Portada » Filosofía » La paz perpetua Kant
El pensamiento político de Kant se expresa en su obra “La paz perpetua” (1795) y en su artículo de 1784 “¿Qué es la Ilustración?”. En este artículo Kant define la Ilustración como la salida del hombre de su “culpable” minoría de edad.
Por “minoría de edad” Kant entiende la incapacidad del hombre de servirse de su propia razón sin la dirección de otro; y es “culpable” porque la cusa no esta en el propio entendimiento sino en la falta de decisión para utiliza su razón de modo autónomo. Esto lo expresa con la frase “Sapere Aude”, que significa atrévete a pensar.Para salir de esa minoría de edad y conseguir la emancipación intelectual y humana
Kant, al igual que los ilustrados, piensa que el hombre tiene que guiarse por la razón, pero hay un impedimento que es la ausencia de libertad entendiendo por libertad hacer siempre y en todo lugar un uso público de la razón (cuando alguien, que es especialista en una materia hace uso de su razón ante el gran público). El problema es que la libertad está limitada por el Ejército, la hacienda, la Iglesia y la Corona.Todas estas ideas de Kant hay que entenderlas en el contexto histórico y político del Reino de Prusia en el que vivíó, ya que estaba condicionado por las cuatro instituciones citadas (Ejército, hacienda, Iglesia, Corona) y era difícil compatibilizar el uso autónomo de la razón y el poder de coacción del Estado. Kant se preocupará de conciliar el uso de la razón y la pertenencia de todo ser humano a un cuerpo espiritual.
La teoría Kantiana del Estado tiene sus raíces en el pensamiento de Rousseau y Montesquieu y se apoya en dos tendencias, la liberal defendida por Montesquieu según la cual el objetivo no es alcanzar la igualdad entre los ciudadanos, sino conseguir la felicidad del mayor número de ciudadanos en una Monarquía constitucional basada en la separación de poderes. La otra tendencia es la igualitaria defendida por Rousseau.
Señala que la legitimidad del orden social la da el consenso o acuerdo entre seres racionales, libres e iguales.El Estado de Derecho será para Kant necesario para que haya una justicia distributiva, y serán las leyes coercitivas de ese Estado las que obliguen a cumplir una acción.El paso del Estado de Naturaleza al Estado de Derecho se produce por un contrato en el que los hombres renuncian a su libertad externa (salvaje) para recuperarla como miembro de un estado de derecho en el que se protejan y garanticen los derechos de todos los ciudadanos.En cuanto a la estructura del Estado Kant sigue la división de poderes de Montesquieu (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) ya que considera que si no existe tal división se caería en el despotismo y en la negación de la libertad, imprescindible para que exista el estado.En su obra “La paz perpetua”
Kant defiende el sistema Republicano o Representativo ya que es el medio que permite alcanzar la paz perpetua y debe estar cimentada en tres principios que enumera en el primer artículo y que son indispensables para conseguir la paz:
1) la libertad legal (que engloba la libertad de pensamiento y expresión), 2) el principio de dependencia de los súbditos de una ley, y 3) el principio de igualdad civil. En el segundo artículo defiende un derecho de gentes que debe fundarse en una federación de Estados libres que abrirán el camino a una uníón de naciones. En el tercer artículo defiende el derecho de un extranjero a no ser tratado hostilmente, es decir, defiende una hospitalidad universal.En definitiva para Kant, la continuidad política deberá regirse por las leyes de la razón para que sea una comunidad racional y libre, en la que convivan el deber y felicidad. Aunque considera que la felicidad no es competencia del ser humano sino de Dios que es el garante de conectar la virtud y la felicidad. Por tanto los gobernantes no pueden garantizar que se cumpla la ley, pero sí pueden garantizar la infelicidad con el castigo a quien la incumple.Kant defiende la justicia vindicativa (vengativa) expresada en la ley del Talión: la muerte ha de ser castigada con la muerte.En uno de los suplementos de “La paz perpetua” Kant expresa que no sueña con una sociedad gobernada por filósofos (como pensaba Platón), porque considera que la fuerza y el poder, perjudica el libre ejercicio de la razón; no obstante piensa que los gobernantes, los políticos deben tener en cuenta las máximas de los filólogos sobre las condiciones que hacen posible la paz; el gobernante, dice Kant, debe estar del lado de la moral del derecho y en contra de la fuerza.