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Valor que se valoriza. El capital en su forma inicial es una masa de dinero que permite a su dueño obtener una cantidad mayor que la inicial. Sirve para comprar máquinas y materias prima y por otra parte, fuerza de trabajo. Hay capital variable y capital constante. Una vez que el capitalista lo posee, puede organizar la producción de un determinado bien. Su valor debe ser mayor que la suma del capital constante y variable usados en su producción. El dinero obtenido por la venta ha de ser mayor al invertido. El marxismo sostiene que el capital es un valor que se valoriza.
Se determina por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo.
La cantidad de trabajo se mida por el tiempo de trabajo que se gasto en producirlo. No significa que las mercancías encierran tanto más valor cuanto más holgazán o torpe sea el hombre las produce, o cuanto más tiempo tarde. Se habla de tiempo de trabajo socialmente necesario en las condiciones normales de producción y con un determinado grado de destreza en intensidad de trabajo.
La magnitud del valor varia al cambiar la capacidad productiva del trabajo, que depende de diversos factores: grado de destreza medio del obrero, progresos de la ciencia y de sus aplicaciones técnicas, volumen y eficacia de los medios y las condiciones naturales.
Un objeto puede ser útil sin tener valor, cuando la utilidad que ese objeto encierra para el hombre no se debe al trabajo, como el aire o la tierra virgen. Ningún objeto inútil no puede tener valor, ni el trabajo no contara ni representara valor.
El valor de un bien se descompone en el valor de las materias primas usadas, valor del momento en que las maquinas se desgastan en su producción, valor de la fuerza de trabajo usada y plusvalía generada por la fuerza de trabajo. El valor de cambio oscila por la presión de distintas fuerzas del mercado como la oferta, demanda,etc. Pero siempre en torno a la magnitud del valor.
Proporción en que se cambian mercancías de una clase por mercancías de otras y que varía con los lugares y los tiempos. Si con un saco de salitre podemos obtener dos de harina, el valor de cambio es un saco de salitre por dos de harina. Oscila con el juego de las fuerzas del mercado, en torno al valor. Es una expresión del valor.
Capacidad de un objeto para satisfacer necesidades humana.
Marx afirma que el valor de uso de una objeto es la materialidad del mismo.
En las sociedades de explotación el trabajo es una experiencia alineada y no una actividad de autorealización.
Para Marx, la noción del trabajo vas más allá de lo económico y se convierte en una categoría antropológica. El hombre no es un ser pasivo, sino activo, y el trabajo es la expresión de sus capacidades físicas y mentales, lugar donde el hombre se desarrolla y perfecciona. El trabajo es un fin en sí mismo y puede ser buscado por si mismo y gozado.
En sus primeros escritos llamo “actividad personal” a la realización de esta inclinación al movimiento, y cuando criticó la forma concreta de darse esta actividad en las sociedades de explotación pidió la abolición del trabajo. Establecíó diferencias entre “trabajo libre” y “trabajo enajenado”, y su crítica a la alineación se exprésó en su preocupación por la “emancipación del trabajo”.
Enajenación o extrañamiento. Circunstancia en la que vive una persona que no es dueña de si misma ni responsable de sus acciones y pensamientos. Marx expone que esta es la condición en la que vive la clase oprimida en una sociedad de explotación, que adimte la propiedad privada de los medios de producción. Dentro de esta podemos encontrar:
Principal forma de alineación de la que dependen todas las demás. Se da en el trabajo y se refiere a la explotación del productor. Del producto de su trabajo, de su propia actividad y de sí mismo.
El hombre es un ser productivo y el fin de su trabajo es la satisfacción de sus necesidades, pero transformando la realidad se transforma a sí mismo. La felicidad, la perfección humana, viene dada por la acción de la ocupación de las cosas, y por tanto del trabajo, incluido el intelectual.
El problema es que el lugar donde el hombre ha de realizarse lo vive como el lugar de sufrimiento y de la limitación de sus facultades físicas y espirituales. La alineación económica se manifiesta en:
El hombre se enajena de sus propias facultades creadoras, no vive su actividad como algo que pertenezca realmente. Se vive el trabajo como algo exterior y forzado, hecho por dinero, no porque el querer hacerlo.
Los objetos que un trabajador produce no le pertenecen a él. El productor se somete al producto, como un mero medio para producir el objeto. Lo importante no es el bien del productor sino la mercancía producida. Según para el gran defecto social y moral de las sociedades de explotación es que no tratan a las personas como fines sino como medios, el productor es un mero objeto de producción y no una persona.
El objeto producido no le pertenece al trabajador sino a otro, dando lugar a las clases oprimidas que producen las mercancías y a la clase opresora que se apropia de ellas.
Marx supónía que la enajenación en el trabajo alcanza su cima en la sociedad capitalista y que la clase trabajadora es la más enajenada.
La religión es una forma de alineación porque es una invención humana que consuela al hombre de los sufrimientos de este mundo, disminuyendo la capacidad revolucionaria para transformar la auténtica causa del sufrimiento y legitima dicha opresión.