Portada » Filosofía » ¿Por qué para Marx sólo la mercancía fuerza de trabajo puede generar plusvalía?
vTrabajo:
El trabajo es una categoría central de la filosofía, la antropología, la sociología o la economía. A través del trabajo, las personas modifican su entorno y se modifican ellas mismas. Cada formación social, cada época, desarrolla un tipo específico de relaciones para atender la actividad laboral que impacta decisivamente en las carácterísticas de cada sociedad y en la cultura y en la forma de vida de sus habitantes.
La raíz idiomática de la palabra «trabajo» proviene del latín “tripalium”, que significa “tortura” o “sufrimiento”. Tanto es así que durante la mayor parte de la historia de la civilización, el trabajo fue considerado como una “actividad despreciable”.
En la Grecia clásica primó una concepción «desvalorizadora» del trabajo manual. En la República de Platón, el trabajo es asunto de los esclavos o de las «almas concupiscibles» (trabajo en el campo, trabajo de artesanía); es una actividad física (del mundo sensibl e) y, por tanto, es vulgar e inferior a la ciencia y el intelecto basados en el mundo de las ideas.
Desde mediados del Siglo XIX, en plena Modernidad, vinculado al desarrollo de la democracia y el sindicalismo (conjunto de asociaciones de trabajadores), la esclavitud deja de ser la forma predominante del trabajo y pasa a ser reemplazada por el trabajo asalariado o remunerado, con el cual se consolida la valoración social positiva del trabajo.
Marx no deja de ser un caso curioso en la medida en que se encuentra a medio camino de las dos concepciones clásicas del trabajo, porque si bien es cierto que considera positivo el trabajo por ser la actividad que permite transformar la naturaleza, no es menos cierto que desprecia el «trabajo capitalista» trabajo y quienes lo realizan
. Al trabajo capitalista le es propio, pues, el esquema de la división de tareas (división del trabajo) en que el trabajador es solamente depositario de la «fuerza» de trabajo.
Trabajo es, pues, para Marx, la materialización de la capacidad humana de apropiarse de los recursos de la naturaleza para consumirlos o transformarlos en mercancías que serán cambiadas por otras en el mercado.
Es preciso darse cuenta de que para Marx la noción de trabajo va más allá de su dimensión puramente económica y se convierte en una categoría antropológica: Marx caracteriza al hombre como un ser dotado de un “principio de movimiento”, principio que determina su impulso para la creación, para la transformación de la realidad.
El hombre no es un ser pasivo sino activo, y el trabajo o la actividad personal son la expresión de sus capacidades físicas y mentales, el lugar en donde el hombre se desarrolla y perfecciona (más exactamente, donde se debería desarrollar y perfeccionar); de ahí que el trabajo no sea un mero medio para la producción de mercancías sino un fin en sí mismo y que pueda ser buscado por sí mismo y gozado.
Dada esta comprensión de la naturaleza humana como la de un ser que sólo puede encontrar su perfección en el trabajo, no es extraño que el tema central de la filosofía marxiana sea la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, del trabajo como un mero medio, en un trabajo enriquecedor, en un trabajo libre.
En la actualidad, tenemos una visión instrumental del trabajo
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Muchas veces se piensa que el trabajo es la
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vValor
La teoría del valor es, sin duda, el elemento central del pensamiento económico de Marx, el eje sobre el que se construye la teoría económica marxista. El análisis del valor lo desarrolla Marx en el primer capítulo (“La Mercancía”) del Libro Primero de “El Capital”.
El valor, pues, no debe entenderse como una entidad metafísica o realidad en sí que trasciende (Valentía, Honestidad, Justicia…), sino como una propiedad que va unida a algo material, a algo concreto, a algo físico: la mercancía.
La «mercancía» es el producto del trabajo destinado a ser cambiado en el proceso de compraventa. La mercancía posee dos propiedades derivadas del doble carácter del trabajo materializado en ella: valor de uso y valor de cambio.
a) El valor de usoes la utilidad de un objeto, su capacidad de satisfacer unas u otras necesidades, bien como artículo de consumo o como medio de producción. El valor de uso está condicionado por las propiedades y cualidades del objeto, y se crea con el trabajo concreto. Unos objetos satisfacen directamente las necesidades de las personas, como los objetos personales de consumo (alimentos y vestido), mientras que otros sirven para la producción de bienes materiales (máquinas, combustibles, etc.). El valor de uso, pues, es aquello para lo que sirve o está destinada una mercancía
; desde el punto de vista económico, se trata del valor ligado a la utilidad de algo para saciar las necesidades humanas.
En determinadas cantidades, las mercancías se equiparan unas a otras, es decir, deben tener una base común que hace posible ese intercambio. Por ejemplo, un hacha = 20 kilos de grano. El valor del hacha se expresa aquí en grano, debido a que en la producción de ambos se ha empleado trabajo.
La igualdad de las mercancías entraña la igualdad del trabajo invertido en producirlas
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Ahora bien, el desarrollo de la división del trabajo (especialización y cooperación humana en diversas tareas necesarias para garantizar la eficacia en la producción) y de los intercambios hizo cada vez más difícil el cambio directo de una mercancía por otra, y surgíó la necesidad de encontrar una mercancía que actuase como forma universal del valor, como equivalente universal. Este papel lo desempeñó el dinero
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Sin embargo, Marx añadiría otro tipo de valor en la mercancía no apreciado por los economistas clásicos: el valor tiempo-trabajo(Vt–t
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Este tipo de valor es difícil de detectar por cuanto se haya diluido entre los anteriores, especialmente en el valor de cambio.
Cuando la mercancía aparece en el mercado, el capitalista incorpora en ella un valor añadido al valor de uso, el valor de cambio. Este valor de cambio es una abstracción e incluye el valor de uso de la mercancía y el valor del trabajo que el trabajador ha necesitado para producirla, y que el capitalista “ha comprado” por medio del único salario que recibe el proletario (obrero)
Marx consideró al capitalismo no como un orden social inmutable, sino como un eslabón de una cadena que se ha caracterizado por la explotación del hombre por el hombre; el capital no es una cosa eterna, no siempre existíó.
Para Marx, el capital es el conjunto de bienes necesarios de que dispone el burgués (capitalista) para la producción de mercancías (productos o bienes de consumo).
El capital engloba las instalaciones de trabajo, las herramientas, las materias primas y, sobre todo, la capacidad o fuerza de trabajo del obrero que se compra como si de otra mercancía se tratara. Marx, además, distingue -en el apartado capital- dos aspectos: el capital variable y el capital constante.
El capital variable es la parte de capital o inversión empresarial que realiza el burgués para comprar fuerza de trabajo (gastos por salarios). El capital variable es la “parte variante del capital” en la medida en que la fuerza de trabajo tiene la capacidad de crear valor; es decir, de reproducir su propio valor y un excedente (la plusvalía). Este excedente creado por la fuerza de trabajo puede aumentar o disminuir. El capital constante se refiere a: edificios, instalaciones, maquinaria, combustible, materias primas, materiales auxiliares, etc., propiedad del burgués, y cuyo valor no cambia de magnitud en el proceso de producción.
A diferencia de las anteriores formas de explotación –esclavista y feudal–, la explotación capitalista aparece disfrazada
. La transacción mediante la cual el obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al capitalista es, a primera vista, un contrato entre personas jurídicamente iguales. Sin embargo, la operación de compraventa de fuerza de trabajo no es más que la forma externa que esconde la apropiación por el empresario del trabajo no retribuido del obrero
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Como el propietario de la mercancía es el capitalista, y su objetivo es acumular capital a través del máximo beneficio, la manera de conseguirlo es apropiándose de una parte del valor que genera el trabajador con su trabajo (Valor-tiempo-trabajo;
Vt-t = 7 horas, en el ejemplo anterior). Puesto que: si el salario que paga el burgués fuera idéntico a la cantidad de valor que pone el trabajador en la entonces no habría beneficio alguno. El capitalista se queda con ese “plus de valor” o “plusvalía de la mercancía”, que es la causa de su progresivo enriquecimiento.
. Marx establecíó básicamente cuatro razones o leyes.
1º) Lo que ocurría en el capitalismo era que la tasa de beneficio de las empresas iba bajando cada vez más.>
2º) La tasa decreciente de ganancia permitía competir sólo a los más eficientes, por lo que las pequeñas empresas no tenían posibilidad alguna de hacerlo. Así, su propietario o comerciante debía abandonar el negocio porque no era rentable y debía incorporarse como proletario a la gran fábrica. Es decir, la propiedad se iría concentrando cada vez más en menos manos.
3º) La sustitución de trabajadores por maquinaria haría que el desempleo se incrementara, generando lo que Marx llama un creciente ejército industrial de desempleados. De este modo, aumentaría progresivamente la miseria de la gente, ya que por una parte habría más desempleados y, por otra, los que estuvieran empleados serían cada vez más explotados para compensar la baja de los beneficios de los empresarios.
4º) Finalmente, y producto de todo lo ya señalado, Marx predijo que las crisis y depresiones serían
cada vez mayores y que afectarían cada vez a más personas.
La consecuencia lógica de estas leyes para Marx era la revolución del proletariado
. En algún momento, la gran masa se iba a levantar, generando una revolución de la cual surgiría una nueva sociedad: la sociedad comunista, donde no existirían relaciones de explotación en lo económico, ni relaciones de dominación en lo político e ideológico.
vPlusvalía
Por «plusvalía» entiende Marx el beneficio que obtiene el capitalista con la venta de las mercancías producidas por el trabajador.
Marx distingue en toda mercancía su valor de uso de su valor de cambio. (El valor de uso es el valor que un
objeto tiene para satisfacer una necesidad. Este concepto se refiere a los rasgos de las cosas gracias a los cuales nos son útiles para la satisfacción de cualquier tipo de necesidad, desde las más biológicas como comer, hasta las más espirituales como las que se refieren al ocio y el mundo de la cultura. El valor de cambio es el valor que un objeto tiene en el mercado, y se expresa en términos cuantitativos, medidos por el dinero.
) Dos objetos con diferente valor de uso pueden tener el mismo valor de cambio si así lo determinan las leyes del mercado, por ejemplo un ordenador puede costar lo mismo que una moto.
El rasgo peculiar de la sociedad capitalista es que en ella la fuerza de trabajo es también una mercancía: dado que el productor no dispone de otro recurso para obtener bienes y medios para su subsistencia, debe poner la fuerza de su trabajo en el mercado. Del mismo modo que en el mercado las mercancías están sometidas a las fluctuaciones (oscilaciones) del mercado, básicamente por las leyes de la oferta y la demanda, la fuerza de trabajo tiene también un precio determinado por las mismas leyes. Pero a diferencia de otras mercancías
–un coche por ejemplo– que satisfacen meramente necesidades humanas, la mercancía que llamamos fuerza productiva tiene la peculiar carácterística de producir otras mercancías.
La fuerza de trabajo tiene un valor de cambio (el sueldo que recibe el trabajador) y un valor de uso (su valor para producir otras mercancías). A su vez, estas mercancías creadas por dicho trabajo tienen, claro está, valor de uso y valor de cambio, pero el valor de cambio que éstas tienen siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que las ha creado (al salario).
Aunque añadamos a este último valor otras cantidades como las que puedan corresponder a la amortización de las máquinas usadas en la producción, o los costes financieros que el empresario gasta para llevar adelante su negocio, siempre habrá una diferencia. A esta diferencia se le llama plusvalía y es el beneficio del capitalista. Si el salario que paga el burgués fuera idéntico a la cantidad de valor (Vt-t) que pone el trabajador en la mercancía, entonces no habría beneficio alguno. El capitalista se queda con ese “plus de valor” o plusvalía de la mercancía, que es la causa de su progresivo enriquecimiento. Sin este beneficio no habría sociedad capitalista, ni opresión ni explotación social.
vInfraestructura-Superestructura (estructura económica-supraestructura)
Marx utilizó los términos de «infraestructura» y «superestructura» para explicar cómo se dan los cambios en la historia, y, de este modo, observar cómo se pasa de un modo de producción a otro.
La infraestructura o estructura económicase refiere a la base material de la sociedad que determina la estructura social y el desarrollo y cambio social. Incluye las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las tesis marxistas más claras relativas a la infraestructura son las siguientes:
–es el factor fundamental del proceso histórico y determina el desarrollo y cambio social; dicho de otro modo, cuando cambia la infraestructura, cambia el conjunto de la sociedad (las relaciones sociales, el poder, las instituciones y el resto de elementos de la supraestructura);
–la componen las «fuerzas productivas» (recursos naturales, maquinaria, métodos y técnicas y fuerza del trabajo humano) y las «relaciones de producción» (los vínculos sociales y laborales que se establecen jurídicamente entre las personas a partir del modo en que éstas se vinculan con las fuerzas productivas, las clases sociales, por ejemplo: la relación amo-esclavo en la Antigüedad; la relación señor feudal-campesino en la Edad Media; la relación empresario-obrero en el Capitalismo industrial).
A la unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, la denomina Marx «modos de producción» en el proceso de elaboración de bienes necesarios para subsistir.
Marx y su inseparable amigo Engels clasificaron las sociedades a partir de los distintos modos de producción:
es el modo de producción más antiguo. Se formó por la reuníón de varias familias. Primero fue nómada y después agrícola. Con escasa división del trabajo y poca productividad, estas sociedades practicaron un comunismo primitivo y en ellas no encontramos clases sociales. Se trata de las formas de vida en la Prehistoria.
continuación de la anterior. Sociedad rural en la que no existe aún la propiedad privada. La propiedad está en manos del déspota o del consejo formado por los jefes de familia, que controlan la propiedad con vistas al interés común. Se trata de civilizaciones como la mesopotámica.
la organización social amo-esclavo de la antigua Grecia y de Roma son ejemplos de esta sociedad. Se forma por la agrupación de varias tribus. El poder está en la ciudad, no en el campo. En su origen la organización social es militar y la propiedad de la tierra se obtiene con la guerra. Junto con las tierras propiedad del Estado aparece la propiedad privada. El Estado es expresión de los hombres libres o ciudadanos. Las clases sociales fundamentales son la de los ciudadanos y la de los esclavos.
de grandes propietarios y la trabajan los siervos. En ella encontramos división del trabajo, clases sociales y jerarquía social. En la ciudad también existe división y jerarquía social: los artesanos deben pertenecer a corporaciones, y dentro de ellas la jerarquía básica es: artesanos, oficiales y aprendices. No existe ya la expresión jurídica de esclavo.
industria. Existe un gran desarrollo técnico y una fuerte división del trabajo, lo que da lugar a clases sociales muy diferenciadas. La clase dominante es la burguésía de origen urbano. La concentración de trabajadores con vistas a la mayor productividad da lugar a la aparición del proletariado.
: Marx y Engels se atreven a formular el modo de producción que está por venir. El modo de producción socialista se basa en un régimen de propiedad colectiva, lo que supone la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. En consonancia con ello, las relaciones de dominio y sometimiento se sustituyen por las de cooperación recíproca; de ella depende la supraestructura (formas jurídicas y políticas, filosofía, religión, arte, ciencia…).
–La superestructura o supraestructurase refiere al conjunto de elementos de la vida social dependientes de la infraestructura. En este conjunto se incluyen la religión, la moral, la ciencia, la filosofía, el arte, el derecho
La tesis básica del materialismo histórico es que la superestructura depende de las condiciones económicas en las que vive cada sociedad, de los medios y fuerzas productivas (infraestructura).
La superestructura no tiene una historia propia, independiente, sino que está en función de los intereses de clase de los grupos que la han creado
. Los cambios en la superestructura son consecuencia de los cambios en la infraestructura. Esta teoría tiene importantes consecuencias:
por una lado, la completa comprensión de cada uno de los elementos de la superestructura sólo se puede realizar con la comprensión de la estructura y cambios económicos que se encuentran a su base;
por otro, la idea de que no es posible la independencia de la mente humana, del pensamiento, respecto del mundo económico en el que están inmersas las personas, lo que puede fomentar un cierto relativismo.
En el caso de la filosofía, ello quiere decir que la historia de la filosofía no puede ser una historia interna del pensamiento (algo así como la historia de cómo unos sistemas filosóficos dan lugar a otros); es preciso apelar a algo externo a ella misma, como es la economía, para comprender la propia filosofía.
Las teorías filosóficas son consecuencia de las circunstancias económicas y de la lucha de clases en la que está inmersa la sociedad en la que vive cada filósofo.