Portada » Magisterio » Niveles de la adquisición de la lengua escrita
En la escuela se considera que los alumnos ya dominan los sonidos cuando llegan a ella o que los aprenden por el proceso natural de adquisición del lenguaje. Por eso, las pocas prácticas de pronunciación que se realizan en los primeros niveles de la escolarización están relacionadas con la lectoescritura, y básicamente son lectura en voz alta. Por lo tanto, es sólo a partir del aprendizaje de las letras que los alumnos pueden corregir los defectos de pronunciación que puedan tener en lo oral. Por ejemplo, pueden practicar la pronunciación de las consonantes sonoras cuando trabajen las grafías correspondientes. De la misma manera, en los cursos más elevados, la fonética entra plenamente en el programa de lengua, paralelamente a los demás niveles de análisis lingüístico. Es entonces cuando los alumnos estudian conscientemente los sonidos de la lengua, de la misma manera que aprenden las categorías gramaticales o las conjugaciones verbales. A partir de conceptos de sonido, fonema, alófono, sílaba, se argumenta la cadena lingüística y se estudian sus partes. En cambio, en la clase de segunda lengua, sea catalana, gallega, vasca o extranjera, la pronunciación forma parte del programa y los maestros suelen dedicarle mucha atención, con ejercicios de discriminación de sonidos y de recepción.
En resumen, los alumnos acaban la educación general con conocimientos de fonética teórica en gallego, catalán, vasco y castellano, pero sin haber trabajado nunca la pronunciación práctica de estas lenguas. Para evitar este hecho, la pronunciación debería tratarse de una manera más constante y sistemática desde los primeros cursos, con ejercicios de todo tipo, y sin necesidad de tener que teorizar sobre fonética o fonología.
En general, la didáctica actual de la pronunciación es muy ecléctica e integra las propuestas de cada una de las metodologías usadas para el desarrollo del aprendizaje, utiliza la tecnología disponible y, en definitiva, aprovecha cualquier recurso que pueda servir a los alumnos para mejorar su pronunciación. Los recursos principales son:
1.Audición: Se argumenta que cuántas más posibilidades tenga un alumno de escuchar la lengua que tiene que aprender, más fácil le será adquirirla.
2.Discriminación: Consiste en identificar un sonido determinado y distinguirlo de los que le pueden ser próximos desde un punto de vista fonético. El ejercicio puede tomar formas distintas: subrayar o marcar el sonido correspondiente, clasificar palabras, hacer listas, poner cruces en parrillas de palabras, decir cuántas veces aparece un sonido, etc.
3.Producción: Consiste en pronunciar el sonido que se ha escuchado y discriminado anteriormente. Los ejercicios de audición, discriminación y producción se suelen combinar entre sí de forma rápida y ágil.
4 y 5. Casete y laboratorio de idiomas: La ventaja más importante del casete es que permite introducir voces diferentes y de calidad en el aula. De este modo los alumnos pueden escuchar acentos, tonos y timbres distintos de los del maestro. El laboratorio de idiomas se ha utilizado sobre todo para la enseñanza de segunda lenguas, siguiendo la metodología audiolingual. En la actualidad se utilizan más el video y el casete como substitutos del laboratorio.
6. Programas informáticos: Algunos ofrecen prestaciones muy interesantes para el tratamiento de la pronunciación. La mecánica del trabajo es que el alumno pronuncia un sonido, el ordenador lo analiza y lo visualiza en pantalla de alguna manera, o lo compara con los parámetros que se le han dado previamente.
7. Espejo, tacto, objetos: Son diversos los objetos que pueden ser útiles en las clases de pronunciación. Por ejemplo:
– Espejos: el alumno puede ver cómo coloca los órganos de fonación y corregir la articulación, el bebé puede soplar para descubrir el aliento, etc.
– Tacto: el alumno puede percibir el movimiento de las cuerdas vocales, es muy útil para trabajar las consonantes sonoras.
– Pelota: sirve para dar turnos de palabra o de pronunciación de sonidos, los alumnos se ponen en círculo y se van pasando la pelota a medida que realicen algún ejercicio colectivamente.
– Dados: con números y sonidos marcados en cada cara; cada alumno tiene uno de ellos y lo utiliza para responder el ejercicio.
8. Juegos: La lista de juegos o ejercicios que tiene un componente lúdico y que pueden utilizarse para la pronunciación es bastante extensa. Una muestra es: dichos populares, hacer listas de palabras, bingos, el juego de pitufar, encadenar palabras a un sonido determinado, etc.
9. Canciones: Escuchar, aprender y cantar canciones en clase es una práctica de valor didáctico incalculable. Son textos orales ideales para practicar aspectos como el ritmo, la velocidad y la pronunciación correcta. El fenómeno de la rima no sólo permite ejercitar técnicas memorísticas, sino que supone un estímulo de la percepción discriminatoria de los sonidos.