el fin de éste debe ser la perfección de la misma o del conocimiento y en eso consiste lo bello y en lo que debe poner toda su vitalidad. Por tanto, lo bello y lo bueno deben coincidir en el hombre, salvo que por voluntad propia decida apartarse.
El pensamiento griego nunca se planteó que la técnica (o las ambiciones humanas) llegase a superar y pervertir los fines naturales del hombre y por tanto no pensaron que éste distorsionara la armónía y la belleza a la que supuestamente su tendencia natural debería apuntar. Cuando surgía no era más que una necesaria ley de contrastes para valorar más justamente lo positivo.
Resumiendo: la estética queda totalmente absorbida por lo ontológico y por la ética.
Según Platón, lo real no es reducible al tiempo pasado ni presente ni futuro. Si todo está en continuo cambio o regeneración por la ley de contrastes: debe haber algo que no cambie. Dentro de este continuo cambio debemos diferenciar dos campos: lo sensible (sentidos) y lo inteligible (no lo vemos pero lo pensamos, os objeto de la inteligencia) que es inmutable = FORMAS (es lo mismo que decir concepto)
El mundo de las formas explica y permite los cambios de lo sensible. Todo lo sensible, en virtud de una apetencia universal, tiende a realizar o conseguir su (la) forma propia y plena. Este continuo buscar la forma plena explica el morir y el nacer. Este ciclo sin fin de la vida es un intento de alcanzar la eternidad inmutable de la forma que es una utopía, pues nunca lo sensible llegará a lo eterno. Lo más parecido a esto es el propio ciclo continuo.
La belleza y el bien están en la forma eternamente. La suprema belleza = eternidad, que es objeto de inteligencia. La belleza de lo sensible es la belleza relativa. Por tanto, toda naturaleza sensible se comprende como aspiración y como imitación (eros) a la eternidad.
Las cosas sensibles le recuerdan al hombre, de forma muy difusa, que existe una eternidad de la cual él participa por su inteligencia. Así se explica el amor por lo bello como inclinación natural en el hombre, especialmente el filósofo (= amante de lo eterna y plenamente hermoso)
El platonismo tendíó
a someter la inteligencia y lo eterno al mundo de la razón y ésta enmarcada en el saber matemático. Entienden que la matemática es un saber sobre formas eternas que nos llevan a la armónía de lo sensible mediante relaciones numéricas. (Proporciones del cuerpo, de la arquitectura, de la poesía, de la música, etc.) La proporción matemática en lo sensible les da forma=belleza e inteligibilidad. La sensibilidad del hombre, aún sin conocer aritmética, frente a lo bello se explica porque está configurado por lo eterno. (La sensación de algo es como un pensar silencioso al margen de lo percibido.)