Portada » Filosofía » FUNDAMENTOS DEL Empirismo
El Empirismo es la teoría filosófica según la cual el origen y el límite del conocimiento es la experiencia sensible, mientras que el Racionalismo es la doctrina filosófica que reconoce como fuente de conocimiento la razón, rechazando la fe y los sentidos. El Racionalismo tiene un significado más restringido y comienza en el s.XVII. Según el Empirismo el origen del conocimiento es la experiencia mientras que para el Racionalismo es la razón. Según el Racionalismo a partir de las ideas innatas el conocimiento avanza de forma necesaria y a priori (Dios es una idea innata) como fundamento de todo nuestro conocimiento, en cambio para el Empirismo la mente es como una “tabla rasa” por lo que toda idea procede de la experiencia realizando una critica sistemática de la metafísica. Según el Empirismo el conocimiento humano tiene límites, está limitado por la experiencia sensible. Mientras que el Racionalismo se determinaba por la razón para conocerlo todo. El Racionalismo buscaba un método que unificara el saber matemático, lo contrario a lo que realiza el Empirismo que se inspira en la física de Newton dándole importancia a la experiencia. Empiristas y racionalistas defienden el fenomenismo, que consiste en lo que directamente conoce la mente son sus ideas y pensar se reduce a relacionar ideas entre sí. El fenomenismo conduce al cuestionamiento de la existencia del mundo externo. Descartes tendrá que recurrir a Dios como garantía de la existencia del mundo externo. Locke afirma que nuestras ideas son una copia exacta del mundo real. Hume entiende que la única garantía del mundo externo es el hábito o costumbre que producen coherencia de nuestras precepciones.
Al igual que Copérnico que revoluciono la Cosmología moderna sustituyendo el sistema geocéntrico por el heliocéntrico, Kant pretende hacer lo mismo en la filosofía y sustituir el objeto de estudio por el sujeto que analiza. Por lo que explica el cambio que supone su filosofía basándose en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía, Copérnico comprendíó que no se podía entender el movimiento de los objetos celestes si se manténía la idea de que la Tierra está en el centro de Universo y el Sol y los demás objetos celestes giran a su alrededor. Debía cambiar la relación poniendo al Sol en el centro y suponiendo que es la Tierra la que gira a su alrededor. Kant realiza la misma inversión; la filosofía anterior supónía que el sujeto era pasivo, y que los objetos influían en el conocimiento del individuo propiciándole una representación fiel a la realidad; así, el sujeto captaba pasivamente la realidad tal y como era. Kant propone por ello invertir la fuente de conocimiento, dándole la vuelta a la relación. El conocimiento debe partir del individuo, quien no es pasivo puesto que él debe ordenar y darle significado; a las sensaciones desordenadas que recibe; y pensarlas para construir juicios. En consecuencia, el sujeto es activo a la hora de crear su propio conocimiento. Para ordenar las sensaciones pone el espacio y tiempo como elementos para construir los fenómenos. Asimismo a los fenómenos percibidos le aplicamos también estructuras o leyes del pensamiento que poseemos ya nosotros y que nos sirven para construir juicios científicos en la Física. En conclusión, son las cosas las que se deben someter a nosotros para conocer un objeto este debe someterse a nuestras facultades para que se pueda dar la experiencia del conocimiento.
La ética formal y autónoma kantiana propone actuar por deber conforme un a imperativo.
Imperativo quiere decir mandato que obliga a actuar de una manera determinada. Para Kant existen diversas clases de imperativos, pueden ser objetivos y subjetivos. Los principios subjetivos se llaman máximas y solo tiene validez para un sujeto. Dentro de los principios subjetivos se encuentra el imperativo hipotético, en el que se lleva a cabo por algo que la voluntad apetece y no por la voluntad misma. Suele formularse de modo condicional porque para obtener un fin es preciso realizar anteriormente alguna otra acción. Este no es el principio que defiende Kant. Existen otros principios, denominados leyes o imperativos, que son objetivos y valederos para la voluntad de todo ser racional. Este es el imperativo categórico, por el que se lleva a cabo por la voluntad misma considerándose como ley fundamental moral que no viene impuesto por la materia sino por la voluntad misma. A esto se denomina moral formal. Descubriendo en nosotros un conjunto de preceptos que puedo querer para mi y que sean universalizados a todos los demás. Esta condición de universalidad es la prueba de que trata de imperativos morales: “obra como si la máxima de tu acción debiera tomarse por ley universal”“obra de tal manera que trates siempre a la humanidad como un fin y no como un medio” Los imperativos categóricos son universales y necesarios, y se imponen como tal al hombre, que se siente responsable ante ellos por ser libre e inmortal.
Kant piensa que la convivencia entre los hombres debe basarse en un contrato social, en el que cada persona se someta a las leyes del estado perdiendo su libertad original, pero ganando libertad jurídica. Kant, al igual que otros autores contractualistas imagina al hombre conviviendo con otros hombres en un Estado de Naturaleza. Este estado se caracterizaría por la ausencia de leyes, sería un estado salvaje y de barbarie, un estado de libertad sin ley, en la que se vive constantemente bajo la amenaza de la guerra, pues cado uno resuelve sus conflictos mediante la fuerza. Para que esta inseguridad desaparezca sería necesario un estado civil que asegure los derechos de cada uno, hace falta un Contrato Social por la que se renuncia estar sin ley recuperando la libertad jurídica del Estado civil para la mejor convivencia entre todos. Para Kant el mejor gobierno que garantizará este contrato social sería la constitución Republicana. Esta es la única que deriva de la idea de contrato exigiendo a las personas que encarnan la soberanía dicten las leyes en nombre del pueblo, atendíéndose a la voluntad unida universal. Este contrato supone: legitimar el poder a través del pueblo; marca los límites del poder a los gobernantes; establece las bases en las que se deben apoyar las reformas particulares de gobierno, la libertad ha de ser la condición indispensable. Este concepto es una idea surgida de la razón del propio Kant por la que corresponde el estado de naturaleza al estado civil, determinando la manera de administrar el Estado y la justicia, pues proporciona las normas para legislar. Esto quiere decir que obliga moralmente al soberano, el cual debe ser imparcial rigiéndose por la idea de voluntad unida y expresando un consentimiento basado en el respeto a la dignidad, a la libertad y a no usar a los demás como instrumentos.