Portada » Arte » Contexto del patio de los arrayanes
El arte islámico maduro en los territorios de los imperios bizantino y sasánida, y también en Al-Ándalus, desde el 711 al 1492, cuando los Reyes Católicos reconquistaron el reino de Granda.
Como constantes ideológicas del arte islámico, destacan el rechazo de la imagen y la predilección por las fantasías de fondo naturalista y geométrico. En el mundo islámico el hombre no es el centro de la creación ni la medida perfecta a la que deben adecuarse las cosas, siendo esto expresión de la tendencia antihumanista oriental. Este dato se ve como ejemplo en la prohibición de representar a los hombres, ya que solo Dios tiene el monopolio de la perfecta creación.
Así pues, el rechazo a la presencia de imágenes, principalmente humanas, induce a la ausencia de escultura, que solo se utiliza en función de la arquitectura, como un elemento para alegrarla y enriquecerla.
Existe de forma subyacente el miedo a caer en la idolatría. Miniaturas, murales y mosaicos, son la alternativa a la estatuaria. Por ello tienden a representar la naturaleza inanimada, lo que le lleva a la predilección por las fantasías de fondo naturalista y geométrico como complemento a la arquitectura. Esta realidad crea una estilización de los elementos de la naturaleza o juegos de fantasía en formas abstractas, perpetua y amablemente repetidas. Son constantes la presencia de polígonos y poliedros regulares, estrellado, tanto en azulejos como en formas arquitectónicas, combinados con gran precisión y sofisticación.
Como constantes formales debemos destacar que emplean una gran variedad de materiales constructivos, pero siempre tienden a optar por aquellos que proporcionan una construcción más rápida y los propios de cada lugar.
El empleo de la piedra es escaso, y solo se aplica en edificios muy importantes. Por el contrario el ladrillo y la mampostería son los más empleados. Materiales decorativos por excelencia son el yeso y la escayola, que permiten enlucir las paredes y el desarrollo de la filigrana y la estilización; la madera, para puertas y mimbares o púlpitos capaces de recibir la decoración caligráfica.
El constructor islámico prefiere el cuadrado como elemento organizador del espacio (influencia que recibe del mundo griego), también emplea la esfera cubica para el desarrollo de cúpulas, tal vez porque se ajusta bien a la construcción de edificios de poca altura, armónicos con el paisaje y, a la preferencia por los cielos rasos, terrazas planas, etc.
Como elementos sustentantes mantienen por un lado la columna y el pilar, ambos de herencia romana, son generalmente delgados porque soportan techumbres ligeras, normalmente de madera. Se elige la columna de línea corintia, ya que imita la naturaleza. Por los demás, especialmente en España, utilizan columnas preexistentes, originarias en su mayoría de monumentos romanos e iglesias visigóticas.
Por otro lado, el arco que lo conjugan en todas sus expresiones, aunque el más carácterístico es el de herradura. Sus dovelas son paralelas, con un ritmo binario de colores y de decoración (lisa-decorada). Además Con frecuencia, aparece enmarcado el alfiz que es una moldura que toca tangencialmente al arco, y en multitud de ocasiones combinan los arcos entre sí.
Con respecto a la decoración hablar de decoración geométrica, epigráfica y policromada.
La decoración geométrica está Compuesta por arabescos, lacerias y celosías. En el arabesco, que es transposición geométrica del enredado vegetal helenístico, los tallos de las plantas, los zarcillos, el acanto, la palma, están colocados con un nuevo sentido decorativo que los convierte en una continuidad geométrica abstracta, llamado también ataurique. Respecto a las lacerias, son una ornamentación que se genera a partir de elementos geométricos y de la combinación de polígonos regulares. Estos elementos extraídos de la naturaleza pierden todo parecido con la realidad, al combinarse de maneras totalmente fantásticas, en perpetua repetición simétrica.
Por otro lado está la decoración epigráfica. Para el Islam la palabra Ala ha de ser divulgada y recordada constantemente; por eso, existen pocos edificios u objetos que no sean portadores en sus superficies y cúpulas de inscripciones con versículos extraídos del Corán, repetidos a veces incluso con caligrafías diferentes.
También mencionar la decoración policromada que es un elemento incorporado desde la animación e influencia del hadith.
Y finalmente decir que la ciudad desempeñó un papel de centro políticoapreciado por las personas habituadas a las zonas áridas y desérticas. La configuración de la ciudad es muy variada y su estructura viene definida por zocos, mezquitas, madrasas, baños sin distinguir entre arquitectura civil y arquitectura religiosa, debido a la concepción teocrática del estado. En el Islam, la organización social y política, la cultura la forma de vida, constituyen un todo. Por otra parte, el trazado urbano tiende a ser caótico, sin planificación previa la mayoría de las veces, con calles quebradas y angostas.
La divulgación del cristianismo dentro del Imperio romano se realizó a través de pequeñas células. Los Hechos de los Apóstoles nos narran como podían ser estas unidades de ferviente vida, constituidas por pequeños grupos que se reunían en semiclandestinidad.
Estas reuniones de confraternidad, denominadas, “ágapes” perduraran hasta entrado el siglo II; tenían lugar al atardecer. En la ciudad de Roma, según noticias literarias, esta comida entre hermanos se celebraba en casa de algunos patricios conversos. Concretamente se utilizaban las salas de recepción, llamadas Tituli. En Siria se localiza el ejemplo más significativo de este tipo de salas: Doura Europos, anterior al 232, con decoración semejante a la de las catacumbas y que formaba parte de una casa particular.
En esta etapa en la que el cristianismo esta reducido a la clandestinidad, el arte más significativo está vinculado especialmente a las catacumbas cuyas carácterísticas más importantes son:
-Su datación que comprende de los siglos I al V
-Son cementerios subterráneos, cuyo fin era inhumar a los muertos en cámaras subterráneas, practica importada del Próximo Oriente por los judíos convertidos.
-No fueron, en general, lugares de culto y reuníón.
-Su estructura arquitectónica es simple: estrechas galería, anárquicamente trazadas, a diversos niveles o varios pisos que reciben el nombre de criptas. En determinados lugares, las criptas se ensanchan formando cámaras cuadradas o poligonales; son los cubículos, donde recibían sepultura personas importantes para la comunidad, mientras los demás reposaban en nichos abiertos en las paredes de los corredores. Estas fosas podían ser rectangulares (loculi) o nicho bajo una arcada semicircular (arcosolia). Sobre las losas de los nichos se graban decoraciones pictóricas y el nombre del difunto.
Con respecto a la iconografía, ésta está reflejada en ellas y es simbólica; puede ser de dos tipos:
-Orfeo: guía y destino del alma (Cristo como pastor de almas).
-Amorcillos: imágenes de almas en el otro mundo.
-Cuatro estaciones: símbolo de la renovación de la naturaleza y de la vida para el cristiano.
-Orante: de origen oriental
-Paloma: relacionada con el Bautismo de Cristo (Espíritu Santo).
-Cordero: símbolo cristiano por excelencia, significando la pureza, la inocencia, la mansedumbre del hombre justo.
-Vid: alusiva a la parábola (yo soy la vid y vosotros los sarmientos)
-Pez: Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador.
-Moisés golpeando la roca y Noé saliendo del Arca: representado el bautismo
-Daniel entre los leones: para significar la bajada de Cristo a los infiernos
-La pesca milagrosa o el tema de Jonás, como símbolo de la resurrección
-La resurrección de Lázaro.
-El Buen Pastor, primero en forma de Moscoforo griego con una oveja sobre los hombros, indicando la salvación del alma perdida etc….
En general, son intervenciones de Dios concediendo la salvación a sus fieles y, por tanto expresión de un arte piadoso, aunque no exento de didáctica, si bien limitada a los “iniciados”, porque el cristianismo aun no goza de oficialidad.
La técnica pictórica también es muy simple: varias capas de enlucido sobre las que se aplican colores minerales (ocres, rojos, verdes). En cuanto al estilo, es un impresionismo lineal conseguido a base de masas de color que realzan y sintetizan los rasgos carácterísticos. Es una pintura artesana, frontal, sin preferir un tipo de pintura simbólica z expresiva.
Es un arte pictórico destinado a representar la estructura de sus creencias con un lenguaje convencional nuevo y clandestino. Es un arte que no depende de los sentidos, solo trata de despertar en el alma emociones, de conmover la sensibilidad o crear estados nuevos de vida interior, para elevarlo a Dios.
Los Almohades eran tribus sedentarias, procedentes de las montañas norteafricanas (bereberes) del Alto Atlas. Su nombre significa “los que reconocen la unidad de Dios”. Su lucha se centró primero contra los almorávides. En 1143 se apoderaron del territorio magrebí y en 1149 atravesaron el estrecho de Gibraltar, ocupando Sevilla, Córdoba y Badajoz. La culminación de este nuevo poder musulmán en Al-Ándalus se alcanzó en 1195, cuando derrotaron a los cristianos en la batalla de Alarcos (Ciudad Real) y sin embargo iniciaron su descomposición tras la victoria cristiana en la Navas de Tolosa (1212).
En el terreno artístico, los almohades se caracterizan por una arquitectura austera, de ladrillo, con espacios vacíos para descansar la vista. En Sevilla, capital de sus estados, realizaron dos edificios emblemáticos: la mezquita mayor y la Torre albarrana del Oro.
La mezquita se edificó entre 1172 y 1176. El oratorio tenía diecisiete naves y fue derribado en 1401 para construir la actual catedral gótica. Solo se conserva el patio llamado de los naranjos y el alminar, heredero de la Kutubiyya de Marrakech y de la torre Hassan de Rabat, que en el Siglo XVI recibe el universal título de Giralda. Su situación es incorrecta ya que el alminar esta descentrado en el muro oriental y debería elevarse en la pared norte junto a la Puerta del Perdón. Esta inexactitud responde a problemas de cimentación. Los textos árabes indican que, al proceder en 1184 el príncipe de los alarifes, Ahmed ben Basso, a su asiento en el punto ortodoxo, topó con un manantial y que sucesivas prospecciones en busca de terreno firme condujeron hasta el sector donde se alza actualmente. Inició la obra en piedra, se interrumpíó a los pocos meses, y en 1188 la prosiguió Ali ben Gomera en ladrillo cortado, inaugurándose el 10 de Marzo de 1198. Se trata de un prisma en el que, a pesar de la sobriedad y austeridad de los almohades, triunfa el concepto ornamental.
La Torre de Oro forma parte de la reedificación almohade de las murallas de Sevilla. Su misión era impedir el paso por la ribera izquierda del Guadalquivir y controlar la entrada de navíos en el puerto con el auxilio de un fortín en la otra orilla, desde el que tendía una cadena que, al tensarla, bloqueaba el tráfico fluvial. Se inició en 1220. Tiene planta dodecágona y presenta dos cuerpos superpuestos, ya que la linterna del ático fue un añadido dieciochesco.
Sobre su nombre circulan varias hipótesis. Ha sido relacionada con la custodia de los caudales americanos, al creer que los lingotes, que desembarcaban los galeones iban a parar a su interior en lugar de ser depositados en la vecina Casa de la Moneda. También se ha dicho que estuvo totalmente alicatada con cerámica de reflejo metálico, proyectando brillos dorados. Lo cierto es que un historiador local del Siglo XVI, el bachiller Luis de Peraza, la describe enlucida de almagra en su base y revestida de azulejos la parte superior, “que de muy lejos con su resplandor los ojos ciegan”.
Son lugares en los que se daba culto a las reliquias de los mártires. Desde el punto de vista arquitectónico, recuperan la ideología del espacio redondo como imagen del universo y de la perfección, centrada ahora en la figura del santo.
Atendiendo a su morfología, presenta las siguientes carácterísticas: tienen planta central, a veces con estructura copulada; derivan de los mausoleos y/o Tholos griegos; no son para celebrar ceremonias multitudinarias e, inicialmente, solo celebran la Eucaristía el día de la muerte del mártir, generalmente, poseen una cámara baja de forma rectangular o cruciforme, que suele albergar la tumba o reliquias de un santo o mártir. Se rodea de una nave circular o poligonal, llamada deambulatorio, destinada a las peregrinaciones o, incluso, a las ceremonias. Sera el origen de la girola en el ROMánico.
El ejemplo más significativo de martyria es la iglesia de Santa Constanza, en Roma, de planta circular, construida para albergar la tumba de Constanza, hija de Constantino.
Respecto a los Baptisterios, la construcción de estos edificios se produce como respuesta a la importancia que la comunidad cristiana concede al sacramento del bautismo.
Ya en el siglo II estaba plenamente estructurado: un periodo de enseñanza doctrinal de hasta tres años; la noche del sábado al domingo celebración de la ceremonia, con sus ritos de exorcismo para expulsar los posibles malos espíritus. La forma de los edificios está inspirada en las salas de las termas o caldarium. Su tipología es circular, con una pila central para bautizar al neófito por inmersión, tal como siguen haciéndolo en la actualidad los cristianos ortodoxos.
Hasta el siglo V solía ser un edificio separado de la iglesia-templo; a partir de entonces, se incorpora como una sección aneja, y será excepcional que este aislado, salvo en el arte ROMánico italiano.
Tras el Edicto de Milán y sobre todo después de Teodosio se abandona la Domus eclesiae edificio-habitación dedicado a la celebración de la Eucaristía, para desarrollar una arquitectura triunfante capaz de albergar a grandes masas.
El primer problema con el que se encuentran los cristianos es que no pueden aprovechar los templos paganos, dado que los viejos dioses demandaban un culto al aire libre y sus edificios religiosos eran solo espacios para custodiar la imagen, mientras que ello necesitan de un edificio capaz de acoger multitudes para celebrar la liturgia de la palabra y compartir el pan eucarístico. La solución fue cristianizar la basílica romana: la gran sala publica de reuniones, utilizada civilmente como tribunal de justicia y lonja comercial. Además crearon otros edificios nuevos como serán los martyria y los baptisterios.
Denominador común a todos ellos será sencillez de materiales utilizados para el exterior, predominando especialmente el ladrillo. La riqueza estará presente sobre todo en el interior.
Atendiendo a su estructura y función, la basílica presenta las siguientes carácterísticas:
-Es de planta rectangular.
-Tiene de tres a cinco naves, a diferente altura y separadas por columnas, siendo la más amplia y alta la nave central, lo que permite abrir en ella ventanales para solucionar el problema de la iluminación, además también tiene transepto.
-Está orientada de Oeste (entrada) a Este (altar hacia Jerusalén). Suele tener un ábside semicircular, apoyándose en un arco triunfal (elemento que empieza a proliferar en el arte cristiano) en cuyo centro se encuentra el altar, y, adosado a la pared, el presbiterio.
-Tiene cubierta a dos aguas en la nave central, y a una en las laterales, y un armazón de vigas de madera que pueden ser visibles o estar cubiertas por un techo artesonado.
Podemos distinguir en la basílica tres áreas diferentes, la pública, la semipública y la privada.
a) Publica. Se compone de un vestíbulo que da acceso a un gran atrio o a un patio; en el centro suele haber una fuente; la parte del pórtico adosada a la fachada de la iglesia se denomina nártex que era el lugar donde se ubicaban los catecúmenos (los aun no bautizados). La variante del doble nártex es propia del área bizantina.
b) Semipública. Es el cuerpo de la iglesia; en el lado sur, donde estaba situado el ambón o púlpito, para la lectura del Evangelio, se situaban los hombres, y, en el lado norte, lugar de proclamación de la Epístola, las mujeres. Hacia el final de la nave central existe un lugar, acotado, para los coros. Esta área se separa de la pública unos muros con puertas o mediante una nave transversal, llamada transepto. De vez en cuando aparece un lugar reservado para las mujeres o personajes notables, el matroneum que es una galería superior edificada sobre las naves laterales.
c) Privada. Está compuesta por el presbiterio, lugar elevado al que se accede mediante peleanos, y separado del transepto mediante columnas, de las que pendían unos velos (todavía presentes en las iglesias de carácter oriental); en el interior, un banco destinado a los presbíteros y al obispo, y, en el centro, el altar (ara), de forma rectangular (o mesa), bajo el que se depositan las reliquias o confessio. Una variante es la cripta; otra, la aparición de dos aposentos: la prótesis y el diaconicon, que son una especie de sacristías.
En tiempos de Constantino se construyen importantes basílicas con ayuda estatal: San Juan de Letrán, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Pedro del Vaticano; también destaco la basílica de Belén, en Jerusalén.
Cuando los Reyes Católicos conquistaron Granada en 1492 a Muhammad XII, no solamente salvaron de la destrucción los palacios de los reyes nazaríes, sino que los convirtieron en Casa Real y adjudicaron unas cantidades anuales para su mantenimiento. Su nieto, el emperador, Carlos I (V), derribo una parte de las construcciones musulmanas para construir un palacio renacentista, al que quedaron anexionados los palacios supervivientes, el de Comares y el de los Leones. Como en el caso de la mezquita de Córdoba, algo se perdíó pero mucho se conservó. Lo que hace de la Alhambra el conjunto palacial medieval mejor conservado del mundo islámico.
La Alhambra fue transformada por los reyes nazaríes en otra cosa muy distinta. El fundador de la dinastía fue Muhammad I en 1232 se proclamó sultán y poco después de asentarse en el trono decidíó construir su palacio en las alturas de la Alhambra. Sus descendientes, Muhammad II y Muhammad III dieron los pasos para la transformación de la alcazaba en ciudad palatina, pero fueron Yusuf I (1354-1359) y su nieto Muhammad V (1362-1391) los que hicieron efectiva la metamorfosis. De la arquitectura militar conserva la premeditada confusión en la distribución que favorece la defensa.
Por otra parte, según el profesor Gómez Moreno existían en la Alhambra además del Cuarto de los Leones y el Cuarto de Comares, un tercer grupo de habitaciones que se derribaron en el Siglo XVI.
Un historiador ha situado el palacio de los Leones en la tradición de la villa rustica, la villa romana en el campo, trasladada en este caso a la ciudad por Muhammad V, su constructor. El lugar de esparcimiento, no sujeto a las formalidades de la corte, al que se iba a descansar, se llevó a un lugar colindante al Patio de Comares, pero no comunicado con él, pues tenía una entrada independiente y casi escondida por un calle de la Alhambra, hasta que Carlos I la suprimo y uníó ambos palacios, a los que anexiono también a través de unas estancias la Torre de Abual-Hayyay o Torre del Peinador de la Reina.
El pequeño patio está rodeado de un peristilo de esbeltas columnas y se organiza según el modelo de chargab persa (dividido en cuatro zonas por los ejes formados por cuatro corrientes de agua que surgen de una fuente central), una disposición que simboliza el Paraíso musulmán.
Tanto en este patio como en el de Comares se hace evidente una Concepción arquitectónica también muz islámica que consiste en primar la contemplación desde el interior (desde el centro del patio) frente a la que se hace desde el exterior, pues tampoco este palacio tuvo fachada a la calle. Sus fachadas son los cuatro lienzos del patio.
En el eje este-oeste se abren la Sala de los Mocárabes y la Sala de los Reyes, con unas alcobas tras de esta en cuyos techos se representan (sobre cordobán) escenas caballerescas pintadas, probablemente por artistas italianos del Siglo XIV, lo que es indicativo de la libertad respecto a la ortodoxia musulmana que gozaban los reyes y de los contacto internacionales de que eran capaces. Estas dos salas de forma alargada estaban precedidas de unos pabellones cupulados adelantados para compensar el mayor volumen de las cúpulas de las dos salas situadas en el eje norte-sur. Estas son dos de las estancias más apreciadas del complejo palacial: la Sala de las Dos Hermanas y la Sala de los Abencerrajes, con sendas bóvedas de mocárabes, la primera de base octogonal y la segunda con forma de estrella de ocho puntas. Ambas, según parece, acogían veladas musicales ya que ofrecen una acústica muy buena, pero poseían además valores simbólicos, apuntados por sus inscripciones, que remiten a prodigios celestes en honor del rey y, en última instancia, como señálamos antes, a la figura mítica del rey Salomón.
Desde la Sala de las Dos Hermanas se abre a un jardín inferior el bellísimo Mirador de Lindaraja que fue, con bastante probabilidad, la favorita de Muhammad V.
En la torre más grande de la Alhambra, la de Comares, estuvo situado el salón del trono de Yusuf I y luego de Muhammad V y sus descendientes. A este palacio se accedía a través de una serie de patios menores y de estancias administrativas, entre ellas el mexuar ( sala de administración de justicia); con lo que se perpetuaba la costumbre islámica de impartir justicia en la entrada de los palacios hasta llegar al Patio del Cuarto Dorado.
El lienzo de la zona sur de este patio era, con bastante probabilidad, la verdadera fachada del palacio de los reyes nazaríes. Se trata del lienzo más profusamente decorado de toda la Alhambra y está protegido por un gran alero de madera que actuaba como dosel cuando el rey se sentaba en su trono portátil bajo el para recibir o tal vez actuar como juez. En la fachada hay dos puertas idénticas: por la derecha se regresa a los patios anteriores y por la de la izquierda se llega al Patio de Comares, al que se penetra por uno de sus laterales.
El patio de Comares, también llamado de los Arrayanes era un jardín con un estanque central que como hemos dicho, era la residencia oficial del rey, a la vez que acogía el salón del trono o sala de recepciones. La distribución de las estancias es extraña y, al menos a nuestros ojos, poco funcional, ya que para llegar al salón de Embajadores, cobijado en la Torre de Comares, había que atravesar las habitaciones privadas del rey, situadas en la Sala de la Barca, con alcobas a ambos lados, y pasar junto a su oratoria privado, un sencillo mihrab.
El Salón de Embajadores, con tres aberturas por cada uno de sus lados, la central de cada uno más profusamente decorada, está cubierto por un techo de madera de pequeñas piezas de distintos colores que representa los siete cielos superpuestos, sobre los que descansa el trono de Dios. La estancia se convierte así en un microcosmos, pero, además, gracias a los poemas que recubren las paredes de la Alhambra, especialmente compuestos para ella por el poeta cortesano Ibn Zamrak, y que hace hablar frecuentemente a las propias habitaciones de sus bellezas, sabemos que en el nicho central del lienzo frontal de la torre estuvo el trono del rey, ubicado allí “como el sol”, el seno del universo musulmán.
A ambos lados del patio hay cuatro viviendas iguales de dos pisos en las que residían las cuatro esposas que permite el Corán y, al fondo, las habitaciones del servicio y de las concubinas.