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El Romanticismo aparecíó en primer lugar en Alemania. Se extendíó por Europa en las dos primeras décadas del Siglo XIX. A España llega mas tarde porque hay que esperar a la muerte Fernando VII, en 1833, cuando los liberales exiliados regresaron con las ideas ROMánticas que pronto triunfarían aquí. El movimiento ROMántico propugna la rebelión del individuo contra cualquier norma que le impida expresar sus propios sentimientos, el deseo de libertad absoluta y la búsqueda de la belleza. La desesperación y el desengaño son carácterísticas propias, como consecuencia de la frustración del individuo al enfrentar sus ideas de libertad y belleza con el mundo que le rodea. Frente a las pretensiones didácticas del teatro neoclásico, los ROMánticos defienden un teatro sin normas con escenarios muy variados y un tiempo que se acorta o se alarga a gusto del autor, mezclan la prosa y el verso, lo trágico y lo cómico, buscan su inspiración en los temas medievales y presentan a un héroe individual dominado por las pasiones. Las obras ROMánticas tienen un tono vibrante, en ellas abundan las escenas violentas: raptos, violaciones, duelos, suicidios, ambientes sepulcrales… Frente al teatro neoclásico, que nunca contó con el favor del público, el teatro ROMántico conocíó en España un enorme, aunque efímero éxito. Con Antonio García Gutiérrez, autor de El Trovador, empezó la costumbre de que autor y actores salieran a saludar después de la representación. El introductor del Romanticismo en España es el duque de Rivas con la obra
Don Álvaro o la fuerza del sino, que tuvo un gran éxito. Juan Eugenio Hatzenbusch se basó en una antigua leyenda para crear Los amantes de Teruel, otra de las grandes obras ROMánticas. Pero el dramaturgo que alcanzó un éxito mayor fue José Zorrilla, con Don Juan Tenorio. Basándose en una obra del teatro del Siglo de Oro El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina, crea un drama esencialmente ROMántico en el que el seductor es redimido por la fuerza del amor. Es una de las obra del teatro español mas representad a través del tiempo.
A mediados del Siglo XVIII surge en Inglaterra y Alemania un movimiento que supone una nueva forma nueva de entender el mundo y que transformará, no sólo el arte y la literatura, sino la vida en todas sus manifestaciones. A este movimiento lo llamamos Romanticismo. Si el hombre del XVIII hace de la razón el eje de su vida, durante el Romanticismo el hombre se plantea su existencia y su relación con el mundo desde un punto de vista más emocional y subjetivo. En España el movimiento ROMántico llega muy tarde. No hay antes de 1830 obras propiamente ROMánticas e incluso algún autor como Bécquer o Rosalía de Castro publican en la segunda mitad del Siglo XIX. En la poesía ROMántica española hay dos tendencias fundamentales. Por un lado, una poesía de carácter histórico-legendario, de estilo grandilocuente representada por Espronceda y por otro una poesía de carácter lírico y sentimental, más subjetiva e intimista y más sobria en recursos estilísticos, a esta corriente pertenecen Bécquer y. En general esta poesía se caracteriza por la evasión de la realidad, refugiándose en un mundo de ensueño y fantasía: por la búsqueda de paisajes exóticos y lejanos, situando las obras en épocas lejanas, preferentemente en la Edad Media. Los sentimientos dominantes son la melancolía, la tristeza, la desesperación, la soledad y la desolación por el amor perdido. Los poetas ROMánticos españoles más importantes son:
Es el prototipo del ROMántico español tanto por su vida novelesca como por su obra. Su obra está formada por dos poemas narrativos extensos, El estudiante de Salamanca, sobre el tema de Don Juan, en él, el protagonista, don
Félix Montemar abandona a Elvira y ésta muere. Una noche se le aparece y don Félix, en una visión macabra contempla su propio entierro; El Diablo Mundo es una obra incompleta, es un poema filosófico en donde se describe al hombre como un ser de inocencia natural que sufre la realidad social y sus maldades. En él se incluye el Canto a Teresa, una elegía amorosa dedicada a su amante Teresa Mancha. Son muy interesantes las Canciones, una serie de poemas cortos, algunos de los cuales inspirados en personajes sociales marginados, que constituyen una de las primeras manifestaciones de la lírica social en España. Algunas de estas canciones son El verdugo, El mendigo, El reo de muerte y la muy conocida Canción del pirata, un marginado que vive en su barco, sin patria y en busca de aventuras lo que hace de él un perfecto héroe ROMántico. Gustavo Adolfo Bécquer.
Representa frente a Espronceda el tono íntimo, la lírica profunda Escribíó unos noventa poemas cortos a los que llamó Rimas, que podemos dividir en cuatro apartados temáticos: la esencia de la poesía, el amor en plenitud, el fracaso amoroso y el desengaño y por último los poemas dedicados a la soledad y a la muerte. Son poemas de apariencia muy sencilla, pero de gran perfección formal. Bécquer crea un nuevo tipo de estrofas, con preferencia por la rima asonante. De esta manera el contenido del poema se expresa sin retórica, pero con gran intensidad.