Portada » Historia » Resumen de Alfonso XIII
En 1902 Alfonso XIII alcanza la mayoría de edad. Liberales y conservadores pretendieron seguir con el turno pacífico de partidos, pero intentando hacer reformas que acabaran con el caciquismo y la corrupción electoral. Querían modernizar el país y hacer el sistema político verdaderamente representativo como propónían los regeneracionistas. Los intentos protagonizados por Silvela, Maura y Canalejas (presidentes del Gobierno) fracasaron por la división interna de los partidos, las dificultades propias de las reformas y la fuerza que iban cobrando los grupos de oposición. Entre estos grupos de oposición debemos destacar a los nacionalistas catalanes, los republicanos, y especialmente el movimiento obrero, con sus dos tendencias, la socialista (UGT y PSOE) y la anarquista (CNT), de las que ya hemos hablado.
En 1909 tuvo lugar la Semana Trágica en Barcelona, un levantamiento popular que fue reprimido con mucha violencia por el gobierno.
El levantamiento se produjo como protesta por el envío de tropas de reservistas a la guerra de Marruecos. La dureza de la represión (fusilamiento de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo y librepensador) ocasiónó protestas en España y a nivel internacional.
Durante estos primeros años del siglo se promulgaron las primeras leyes de carácter social, para proteger a los obreros, aunque su carácter era muy limitado (ley de accidentes de trabajo, limitación del tabajo de niños, regulación de la jornada laboral…)
La Primera Guerra
Mundial (1914-1918) trajo una época de prosperidad, pues España fue neutral y suministró productos a los países contendientes. Pero esto no benefició a los obreros, que veían como aumentaban los precios mientras los salarios lo hacían en menor medida. Esto ocasiónó movimientos de protesta (huelga general de 1917)
e inestabilidad social, agravada por la crisis económica que se produce con el fin de la Primera Guerra Mundial.
Entre 1917-1923 se produjo un fuerte deterioro de la vida política y social. Hubo numerosas huelgas y protestas sociales, a las que los gobiernos respondieron con dureza y una fuerte represión. El movimiento obrero crecíó de forma importante (el sindicato socialista UGT tenía en 1919 200.000 afiliados y la CNT, anarquista, 700.000)
A esta época se la conoce con el nombre de época del “pistolerismo”, con atentados anarquistas, violencia de los empresarios que contratan pistoleros para combatir a los anarquistas, y una fuerte represión también por parte de las fuerzas de orden público (ley de fugas…)
En este ambiente de crisis social y violencia, se produjo el desastre de Annual, en Marruecos (1921). Allí, el ejército español sufríó una estrepitosa derrota, y más de 12.000 soldados españoles murieron. Las responsabilidades afectaban a militares, políticos, y parecía que incluso al propio rey.
En este ambiente de crisis, una parte del ejército se hizo con el poder a través de un Golpe de Estado protagonizado por el general Primo de Rivera, con el consentimiento del rey Alfonso XIII y el apoyo de los empresarios y la derecha. Comenzó así una dictadura en la que se dejó en suspenso la Constitución, se prohibieron los partidos políticos y sindicatos, se suprimieron los derechos y libertades individuales, se implantó una férrea censura de prensa y se cerraron las Cortes. Los sectores de oposición fueron perseguidos.
La dictadura militar se mantuvo gracias a una buena situación económica debida a la coyuntura económica internacional favorable y a que se consiguió pacificar Marruecos (con apoyo de Francia –desembarco de Alhucemas-). Primo de Rivera había prometido que la dictadura sería breve, el tiempo necesario para solucionar los problemas. No obstante, no cumplíó su promesa e intentó consolidarse en el poder en lugar de volver al sistema constitucional.
A partir de 1929 la situación empeoró pues las repercusiones de la crisis económica internacional empezaban a notarse, la oposición crecíó y el dictador Primo de Rivera fue perdiendo apoyos, hasta que dimitíó en Enero de 1930. El rey Alfonso XIII nombró jefe de gobierno al general Berenguer para que convocara elecciones y regresase a la legalidad constitucional.
El movimiento obrero, los intelectuales, estudiantes y grupos nacionalistas acusaban al rey de haber apoyado la dictadura, y defendían abiertamente la desaparición de la monarquía y la proclamación de la república. Republicanos, socialistas y grupos nacionalistas catalanes y vascos firmaron en este sentido el llamado Pacto de San Sebastián
La oposición exigía que primero hubiese elecciones municipales (antes que las generales), por lo que Berenguer tuvo que dimitir y Alfonso XIII encargó formar gobierno al almirante Aznar.
Éste convocó elecciones municipales para el 12 de Abril de 1931. Estas elecciones no eran para el gobierno de la nacíón, sino para elegir alcaldes y concejales. No obstante, la victoria de la coalición de republicanos y socialistas en la mayoría de lasciudades, llevó al rey a marchar al exilio, al verse falto de apoyos. Los monárquicos habían tenido buenos resultados electorales en las zonas rurales, pero era de todos conocido que estas zonas estaban más influidas por el caciquismo, y que las ciudades eran más representativas de la voluntad de la nacíón.
Dos días después de las elecciones municipales, el 14 de Abril de 1931, se proclamó la II República, y se formó un Gobierno Provisional de republicanos y socialistas, que convocó elecciones generales. Estas elecciones las ganó también la coalición de republicanos y socialistas. Las nuevas Cortes salidas de estas elecciones elaboraron una nueva Constitución, muy avanzada y democrática para aquella época. Una Constitución que definía a España como República democrática de trabajadores de toda clase, separaba claramente la Iglesia del Estado (aconfesionalidad), establecía el sufragio universal completo (también femenino, por vez primera en la historia española) y prevéía la posibilidad de autonomía para las regiones (en principio se pensaba en Cataluña, País Vasco y Galicia). El sistema de derechos y libertades era muy amplio.
Una vez aprobada la Constitución, Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República (cargo más bien honorífico) y Azaña presidente del gobierno de coalición de republicanos y socialistas.
. Azaña y su gobierno intentaron abordar los grandes problemas que España arrastraba en muchos casos desde hacía siglos. Las reformas emprendidas fueron las siguientes:
. Se intentó modernizar el ejército, reduciendo el número de altos mandos y sometiendo el ejército al poder civil. La falta de recursos no permitíó modernizar el equipamiento militar.
. Se eliminó el presupuesto que el Estado pagaba a la Iglesia, se aprobó una ley de divorcio, se disolvíó la orden de los jesuitas y se secularizaron los cementerios. También se decidíó que la educación sería laica.
Se crearon numerosas escuelas, y se intentó llevar la cultura a los pueblos.
En Andalucía y Extremadura había cientos de miles de jornaleros sin tierras, que vivían en la miseria, mientras que los propietarios latifundistas apenas se preocupaban de la explotación de sus tierras. Se aprobó una ley que expropiaba las grandes fincas mal cultivadas para entregarlas a los campesinos sin tierras.
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Reforma social-laboral, para mejorar las condiciones de vida y trabajo de los obreros.
: Los grandes propietarios, la Iglesia católica, parte del Ejército y amplios sectores de las clases altas y medias se pusieron en contra de las reformas del gobierno de Azaña e hicieron cuanto estuvo en su mano por obstaculizarlas. Hubo un intento de Golpe de Estado, protagonizado por el general Sanjurjo, que fracasó. La derecha se reorganizó y formó la CEDA (Confederación Española de Derechas). En la extrema derecha surgíó un grupo llamado Falange Española, que se fusiónó con las JONS, de ideología cercana al fascismo.
La lentitud de las reformas provocó el descontento de obreros y campesinos, que querían cambios más profundos rápidos. Se produjeron huelgas, manifestaciones e incluso algunos levantamientos armados, que fueron reprimidos por las fuerzas de orden público.
Azaña tuvo que presentar su dimisión por los problemas señalados en el punto anterior, y se convocaron elecciones que fueron ganadas por la CEDA y el Partido Radical (de centro, dirigido por Lerroux). El nuevo gobierno dirigido por Lerroux dio marcha atrás en las reformas abordadas por Azaña, lo que provocó la radicalización de los partidos y sindicatos de izquierda, de los trabajadores y de los campesinos. Éstos protagonizaron la llamada “Revolución de Octubre de 1934”, que tuvo importancia sobre todo en Asturias y Cataluña. La revolución fue duramente reprimida por el ejército, y se suspendíó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, por el apoyo del presidente de la Generalitat, Companys, a la revolución.
Varios escándalos de corrupción llevaron a la convocatoria de nuevas elecciones en Febrero de 1936.
. En diferentes países de Europa se estaban formando coaliciones de las fuerzas de izquierda, con el objetivo, afirmaban, de frenar el avance del fascismo. En España se formó así el Frente Popular, del que formaban parte Izquierda Republicana (Azaña), el PSOE, el Partido Comunista, nacionalistas, … Su victoria en las elecciones les llevó a retomar las reformas del primer bienio, unas reformas rechazadas por los sectores conservadores, e insuficientes para los sectores más radicales de la izquierda, por lo que se produjeron enfrentamientos y violencia social entre ambos grupos.
Desde el mismo momento del triunfo del Frente Popular, un sector del Ejército, con algunos apoyos civiles, conspiró para acabar con el gobierno frentepopulista mediante un Golpe de Estado. Los preparativos los dirigíó, como en 1932, el general Sanjurjo, que se encontraba en Portugal (había sido amnistiado durante el gobierno de Lerroux). Una parte importante de las fuerzas más conservadoras y la Iglesia católica apoyaron este golpe como forma de interrumpir por las armas el proceso reformista de la República.
. La sublevación se produjo el día 17 de Julio de 1936 en Melilla y Ceuta, y el día 18 en la Península. El Gobierno de la República tardó en responder, y no supo prevenir adecuadamente la sublevación. En pocos días, la sublevación triunfó en la zona marroquí, Castilla y León, Navarra y parte de Aragón.
El Gobierno de la República entregó armas a los sindicatos obreros y partidos del Frente Popular, que junto a militares leales y parte de las fuerzas de seguridad republicanas, hicieron frente a los sublevados. Así comenzó una trágica y larga Guerra Civil.
En Europa, para no agravar la tensión, se formó un “Comité de No Intervención” en la Guerra Civil española. No obstante, Alemania (Hitler) e Italia (Mussolini), apoyaron desde el principio a los sublevados con aviones (Legión Cóndor), armas y soldados. Francia y Gran Bretaña respetaron la no intervención, y no ayudaron a la República, que tuvo únicamente el apoyo de la URSS, que prestó asesores y apoyo armamentístico.
Miles de voluntarios llegaron de todo el mundo para apoyar a la República. Son las llamadas Brigadas Internacionales (unos 60.000 voluntarios de ideologías varias, organizados por los partidos comunistas de sus países de origen), que veían en España la necesidad de frenar el fascismo que estaba avanzando en Europa. Su papel fue importante en la defensa de Madrid.
. La importancia de los milicianos de los partidos y sindicatos obreros en la resistencia contra la sublevación, hizo que el gobierno republicano, debilitado, tuviera que ceder ante las iniciativas de estos sindicatos y partidos, que, en algunos lugares desencadenaron una auténtica revolución social. Así, ocuparon y colectivizaron fábricas, empresas y latifundios.
El gobierno no pudo impedir, pese a intentarlo, la persecución a que fue sometido el clero de la Iglesia Católica, producíéndose quemas de conventos y asesinatos de sacerdotes. También sufrieron la represión los políticos de derechas y los militares sublevados en aquellos lugares donde no triunfó la sublevación.
En el bando republicano nunca hubo un verdadero mando unitario sino multiplicidad de poderes (gobierno central, milicias de los sindicatos, gobierno catalán, gobierno vasco…) Al gobierno central le resultaba muy complicado controlar a las variadas milicias que a menudo actuaban por su cuenta y que habían desencadenado una auténtica revolución social. Cuando pudieron contar con un ejército disciplinado ya era demasiado tarde para ganar la guerra.
Al contrario que en el bando republicano, en la zona llamada “nacional” (a la sublevación la denominaron “Alzamiento Nacional”), hubo desde el principio un mando único, unidad, orden y disciplina, muy importantes para ganar la guerra, y todos los esfuerzos se dirigieron en este sentido.
Se formó una Junta de Defensa que nombró al general Franco Generalísimo y Jefe de Gobierno. Franco ordenó que la Falange se fusionara con los carlistas, creando la FET y de las JONS (que luego será el núcleo del partido único del franquismo).
Se abolíó la legislación social y laboral republicana, la reforma agraria, la libertad de expresión, la libertad religiosa… Y se suprimieron los partidos y sindicatos. Ideológicamente se rechazó la democracia y se defendíó un modelo totalitario de tipo fascista y la uníón de la Iglesia y el Estado.
La represión se organizó desde el propio poder, y fueron detenidos, encarcelados y ejecutados quienes habían apoyado a la República o quienes no apoyaban al nuevo régimen. Curiosamente, los militares que no se sublevaron, fueron fusilados bajo la acusación de “rebelión militar”.
La Iglesia apoyó firmemente a los sublevados, bautizando la sublevación como una “cruzada”.
Los sublevados, una vez que trasladaron el ejército de África a la península, querían avanzar desde el Sur hacia Madrid, y contando con el apoyo de Mola, que avanzaba desde el norte, conseguir la caída de la capital. En Agosto del 36 tomaron Extremadura y siguieron avanzando. El gobierno de la República tuvo que huir a Valencia, pero Madrid resistíó, y en la primavera de 1937 los sublevados renunciaron a la toma de Madrid y se dirigieron hacia el norte.
En Abril de 1937 se produjo el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor alemana, aliada de Franco. Poco después cayó Bilbao y el resto de la zona cantábrica.
En 1938 las tropas nacionales avanzaron sobre Aragón y llegaron al Mediterráneo, cortando en dos la zona republicana (Cataluña quedó aislada de la zona centro oriental). Los republicanos reaccionaron (Batalla del Ebro), pero tras sangrientos combates, el avance de Franco sobre Cataluña fue inevitable.
Cataluña cayó en Enero de 1939, y la República ya solo controlaba Madrid y la zona centro-oriental (ver mapa), que se rindieron el 1 de Abril de 1939.
Cerca de medio millón de personas tuvieron que marchar entonces al exilio, ante el fundado temor a la represión franquista. Muchos fueron a Francia, otros a México o a la URSS. Muchos intelectuales se exiliaron en América (especialmente en México).