Portada » Tecnología » Como quitar el gollete de botellas
A la salida del túnel de recocido o arca las botellas salen estériles pero no necesariamente limpias. Esta esterilidad es provisional pues las manipulaciones y el almacenamiento producen contaminaciones (generalmente mohos).
Las botellas nuevas pueden presentar impurezas químicas, por ejemplo trozos blanquecinos de sulfato de sodio, llamado vaho del arca, en el exterior y en el interior del gollete, polvo y partículas de vidrio, manchas accidentales de trozos de hollín (mala combustión del fueloil), partículas de grasa o grafito (de la lubricación del molde). Así mismo del almacenamiento y del transporte pueden presentar polvo, insectos, agua de lluvia o de condensación.
Por tanto es necesario un lavado de las botellas nuevas antes de llenarse. Este lavado puede consistir en una simple inyección de agua caliente. La insuflación de aire no es demasiado eficaz.
Cuando se utilizan botellas ya usadas o retornables, estas pueden presentar numerosas manchas y por lo tanto necesitan un lavado capaz de eliminar las manchas visibles y los microorganismos.
Para estos lavados se suele utilizar procesos mecánicos, asociados a medios químicos (detergentes apropiados). Los procesos mecánicos se apoyan en el poder mojante y disolvente del agua a presión y en el cepillado. Para cadencias de lavado inferior a 600 botellas por hora, se emplea el remojado en agua caliente, seguido de un cepillado y de un aclarado a presión. Si la cadencia es superior a la limpieza mecánica se une la acción química.
En cadencias bajas hay una inspección visual de la limpieza de las botellas, en cadencias grandes por inspección electrónica. Lo que sí es conveniente es un test microbiológico de las botellas lavadas. (Se enjuaga la botella con un pequeño volumen de agua estéril y se hace pasar este líquido a través de una membrana filtrante de 5 cm de diámetro (tipo Millipore) de poros muy finos. Después la membrana es depositada asépticamente sobre un medio nutritivo sólido. Cada microorganismo viviente retenido por la membrana da, después de algunos días, una colonia visible. El número de colonias indica los gérmenes por botella.)
El llenado, embotellado, o tiraje consiste en llenar botellas, de una determinada capacidad con un volumen preciso de vino, dejando el vacío necesario para la puesta en su sitio del tapón y una cámara de aire que permita una cierta dilatación.
Veamos los sistemas de embotellado. Las embotelladoras según el rendimiento horario pueden ser:
Ø Embotellado manual, hasta 600 botellas por hora. (Con taponado manual).
Ø Embotellado semiatomático, de 800 a 1400 botellas por hora. (Máquina llenadora de 6 o 12 puntos de llenado).
Ø Embotellado automático, de 1800, 2500 o 3000 botellas por hora. (Máquina llenadora de 16 o 20 puntos de llenado y con máquina taponadora).
Un tren de llenado automático consta de las siguientes partes:
– Alimentador de botellas
– Llenadora
– Taponadora
– Capsuladora
– Etiquetadora (etiquetas y contraetiquetas)
– Paletizadora
Las llenadoras reservadas a vino pertenecen al sistema “a nivel constante”.
Describiremos sucintamente entre las numerosas variantes de este tipo:
¯ Las embotelladoras que utilizan el embotellado por sifonado.
¯ Las tiradoras isobarométricas.
¯ Las que trabajan por presión diferencial.
Todas las embotelladoras a sifón funcionan según el principio de los vasos comunicantes. No hay hermeticidad entre la boquilla de llenado y el gollete de la botella, el derrame es libre y el aire desplazado se evacua por el gollete. La extremidad de salida de la boquilla está situada a un nivel inferior al del plano líquido del depósito de alimentación. Una válvula tubular obstruyendo la extremidad, de la boquilla es levantada por la botella. Cuando el nivel del vino en la botella alcanza el nivel del depósito, la salida se detiene. Cuando se retira la botella llena, la válvula vuelve a caer y obtura la boquilla.
Con las máquinas automáticas, la colocación de las boquillas en los golletes se hace de dos maneras: o bien los sifones son fijos y son las botellas las que son levantadas, o bien son los sifones los que son móviles y se clavan en las botellas.
Las tiradoras por sifonado están reservadas a los modelos de débil venta. Su ventaja es la simplicidad de concepción de las boquillas. Su inconveniente es que llena también botellas melladas.
Con este embotellado, el cuello de la botella se aplica herméticamente mediante una junta o ensambladura y la atmósfera de las botellas queda unida la atmósfera del reservorio del vino; la presión, es así la misma en todo el circuito. Puede ser igual, inferior o superior a la presión atmosférica.
Las boquillas llevan un tubo de retorno del aire cuya profundidad de inmersión determina la altura del vino en el cuello de la botella.
Cuando funcionan a la presión atmosférica, tiene el inconveniente de llenar también las botellas resquebrajadas o rotas. Por el contrario, cuando se trabaja a contrapresión, las botellas defectuosas no se llenan. Así, si la botella está agrietada, o si se rompe, la válvula de llenado no puede abrirse y no hay pérdida de vino. Los tirajes a contrapesión se utilizan para los vinos más o menos efervescentes.
Con este sistema, las botellas quedan sometidas a una compresión mientras que el reservorio de tiraje está siempre a la presión atmosférica, de ahí el término de presión diferencial. Los llenados que funcionan según este principio se llaman “a vacío”.
La contrapresión realizada representa del 10 al 30% de la presión atmosférica.
La contrapresión creada en una cámara de vacío es transmitida al interior de la botella por un tubo de aspiración del aire. Cuando el nivel alcanza el orificio del tubo de aspiración la botella se separa de la boquilla.
Como ventajas tiene que las boquillas no gotean, y una velocidad regular de embotellado, limitada por la formación de espuma y por la contrapresión.
Y como desventajas el que es difícil de limpiar y de esterilizar, así como que debe haber un hermetismo perfecto entre boquilla y el cuello de la botella.