Portada » Geología » Composición del universo: materia normal visible no luminosa
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Los cosmólogos creían que el futuro del universo dependía de la densidad de su masa-energía y admitían dos posibles destinos: el Big Chill y el Big Crunch. Pero el descubrimiento reciente de la energía oscura, responsable de la aceleración de la expansión, ha planteado otro escenario posible para el destino futuro del universo: el Big Rip.
-Big Chill: El gran enfriamiento. Un universo abierto donde la materia–
Energía es insuficiente uy no se alcanza la densidad critica para que la fuerza de la gravedad freene la expansión.
-Big Crunch: La gran contracción. Un universo cerrado donde la cantidad de materia -energía resulta suficiente para superar la densidad critica y genere una atracción gravitatoria tan fuerte que frene la expansión y el comienzo al proceso inverso, la gran contracción, hasta alcanzar el punto de singularidad inicial.
-Big Rip: El gran desgarramiento. Un universo próximo a la densidad critica, pero donde la fuerza repulsiva de una enloquecida energía oscura superaría a la fuerza de la gravedad.
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Tal vez sea por la acción de la materia oscura, o por alguna razón que aun se desconoce, los mas de 100000 millones de galaxias que componen el universo tienen tendencia a reunirse en enjambres, llamados cúmulos. Estos se agrupan en supercúmulos que, su vez, se disponen en filamentos, como enormes murallas cósmicas. El universo tiene aspecto esponjoso y burbujeante donde los racimos de galaxias se disponen como filamentos en las paredes de las burbujas, engarzadas en un a especie de esqueleto cósmico formado por la materia oscura.
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Las galaxias son enormes acumulaciones de materia en forma de polvo cósmico, nebulosa y estrellas, algunas de las cuales poseen sistemas planetarios. Todos estos componentes galácticos se mantienen unidos entre si por los potentes fuerzas de atracción de la gravedad que se generan entre sus grandes masas. En las galaxias, el espacio entre las estrellas no esta vacío, ya que contiene el medio interestelar formado por una mezcla de gases y polvo cósmico; además, posee una pequeña fracción de compuestos orgánicos sintetizados mediante un conjunto de reacciones químicas que convierten al medio interestelar en un verdadero laboratorio cósmico. La vía Láctea es una galaxia espiral que contiene nebulosas, polvo cósmico y entre 100000 y 300000 millones de estrellas, en uno de cuyos brazos se encuentre el sol, la tierra y los demás planetas del sistema solar, donde nos encontramos nosotros, unos 30000 años-luz de su centro.
La expansión del universo ha provocado que los fotones de la radiación luminosa se hayan ido enfriando hasta alcanzar la temperatura actual. Esto lleva consigo la disminución de la intensidad de la radiación, y por tanto, el aumento de su longitud de indas hasta las frecuencias de las microondas: se denomina radiación cósmica de fondo de microondas.
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La materia se organizo en átomos de hidrógeno, helio y litio, que formaron una inmensa nebulosa primordial a partir de la cual se formaron las galaxias por un mecanismo de inestabilidad gravitatoria. Posiblemente, la fuerza de la gravedad actúo sobre las fluctuaciones o irregularidades iniciales en la densidad y temperatura de la materia, generadas durante la inflación del universo, haciendo que la materia de esta nebulosa primordial se desgajara en forma de filamentos y grumos. Estas formaciones fueron el origen de estructuras a gran escala: las galaxias se reúnen en cúmulos, supercúmulos y filamentos que le dan a nuestro universo un aspecto burbujeante y esponjoso.
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La energía oscura actúa como fuerza repulsiva en contra de la gravedad y se asemeja a la constante cosmologiílla. La energía oscura, de naturaleza desconocida, representa el 74% del a materia-energía.
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Las galaxias y toda la materia visible del universo solo representa el 4% de la densidad de materia-energía, por lo que es posible que las regiones no estén tan vacías, pues los astrónomos suponen que pueden estar llenas de un tipo de materia, llamada materia oscura. Su naturaleza aun no es desconocida porque no emite ni absorbe radiación electromagnética que nos permite detectarla y su existencia solo puede ser puesta en evidencia indirectamente por sus efectos gravitacionales sobre las galaxias.
La materia oscura forma una tela invisible que sirve como una especie de esqueleto cósmico en que se engarzan los racimos de galaxias, toda la materia ordinaria que podemos ver.