Portada » Historia » La lucha por la hegemonía
XVII. Los validos. Las reformas de olivares. EnTras la muerte de Felipe II, suceden en el trono tres reyes que reciben el nombre de Austrias menores. La categoría humana y la capacidad política de los validos fue muy diversa, el abandono de sus obligaciones por parte de los reyes contribuyó a la decadencia de la monarquía española. Felipe III, tuvo un breve y pacífico reinado.
Su valido fue el duque de Lerma, que consiguió reunir enormes riquezas. Eligió consejeros corruptos y reservó importantes cargos para sus familiares. Trasladó la capital a Valladolid donde había adquirido inmuebles en la capital. Sus actividades corruptas le llevaron a perder el puesto de privilegiado siendo sustituido por su hijo el duque de Uceda. Cuando muere Felipe III, el duque de Lerma es condenado a pagar una fuerte suma en compensación por lo que había robado. Felipe IV, durante su reinado se sucedieron las dificultades internas y externas. Dejó gran parte de su reinado en manos del conde-duque de olivares. Sus objetivos eran recuperar la reputación de la monarquía con mayor participación en los conflictos europeos y la reforma del estado.-Luchó contra la corrupción, condenando los abusos del reinado anterior y de alejando de la corte a los miembros las acciones de los validos anteriores.-Sustituyó el sistema de consejos por el de juntas que se ocupaban de problemas concretos de la administración.-Pretendíó crear una red de erarios, que actuaban como bancos, prestando dinero sea que no tendría que depender de prestamistas extranjeros. Las cortes se opusieron y se aprobó un impuesto que se pagaba sobre los productos de primera necesidad.- Quiso fomentar la uníón y solidaridad entre los distintos pueblos de la monarquía. Se consideró un proceso adecuado, pero lento y complicado. Otras vías de promover era la negociación de cambios legales en los territorios. En ambos casos requería la intervención del ejército. -El establecimiento o de la uníón de armas, un ejército permanente pagado por todos los territorios en función de su riqueza. O podría intervenir en cualquier territorio que fuese atacado por el enemigo. Los objetivos eran el peso de la defensa que no corriera a cargo sólo de Castilla y disponer de un ejército eficiente y la creación de lazos de solidaridad entre los territorios.- Se intentó o reducir la presión fiscal acabando con los impuestos de los millonarios, terminando con las acuñaciones masivas del reinado anterior.Olivares vio su actuación de gobierno coronada por el fracaso. Los territorios periféricos se opónían a una mayor participación en los gastos de la monarquía. La dinastía concluyó con Carlos II con su carácter enfermizo y débil. 2. La guerra de los 30 años y la pérdida de la hegemonía en Europa.El duque de Lerma firmó la paz con los enemigos de España: la paz de Londres, con Inglaterra en 1604, con Francia en 1610 y la tregua de los doce años con Holanda que supónía el reconocimiento de la independencia de este país. En 1618 España intervino en la guerra de los 30 años junto al emperador alemán. El defensor de los protestantes, elector del palatinado Federico V, derrotado en la batalla de montaña blanca. Los españoles obtuvieron algunos éxitos como la rendición de la ciudad de Breda, pero los protestantes obtuvieron la ayuda del rey de Dinamarca Cristian IV, que fue derrotado por las tropas imperiales del bohemio Wallestein y del flamenco tilly en la batalla de Lutter, obligando a firmar la paz de Lübeck. Posteriormente intervino el rey de Suecia Gustavo Adolfo, con ayuda económica de Francia que invadíó el Imperio y llegó hasta Baviera, donde perdería la vida en la batalla de Lützen. A partir de 1635 la guerra cambió con la intervención directa de Francia gobernada por el primer ministro Luis XIII. Los enfrentamientos favorecieron unas veces a Francia y otras a los Austrias, tuvo gran trascendencia la derrota de los tercios españoles en la batalla de Rocroi en 1643. Los contendientes agotados por la larga guerra, entablaron conversaciones que culminaron en los tratados de Westfalia en 1648. España y Francia continuarían la lucha once años más hasta la paz de los Pirineos en 1659. La batalla más importante es la de las Dunas. En 1668 tuvo que aceptar la independencia definitiva de Portugal.3. Las rebeliones de 1640 en Cataluña y Portugal.Se trata de la mayor crisis política del reinado de Felipe IV. El conde-duque de olivares pretendíó una mayor centralización administrativa, con un fortalecimiento de la monarquía y una mayor participación de los territorios en casos de la monarquía. Se creó la uníón de armas donde todos los territorios deberían colaborar con hombres y dineros de forma proporcional a su riqueza y número de habitantes. Las cortes de Cataluña se negaron a participar. Para forzar la aceptación, olivares abríó un nuevo frente en la frontera catalana con Francia. Fueron caracteres los enfrentamientos en Girona donde los campesinos atacaron a los miembros de los tercios que acogían en su casa. La revuelta se convirtió en una auténtica revolución campesina. La generalitat dirigida por Pau Claris, solicitó la ayuda francesa y proclamó conde de Barcelona al rey Luis XIII. Los franceses cometieron numerosos abusos que provocaron la animosidad de la población catalana. Finalmente, en 1652 las tropas españolas dirigidas por Juan José de Austria en recuperaron el control de Barcelona. En Portugal estalló una revuelta en 1640. La población estaba descontenta por los elevados impuestos y la pérdida de los territorios atlánticos. Fue proclamado el rey de Portugal, el duque de Braganza, de Juan IV. Tras la paz de los Pirineos, Felipe IV pudo ocuparse de Portugal, pero varias derrotas le obligaron a retirarse definitivamente. España los reconoce la independencia hasta 1668. La independencia de Portugal un papel destacado en el apoyo de las potencias enemigas de España. Los portugueses tras su independencia fueron capaces de expulsar a los holandeses de Brasil y otros territorios, recuperando el poder en el atlántico. Se produjeron rebeliones en Nápoles y Sicilia, pudiendo ser sofocadas. En tiempos de Carlos II aceptado la diversidad política de sus territorios